
La aplanadora morenista, tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados, no sólo ya mueve comas, sino mete cláusulas completas en las iniciativas presidenciales.
Muy distinto al sexenio pasado que las reformas que salían de Palacio Nacional pasaban tal y como eran dictadas por el anterior titular del Poder Ejecutivo Federal, Andrés Manuel López Obrador, y quien, por si las dudas, les mandaba decir que no se les debía mover una sola coma.
La Presidenta Claudia Sheinbaum ya no goza de ese privilegio.
A ella los diputados y senadores de Morena y sus aliados del PT y del partido Verde, le han movido, entre otras, la iniciativa para combatir el nepotismo en las candidaturas de los partidos políticos, que envió para que entrara en vigor en el 2027 y se la modificaron para que tuviera vigencia hasta el 2030.
La semana pasada le hicieron lo mismo con la iniciativa que mandó para reformar la Ley de Amparo, en la que de última hora, le hicieron cambios y colaron un artículo transitorio para hacerla retroactiva a procesos de amparos ya en marcha, lo que viola flagrantemente el Artículo 14 Constitucional.
Por eso al día siguiente desde su rueda de prensa mañanera, la Presidenta hizo un extrañamiento por lo inconstitucional de la medida, y más tarde el líder de las y los diputados de Morena, Ricardo Monreal, se puso del lado de la observación presidencial y adelantó que la Cámara de Diputados, como instancia revisora, tendrá que corregir esa modificación.
Este episodio, además de moverle aún más el piso al muy vapuleado líder de las y los senadores morenistas, Adán Augusto López, tuvo múltiples interpretaciones.
Las más favorables a la Presidenta, son las que señalan que el asunto de la retroactividad de la Ley de Amparo, fue para distraer otros cambios que son los que en realidad debilitan esta figura en detrimento del ciudadano para oponerse a abusos de las autoridades, como lo señaló la oposición.
Sólo que esta lectura no convence del todo, debido a las divisiones internas en Morena, y a las resistencias que aún existen para atender sin cortapisas la línea de la Presidenta.
Sin embargo, el hecho de que la propia Sheinbaum señaló el jueves que pidió investigar lo sucedido a la titular de la Consejería Jurídica de la Presidencia de la República, Ernestina Godoy, y horas más tarde circularon versiones que esta misma funcionaria fue la que pidió esa modificación, dio fuerza a la hipótesis de la simulación distractora.
Lo cierto es que las reformas a la Ley de Amparo, van en el mismo sentido de las otras que ha impulsado la 4T, de dar todo el poder al poder, acotando al máximo los instrumentos que tenían los ciudadanos para impugnar y defenderse de actos de autoridad que considerara arbitrarios.
Cortesía de El Informador
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