
En 2026, las manos y voces del Conejo Malo harán que el mundo entero vibre al ritmo del Caribe. El mundo de la música y el deporte vivirá un momento histórico en 2026: Bad Bunny será la estrella principal del espectáculo de medio tiempo del Super Bowl LX, que se celebrará el domingo 8 de febrero de 2026 en el Levi’s Stadium, en Santa Clara, California.
Este anuncio coloca al puertorriqueño en la cima del entretenimiento global, consolidando a la música latina como una de las fuerzas más influyentes del panorama cultural actual.
Aunque en 2020 Bad Bunny ya había subido al escenario del Super Bowl como invitado especial en el show de Shakira y Jennifer Lopez, ahora será la primera vez que un artista latino lidere en solitario el espectáculo de medio tiempo. Esto no solo representa un triunfo personal para él, sino también un reconocimiento al poder cultural y comercial de la comunidad latina, que hoy es una de las audiencias más importantes para la NFL y la industria del entretenimiento en Estados Unidos.
El legado del medio tiempo
El show del medio tiempo del Super Bowl es mucho más que un concierto: es uno de los eventos televisivos más vistos en el planeta, con audiencias que superan los 100 millones de personas. Cada año, este espectáculo ofrece un termómetro de la cultura pop y marca tendencias a nivel global.
En 2025, el encargado fue Kendrick Lamar, acompañado por invitados de lujo como SZA y Serena Williams. En 2024, Usher llevó un vibrante show lleno de coreografía y colaboraciones sorpresa. En 2023, Rihanna regresó a los escenarios con una actuación inolvidable y, en 2020, Shakira y Jennifer Lopez compartieron el escenario, con la participación del propio Bad Bunny como invitado.
Conocido por romper barreras de idioma y de género musical, Bad Bunny llega a este escenario global después de llenar estadios en todo el mundo y convertirse en uno de los artistas más escuchados de la última década. Su presencia en el Super Bowl LX es un mensaje claro: la música latina ya no es un género de nicho, sino un lenguaje universal.
Entre rumores y sorpresas
Antes del anuncio oficial, diversos nombres habían sonado con fuerza para encabezar el espectáculo. Taylor Swift, la estrella del pop que atraviesa uno de los momentos más altos de su carrera, era considerada la favorita. También se mencionó a Adele, quien con su poderosa voz representaba otra opción de prestigio internacional.
Sin embargo, la NFL y Roc Nation —la empresa de Jay-Z que co-produce el show— apostaron por un camino distinto: colocar a Bad Bunny como protagonista absoluto, un gesto que refleja la intención de conectar con una audiencia más diversa y multicultural.
Bad Bunny no solo es un fenómeno musical, también es un artista con posicionamiento político y cultural. En medio de las redadas migratorias impulsadas por el expresidente Donald Trump, el cantante decidió excluir a Estados Unidos de su gira internacional más reciente como forma de protesta. Ese gesto lo consolidó no solo como ídolo musical, sino como una voz crítica en defensa de las comunidades latinas. Que ahora regrese a Estados Unidos para encabezar el evento televisivo más visto del año tiene un enorme peso simbólico: un artista caribeño, orgullosamente latino y en español, ocupará el centro de la cultura pop estadounidense.
SV
Cortesía de El Informador
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