
Empresas mexicanas de sectores como finanzas, retail y manufactura están adoptando tecnología para automatizar procesos, mejorar tiempos de respuesta y reducir costos operativos, de acuerdo con datos de mercado y reportes de especialistas.
Según Grand View Research, el mercado de inteligencia artificial en México alcanzará un valor de 65,391 millones de dólares para el año 2030, con un crecimiento promedio anual de 33.8% entre 2025 y 2030.
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En paralelo, el ecosistema emprendedor vinculado a este tipo de soluciones muestra un crecimiento acumulado de 965% desde 2018, con más de 11,000 empleos generados y una inversión superior a 500 millones de dólares, de acuerdo con Endeavor.
Ejemplos
En el sector financiero, instituciones como BBVA México y Banorte han implementado asistentes digitales para atención al cliente, lo que ha permitido resolver gestiones básicas desde canales automatizados.
En el comercio minorista, empresas como Walmart de México y Centroamérica, OXXO (FEMSA) y Grupo Bimbo utilizan modelos de predicción de demanda, gestión de inventarios y planeación de rutas logísticas. Estas herramientas permiten mejorar el abastecimiento en tienda y reducir el desperdicio de productos.
En la industria manufacturera, firmas como CEMEX, Grupo Peñafiel y Grupo Bafar han integrado análisis de datos en sus procesos de producción y distribución para mejorar tiempos de entrega, evitar errores en planta y ajustar volúmenes de fabricación de acuerdo con la demanda.
No obstante, especialistas advierten sobre un déficit de talento. De acuerdo con un estudio de EY publicado en junio de 2025, en México existen alrededor de 10,900 profesionales con más de dos años de experiencia en temas de inteligencia artificial y analítica, y solo 1,100 con un nivel altamente especializado.
“El desafío principal ya no es tecnológico. Está en la ejecución, la calidad de los datos y el desarrollo de equipos capacitados”, mencionó Alejandro Zubiria, asesor empresarial en temas de transformación digital.
Zubiria dijo que las empresas que logran resultados parten de casos de uso específicos, miden el impacto en etapas tempranas y estandarizan procesos para escalar de forma controlada. Organizaciones consultadas coinciden en que, para capturar valor, es necesario incorporar estos desarrollos dentro de áreas operativas, y no sólo como parte de proyectos aislados. El ritmo de adopción será clave en los próximos años.
Cortesía de El Economista
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