Crecimiento débil en México resulta de aranceles y políticas restrictivas: FMI

Washington, D.C. El crecimiento de 1% que espera el Fondo Monetario Internacional (FMI) para México este año, desde 0.2% previo, sigue siendo débil y resulta de las políticas restrictivas que han aplicado para abordar los problemas de inflación y restaurar en cierto modo la política fiscal, explicó la Subdirectora de Estudios Económicos, Petya Koeva.

Anticipó que el pronóstico base del FMI para la política monetaria es que el Banco de México “seguirá relajando gradualmente la tasa desde el nivel actual de 7.5% para llevarla a una posición neutral de 6%, que esperan para la segunda mitad del próximo año”.

“Nosotros creemos que una relajación muy gradual sería una flexibilización apropiada, donde los recortes en la tasa deberían estar condicionados a las señales claras de que la inflación está volviendo al objetivo”, subrayó.

Entrevistada por El Economista, reconoció que las acciones que ha tomado el banco central mexicano son adecuadas, aunque la inflación se mantiene por arriba del objetivo,

Destacó que la inflación de México mantiene variaciones por arriba del objetivo, lo que hace necesario proceder con cautela y sopesar los riesgos.

“Nuestra recomendación es: no conviene esperar demasiado para recortar las tasas, ya que es costoso para la economía. Pero tampoco conviene ir demasiado rápido, porque si de alguna manera se afectan las expectativas de inflación, se corre el riesgo de desanclaje de éstas, lo que también tiene un impacto negativo”.

Acotó que “la mayoría de los países están pasando por algo similar pues no han conseguido llevar la inflación al objetivo”.

Con el choque
arancelario encima

En la sala de consejo de sus oficinas, ubicadas en el edificio de las Banderas, el HQ 1, refirió que en este contexto de debilidad económica, México recibió el impacto del choque por los aranceles que está aplicando Estados Unidos.

“Si bien este último efecto (el de los aranceles) ha sido menor de lo que esperábamos, gran parte de ello se debe también a la mayor proporción de productos que cumplen con las reglas de origen integradas en el acuerdo comercial con Estados Unidos”, señaló.

El FMI dio a conocer el pasado 8 de octubre las conclusiones preliminares de la visita a México que hizo el equipo de expertos del organismo, donde ajustaron la tasa esperada de crecimiento para México para este año en ocho décimas de punto.

Producto de este ajuste, dejaron el pronóstico de crecimiento para este año en 1%, “un alza bastante sustancial pero que sigue siendo débil”, señaló. Y para el próximo año anticipan una expansión de 1.5 por ciento.

T-MEC y el trato preferencial

La funcionaria descartó hacer pronósticos sobre la evolución de las discusiones del acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá (T-MEC), a partir de los dichos de representantes de alto nivel del gobierno de EU, donde ha dejado ver su intención de hacer acuerdos bilaterales con México y aparte con Canadá, “pues tendría que hablar de escenarios hipotéticos”.

Pero admitió que tal como está el acuerdo ha ayudado a matizar la tasa arancelaria efectiva que paga México por vender sus productos a Estados Unidos.

Tasa que según el FMI, quedará en 10%, un nivel similar al que pagan los productos de Reino Unido quien por cierto ya cerró la negociación con Estados Unidos.

“Como no había mucha claridad sobre la proporción del comercio total que estaría cubierta por las reglas y también por los incentivos, porque al tener una parte de las exportaciones exentas, pues se quiere hacer lo necesario para extender ese trato preferencial a todo lo demás”.

Remesas y la reducción de la oferta laboral en EU

La funcionaria explicó que las remesas son muy importantes para los países de América Latina y que el flujo está vinculado a la oferta laboral de Estados Unidos.

De acuerdo con ella, es impresionante la reducción de esta oferta laboral, una tendencia que puede incorporar la posibilidad de que muchos migrantes podrían haber dejado de trabajar.

Agregó que este comportamiento del mercado laboral en Estados Unidos, particularmente en los sectores que emplean a los migrantes, no es nuevo y existen indicios de que inició desde el año pasado.

La otra cara de la moneda es el dinero que no se gana y que por lo tanto no se puede remitir a sus familias de origen.

Comentó que “desafortunadamente, los envíos de remesas son un área donde no se cuentan con muchas cifras y es mucho más difícil de rastrear en los países receptores”.

Adelantó que ya están trabajando en los datos que se generan entre las economías beneficiadas.

Cortesía de El Economista



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