Creíamos que los mares de hidrocarburos de Titán eran balsas de aceite, no era del todo exacto

Sin duda, Titán es uno de los lugares más parecidos a la Tierra en el sistema solar. Esto se debe principalmente a la presencia de ríos y lagos, así como a su característico “ciclo del agua“. Sin embargo, a diferencia de nuestro planeta, donde el agua desempeña un papel fundamental, en Titán este papel lo asumen los hidrocarburos.

Estos compuestos orgánicos presentan un notable paralelismo con el agua terrestre, compartiendo varias similitudes que continúan siendo objeto de descubrimiento.

De acuerdo con datos recopilados por la misión Cassini-Huygens, los mares de hidrocarburos de Titán poseen oleaje propio y, lo que es aún más relevante, corrientes marinas.

Gracias a esta sonda, se identificó la existencia de dichos mares y, mediante el análisis de la superficie y la atmósfera de Titán, se lograron crear modelos climáticos que revelaron cómo opera el “ciclo del agua” de hidrocarburos en este satélite.

Los océanos en Titán

Según los modelos, la lluvia en Titán está compuesta de metano. Este fluye desde la superficie a través de ríos hasta los mares de hidrocarburos, especialmente tres ubicados en la región polar: Kraken Mare, Ligeia Mare y Punga Mare.

El análisis de estos mares permitió a los científicos encontrar detalles sobre su dureza y composición. Descubrieron que los mares de Titán son extremadamente tranquilos, con oleajes tan pequeños que apenas alcanzan medio centímetro de altura.

En particular, el equipo detectó un oleaje de aproximadamente 3.3 milímetros, con la posibilidad de llegar a 5.2 milímetros en las zonas costeras. Esto confirma la existencia de corrientes asociadas a las mareas.

También se hallaron indicios de variación en la composición de los ríos, mares y estuarios según la latitud y el entorno. Por ejemplo, se encontraron pruebas de ríos compuestos principalmente por metano.

Estos hallazgos respaldan los modelos climáticos de Titán, que sugieren que la lluvia está formada casi exclusivamente por metano líquido, aunque sus mares también contienen altas concentraciones de este compuesto.

Mar Titan

Representación artística de Kraken Mare, un gran mar de metano líquido en Titán

Como resultado, los responsables del estudio compararon este fenómeno con el ciclo del agua terrestre, en el que la lluvia, compuesta de agua dulce, fluye a través de ríos para finalmente desembocar en los océanos, donde se mezcla con agua salada.

El secreto detrás del estudio

Aunque los resultados del estudio fueron publicados recientemente, los datos se recopilaron durante la ya concluida misión Cassini-Huygens, entre 2014 y 2016. En este periodo, se aprovecharon mediciones obtenidas mediante un radar bistático, a diferencia de los radares monostáticos utilizados actualmente.

La principal diferencia entre ambos tipos de radar radica en quién recoge la señal. En los radares monostáticos, la sonda emite y recibe las señales de radio. En cambio, con el bistático, la señal es emitida por Cassini, rebota en la superficie de Titán y es recibida por antenas en la Tierra.

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Este método permitió recopilar más información, que fue publicada en un artículo de la revista Nature Communications.

El siguiente paso en Titán

Otro descubrimiento destacado en Titán fueron las denominadas “islas mágicas”, formaciones similares a icebergs hechas de compuestos orgánicos presentes en los mares de hidrocarburos. Estas estructuras se forman y desintegran en las “aguas” del satélite.

El siguiente paso en la exploración de Titán es la ambiciosa misión Dragonfly, que planea enviar una nueva sonda al satélite. Esta misión es especialmente notable por el método de exploración propuesto: un dron capaz de desplazarse y volar por la atmósfera de Titán.

Cortesía de Xataka



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