“Crimen organizado abre puerta a más intervención de EU”

Hace 40 años Alan Riding, periodista y economista británico, publicó el libro Vecinos distantes: un ensayo sobre la relación México-Estados Unidos, pero lo hizo sobre un basamento sociológico y cultural del país mexicano; una descripción cruda, es decir realista, en un entorno dominado por la apariencias y lo políticamente correcto, lo que terminó por convertirse en un clásico. Riding vivió 13 años en México y en ese lapso fue corresponsal de los periódicos The Financial Times y The New York Times, y del semanario The Economist. La editorial Planeta lanzó hace algunas semanas una nueva edición del libro prologado por Jorge Castañeda. Riding vive en París, y vía Zoom conversó con El Economista la mañana de ayer.

Hace 40 años usted escribió sobre los principios de la política exterior mexicana y los definió como “algo más que abstracciones jurídicas”. AMLO y Sheinbaum invocan la no intervención en varios temas, por ejemplo, las dictaduras de Cuba y Venezuela, pero no así en acciones injerencistas en Perú, Bolivia o España. ¿Por qué apelar a los principios?

Por la vulnerabilidad de México. Es decir, existe la necesidad de aparentar ser independiente frente a un vecino tan poderoso (Estados Unidos). Me impactó mucho, por ejemplo, en la época de (Luis) Echeverría, en su afán de ser líder global, apoyó una resolución de la ONU que decía que el sionismo era nazismo. Provocó una reacción explosiva en los Estados Unidos: boicot turístico. El pobre canciller (Emilio) Rabasa tuvo que ir de rodillas a Israel a pedir perdón. Hay varios casos en los que México ha tratado de tomar posiciones más independientes: Cuba, Centroamérica y la invasión a Irak, donde México no apoyó la segunda resolución que querían los norteamericanos.

¿Qué pensó el día en que AMLO abrazó a Trump y le agradeció el trato dado a mexicanos?

Para ser muy claro, demostró el cinismo de López Obrador y el cinismo de Trump. Cuando tienes a un monstruo como Trump, en la Casa Blanca, muchas veces hay que hacer concesiones. En ese momento es lo que convenía (a AMLO). Los políticos a veces tienen que tomar medias que dan vergüenza.

Trump y AMLO interpretaban a su manera la democracia. Tal parece que la Casa Blanca ya no promueve la democracia en el mundo.

Le quedan solo tres años a Trump. Hay un paralelo con AMLO en el sentido de que (el presidente de Estados Unidos) está desmantelando muchas estructuras democráticas, la independencia de los jueces, abusa de la Constitución. AMLO, con la victoria (de Morena) en el Congreso, tuvo durante un mes todo el poder, y lo que no pudo hacer, se lo pasó a Sheinbaum en un papelito: la reforma del poder judicial.

¿Ve diferencias en la manera de llevar la relación entre Sheinbaum y AMLO con Trump?

AMLO llegó a tener una relación (con Trump) que no era agitada. Sheinbaum ha logrado hacer lo mismo. Ha hecho concesiones, unas públicas, otras privadas. El objetivo no es hacer enojar al tigre. El precio sería muy alto. Claudia Sheinbaum ha logrado caerle bien a Trump; no sé si porque es mujer, porque ha sido agradable. Cuando (ella) se ha negado, por ejemplo, a la intervención militar (de Estados Unidos en campamentos o laboratorios de narcotraficantes en territorio mexicano) lo ha hecho en una forma no agresiva. Eso me cae bien. Son el tipo de concesiones que tienen que hacer los débiles, así es la vida.

En Vecinos distantes escribió: “México acepta su alineación con Washington en cualquier confrontación con Moscú, pero se niega a ver los problemas de América Latina en el contexto de oriente-occidente”. Hace 40 años era Moscú, ¿hoy es Beijing?

Obviamente las medidas que ha tomado México recientemente sobre la imposición de aranceles a China son resultado de la presión americana, o si no es presión, es la manera de quedar bien con los Estados Unidos. Veamos el caso de México en América Latina. Por ejemplo, Chile en la época de Salvador Allende. Fue un momento en el que México pudo tomar una postura más independiente. Con China, es una situación donde México tiene que evitar ser aplastado entre los dos (EU y la propia China).

“La asimetría de poder determina la forma en que México y los Estados Unidos se miran el uno al otro”, usted lo escribió. Si por un momento elimináramos el componente soberanista/nacionalista, ¿México depende tanto de Estados Unidos como podría serlo un hipotético estado 51?

(Alan Riding sonríe) Sin voto y sin mucha influencia. Obviamente la idea de integración empezando con el TLC y T-MEC ha hecho que la relación sea mucho más compleja que en el pasado. El crimen organizado abre la puerta a mucha intervención norteamericana.

Con AMLO los nombramientos de varios embajadores mexicanos sin experiencia reflejaron cierta descomposición en Relaciones Exteriores.

Mi impresión es que sí. Han debilitado la institución (SRE); tenía su historia, su independencia, su educación. No le interesaba a López Obrador.

¿Quién ha sido el canciller que mejor ha entendido a Estados Unidos?

Jorge G. Castañeda.

Cortesía de El Economista



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