Crisis en el campo

Cocinada a fuego lento, está a punto de ebullición la crisis en el campo.

Los productores de más de 20 estados de la República Mexicana realizan movilizaciones para exigir respuesta del gobierno.

El problema ya escaló al máximo nivel. La Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ofreció una “propuesta integral” que incluya un apoyo y una propuesta de largo plazo. Está en negociación; está en definición.

De entrada, la respuesta de la Jefa del Ejecutivo es alentadora, porque implica que reconoce el problema y muestra interés en su solución.

Más dinero, para desactivar bomba de tiempo

La solución requiere un presupuesto de poco más del doble de lo que se propone para el próximo año 2026, por 13,500 millones de pesos.

Los productores demandan reasignación presupuestal de 35,000 millones de pesos y exigen un precio mínimo de 7,200 pesos por tonelada de maíz y la corrección de las políticas públicas para el sector.

El origen del problema se puede ubicar en el sexenio pasado. Los productores agrícolas inconformes acusan al cambio de políticas y los cíclicos aumentos internacionales de precios. La crisis en el campo es una bomba de tiempo. Para desactivarla se requieren más recursos y cambio de criterios políticos agrícolas.

Rentabilidad, el colapso

De acuerdo con el análisis del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), encabezado por Juan Carlos Anaya, los costos de producción agrícola se han incrementado más de 46% en los últimos cinco años, mientras que los precios internacionales de los granos maíz, trigo y soya han caído entre 30 y 50% desde los máximos de 2022.

El resultado ha sido un colapso de la rentabilidad: en el caso del maíz blanco, el margen promedio nacional ha pasado de más del 50% en 2022 a apenas 12% en 2025.

Casos similares se observan en trigo panificable y sorgo, lo que amenaza la viabilidad de miles de productores medianos y grandes que abastecen más del 75% del mercado nacional y de exportación.

Esa situación ha derivado en un mercado sin certidumbre para el productor.

El mercado agroalimentario se rige por la oferta y la demanda, pero los productores reclaman certidumbre ante la volatilidad internacional.

La desaparición de instrumentos como el Ingreso Objetivo, la Agricultura por Contrato y los esquemas de Cobertura de Precios ha dejado sin protección a la mayoría de los productores comerciales.

Estas herramientas, piden los agricultores, deben restablecerse para ofrecer seguridad en la planeación, venta y rentabilidad de las cosechas.

El origen

Esta inconformidad social inició en el año 2019, durante el gobierno del ex presidente Andrés Manuel López Obrador y los cambios que hizo a distintos programas agrícolas, a los que calificó de neoliberales y decidió reorientar el presupuesto a apoyos directos a pequeños productores y programas asistenciales.

Desapareció el Ingreso Objetivo, la agricultura por contrato y los esquemas de cobertura de precios.

La cancelación de estos programas ha generado impactos mixtos. Por una parte se registran avances en inclusión social. Y por la otra retrocesos en productividad y competitividad.

Lo más grave del problema comenzó el año pasado. A la fecha existen sin comercializar 300,000 toneladas en Sinaloa del ciclo que terminó.

Así las cosas.

Veremos cómo resuelve éste grave problema el gobierno de Claudia Sheinbaum. De entrada, todo apunta a que buscará una solución que ojalá sea integral y de largo plazo, como ella misma lo planteó. Veremos.

Pemex, pago a proveedores: cifras dispares

En días pasados, el director de Pemex, Víctor Rodríguez Padilla, dijo que la empresa ya pagó la mitad de su deuda con proveedores.

Reveló que al corte de septiembre, Pemex ha cubierto cuentas por 300,000 millones de pesos, gracias al fondo Pemex, creado en Banobras.

Dijo que el compromiso es saldar todas las inversiones realizadas en 2025 y los adeudos de 2024.

Sin embargo las cifras oficiales de la empresa petrolera, muestran que la deuda de Pemex, en pesos, sumó 517,000 millones de pesos, con un aumento de 28.4% respecto del saldo al cierre del 2024.

La deuda de Pemex a proveedores, en dólares creció 37.1% y superó los 28,000 millones de dólares, de acuerdo con las gráficas de la empresa y que difundió, en un post en X, el analista Carlos Ramírez.

Tal vez falta que se consoliden y se registren las cifras correctas.

Aunque el propio Fondo Pemex informó en días pasados que la suma total de desembolsos que ha realizado, asciende a 29,197 millones de pesos.

Por lo pronto, llama la atención la disparidad de las cifras.

Cortesía de El Economista



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