
La Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) propuso un aumento del 20% al salario mínimo para 2026, argumentando que el incremento es indispensable para enfrentar el encarecimiento de la canasta básica y cumplir con el mandato constitucional de garantizar un salario remunerador.
El dirigente nacional, Isaías González Cuevas, quien entregó esta propuesta a la Conasami y al titular de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS), afirmó que el ajuste es urgente ante el deterioro del poder adquisitivo.
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“El salario remunerador es un derecho constitucional y es obligación del Estado garantizar que las familias puedan cubrir sus necesidades básicas”. Añadió que la propuesta es un acto de justicia social, “este aumento es un acto de justicia para las y los trabajadores que todos los días enfrentan el alza permanente de los precios”.
La organización sindical entregó su planteamiento a la STPS, respaldado por un análisis sobre el costo real de la vida y las obligaciones constitucionales del Estado en materia de salario remunerador. El documento destaca que, pese a la recuperación del salario mínimo en los últimos siete años, los precios de los alimentos y servicios esenciales continúan aumentando a un ritmo que afecta directamente el bienestar familiar.
González Cuevas subrayó que el aumento propuesto es consecuente con la situación económica de las familias mexicanas. Con base en datos del Inegi actualizados a noviembre de 2025, el valor conjunto de la canasta alimentaria y no alimentaria en zona urbana asciende a 4,759.91 pesos mensuales por persona, mientras que el ingreso requerido para que un hogar promedio de cuatro integrantes alcance la Línea de Bienestar Familiar supera los 19,000 pesos mensuales.
En este sentido, el líder sindical enfatizó que el incremento del 20% al salario mínimo busca cerrar la brecha entre ingresos y gastos esenciales.
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La CROC recordó que México pasó de un salario mínimo de 88.36 en 2018 a 278.78 en 2025, logrando la mayor recuperación real en América Latina en las últimas cinco décadas. Sin embargo, destacó que el Índice de Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP) aún se sitúa en 35.1%, lo que significa que uno de cada tres trabajadores no puede adquirir con su salario la canasta básica fundamental para su familia.
El documento enviado a la STPS enfatiza que el Convenio 131 de la OIT obliga a que los salarios mínimos se definan no sólo con base en la inflación, sino en las necesidades reales de los hogares, incluyendo salud, transporte, educación, vivienda y recreación. Para González Cuevas, la propuesta de la CROC cumple con ese enfoque integral. “Fortalecer el salario mínimo es fortalecer el mercado interno y la dignidad del trabajo. No puede haber bienestar sin un ingreso que realmente alcance para vivir con decoro”, destacó.
Cortesía de El Economista
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