¿Cuál es la apuesta del día?

¿Cuál es su apuesta del día? ¿Qué la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) dejará sin cambios su tasa de interés, pero con algún guiño en su comunicación hacia apuntalar la alicaída economía?

¿O que el blanco fácil, como le dice Donald Trump al ayatolá Alí Jamenei, sea realmente un objetivo militar israelí?

En México, ¿apostamos a que junio termine con una nueva baja de 50 puntos base en la tasa de referencia del Banco de México o mejor a que en julio las empresas proveedoras de Pemex, a las que les deben miles de millones de pesos, paren sus operaciones?

Porque es tan probable que así reaccionen los bancos centrales de los dos países como que los otros dos escenarios catastróficos se puedan concretar, de la mano de una larga lista de otras calamidades que hoy son totalmente probables en el mundo.

Trump fue extrañamente precavido durante el primer par de días tras la ofensiva de Israel en contra de objetivos militares y nucleares en Irán, quizá a la expectativa de saber si realmente la ofuscada agresividad verbal del gobierno de Teherán iba acompañada de una fuerza militar realmente no conocida.

Tras su intempestivo abandono de la cumbre del G7 el Presidente de Estados Unidos perdió toda prudencia y sus llamados han sido a la evacuación total de la capital iraní y a la rendición incondicional, mensajes que claramente no son de un mediador sino de una parte del conflicto.

Donald Trump dijo algo más, que, por ahora, no tienen planes de asesinar al líder del régimen iraní a pesar de ser un blanco fácil. Sí, por ahora.

¿Qué va a hacer la Fed con su tasa de interés? Bueno ya tendremos hoy unos minutos libres para leer el comunicado del Comité de Mercado Abierto, pero lo importante es ver a Trump liderando a Estados Unidos hacia una guerra de altos costos.

Y en México, su banco central está convertido en una simple anécdota de una política monetaria ya decidida, porque los temas verdaderamente trascendentes para la vida futura del país están fuera de la atención de la opinión pública.

La debacle de Pemex que nadie quiere ver arrastra a sus proveedores a los que la paraestatal les debía 404,000 millones de pesos hasta el primer trimestre, 260% más que en el 2018 cuando este régimen tomó el control.

No solo han tenido que dejar de trabajar por falta de presupuesto, sino que están a menos de un mes de tener que parar sus actividades por insolvencia.

La elección judicial fue algo más que un completo fracaso, fue un desaseado proceso que no solo terminó con la independencia judicial sino con la posibilidad de que el Instituto Nacional Electoral pueda volver a garantizar una elección libre y limpia en México.

No son escenarios hipotéticos ni planteamientos de largo plazo, son la realidad del tamaño de un elefante que está frente a nosotros, que hace necesario ver y planear con base en las convulsiones internas y externas.

Y de paso, bueno, sí, estar al pendiente hoy de la decisión de política monetaria de la Fed y sus argumentos.

Cortesía de El Economista



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