
Este poético título está sacado de la canción Iris, del grupo estadounidense Goo Goo Dolls, pero en este caso me referiré a cosas, situaciones y personajes mucho más terrenales, por ejemplo: Adán Augusto López Hernández, Alejandro Gertz Manero, Raúl Rocha Cantú, la economía, el huachicol, el tráfico de armas, que esta semana se entrelazaron para hacer evidente, una vez más, que el límite del poder de una presidenta tan poderosa como Sheinbaum es la realidad.
El escándalo de la organización criminal “La Barredora” fue destapado por el actual gobernador de Tabasco Javier May y, cuando escaló, vinculó a Hernán Bermúdez Requena (HBR), exsecretario de seguridad de este Estado nombrado en su momento por el actual senador Adán Augusto López Hernández (AALH), el “hermano” del expresidente López Obrador (AMLO). Fueron semanas de intenso golpeteo contra el coordinador de los senadores de MORENA, que fue de escándalo en escándalo, ya fuera por los 79 millones que le aparecieron misteriosamente o por desatender sus deberes legislativos.
Todo esto llevó a la presidenta Sheinbaum a tomar distancia de AALH al grado tal que se especuló que lo removería. En general, la política mexicana no es así. Los presidentes suelen defender a los suyos en los escándalos, aunque sean unos impresentables, como es el caso del líder senatorial. Así fue en esta ocasión, a pesar de la lluvia de críticas y suposiciones, el hecho es que la presidenta comprendió que López Hernández es un mal necesario. Sin embargo, sí enfrió la relación.
En este país de escándalos, nuevos sucesos desplazaron la atención del caso Adán Augusto. Y aquí es donde entra en escena un hecho que empezó como un chisme de espectáculos, pero que pronto escaló a otras alturas. Me refiero al concurso de Miss Universo, en donde resultó triunfadora una mexicana, Fátima Bosch. Pasada la fiesta del triunfo, se denunció trampa en la premiación. Se dijo que ganó gracias a los nexos de uno de los dueños del concurso, Raúl Rocha Cantú (RRC), con el padre de la premiada y un contrato en PEMEX. En pocos días, se supo que Rocha Cantú está involucrado en tráfico de armas, huachicol y crimen organizado, pero es testigo colaborador. De nueva cuenta, el escándalo amenazó con alcanzar a personajes de MORENA.
Los rumores afirman que estas situaciones que se descontrolaron y terminaron afectando la imagen presidencial fueron en gran parte responsabilidad de la Fiscalía General de la República (FGR). Inclusive se ha llegado a afirmar que hubo “fugas” de información a los medios. Esto se maneja como la principal causa de que la mandataria haya exigido la salida de AGM de su puesto como fiscal. En ese camino de los rumores que adquieren tintes de verosimilitud, se señala que estas presiones datan de hace más de un mes y que Gertz se resistía a marcharse.
Más allá de los rumores, el hecho es que, finalmente, Gertz cedió a cambio de la embajada mexicana en Alemania. El exilio dorado al más puro estilo priista. En un proceso muy tropezado, lleno de situaciones anormales y con una rapidez que nos hace preguntar la razón, se ha nombrado interina a Ernestina Godoy. Desde luego, nadie duda que una vez seguido el procedimiento reglamentario se convierta en la nueva fiscal general de la república.
De todos estos hechos vale hacer algunas anotaciones al margen. Gertz no representaba una Fiscalía realmente independiente y eficiente. Tanto con López como con Sheinbaum siempre fue obsequioso. Pero con Godoy tendrá a la “fiscal carnal”, lo que resulta curioso. Cuando Peña quiso dejar a su procurador para que fuera el primer Fiscal, la gente que ahora está en el poder lo llamó “fiscal carnal”. Peña Nieto tuvo la sensibilidad de modificar la legislación.
La fiscal carnal Ernestina Godoy le garantizará a Sheinbaum algo esencial para un gobierno autoritario: el control total de la información que salga de esa dependencia y la obediencia ciega. Estará sentadita en todas las reuniones del gabinete de seguridad esperando instrucciones, tal y como lo hace el resto de los funcionarios. ¿Fiscalía autónoma? Es una broma. Ahora sí, el cuadro está completo, Claudia se ha hecho casi del control total de las instituciones y ahora va por las dos últimas que quedan: INE y BANXICO. Entendamos, no quiere partidarios al frente de las instituciones, quiere incondicionales.
El único pero de toda esta operación malhecha es que tuvo que pedir el auxilio de López Hernández, con lo que de nuevo el senador ya está en circulación y con un favor que cobrarle a Sheinbaum.
Pero, como dice el título, todo está hecho para romperse. También el control político absoluto. La realidad de la economía, la inseguridad y Trump no está bajo control.
Cortesía de El Economista
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