Cuatro de los siete bancos más grandes en México enfrentaron durante el tercer trimestre del año las primeras señales de desaceleración económica.
A pesar de que todos los bancos vieron un aumento en la cartera de crédito, -del dinero que prestaron a empresas, personas y gobierno-, Banorte, Scotiabank, Santander y Citibanamex fueron las instituciones que durante el tercer trimestre del año vieron un menor ritmo de colocación del crédito.
Citibanamex, con una cartera de crédito de 601,351 millones de pesos, fue el banco que vio la mayor desaceleración en comparación con el tercer trimestre del año pasado al crecer 1.8%, mientras que el año pasado registraba crecimientos a tasa del 8.9%.
Santander, el banco de origen español, tuvo un crecimiento de su cartera de 3.2% en este 2024, mientras que el año pasado creció a ritmos del 5.6%; y Scotiabank fue el banco que se mantuvo relativamente estable en el ritmo de crecimiento con una tasa de 5.7%.
Del lado contrario, Inbursa, HSBC y BBVA México fueron los únicos bancos que reportaron crecimientos de doble dígito. El crecimiento de Inbursa, propiedad de Carlos Slim, obedece también a la compra que hizo el año pasado de la Sofom Cetelem y que se concretó en los primeros meses de este 2024.
Analistas consultados por Expansión consideran que un menor dinamismo en la cartera de crédito obedece a que el año pasado la banca colocó montos históricos de dinero en financiamientos.
“Hay una contracción porque vienen de niveles récord y ya no pueden estar colocando con el mismo ritmo. Una menor tasa de interés es más atractiva a la posibilidad de contratar crédito y aún así, el nivel e impacto que tiene ya sobre el poder adquisitivo de las personas va a repercutir en si aceptan o no un nuevo crédito”, dijo en entrevista Ariel Méndez, analista bursátil en Grupo Financiero Ve por Más (Bx+).
Los bancos tienen en general tres categorías para hacer préstamos: al gobierno, consumo (que es el crédito a personas vía tarjetas de crédito o autos) y empresarial.
Méndez considera que ante, un año electoral en el que se espera que la economía crezca a ritmos apenas por encima del 1%, habrá menos proyectos productivos y, por ende, menos necesidad de financiamiento.
La misma Asociación de Bancos de México (ABM) ha reconocido que ante la desaceleración de la economía habrá menos colocación de crédito, aunque la esperanza está en que, con la reducción de las tasas de interés por parte de Banco de México, el sector productivo tenga apetito por el crédito.
Estimaciones de BBVA México, el banco más grande por número de activos y préstamos, espera que en 2025 el crecimiento del crédito solo sea de un dígito. “La inversión privada nacional es la importante y estamos viendo una desaceleración del crédito mayorista y el consumo por un menor crecimiento del empleo”, dijo Eduardo Osuna, presidente y director general de BBVA.
La contracción de la cartera también responde a que ante el cambio de sexenio, los proyectos del gobierno y el financiamiento se pausan.
Tanto BBVA como Banorte, los dos bancos que le prestan más al gobierno, destacaron en su reporte trimestral que esperan que el crédito en este segmento se consolide hacia 2025 y, especialmente en 2026, cuando el gobierno ponga en marcha sus planes de infraestructura.
Las utilidades en la banca
Ante el entorno económico de desaceleración en el que se estima que podría haber un incremento en la morosidad de los bancos, Ve por Más considera que uno de los retos para la utilidad neta de los bancos será el control de la morosidad, vía las reservas financieras.
“Por ejemplo Banorte y Regional han mantenido su nivel de morosidad bastante bien, algunos otros (bancos) la han incrementado, pero ha sido parcial, pero por lo mismo les impacta en las reservas financieras que tienen que cubrir”, añadió Méndez.
En el tercer trimestre, Scotiabank, HSBC y Banorte fueron los que redujeron el dinamismo en la utilidad neta con crecimientos de un dígito.
Cortesía de Expansión
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