De dioses, mitos y superhéroes (Parte 2)


En la primera parte, se abordaron las cuestiones relacionadas con el capítulo histórico de la invasión europea a lo que hoy conocemos como México. También se planteó lo que significó la independencia y cómo el sistema educativo no ha logrado mostrar a las culturas originales que habitaron estas tierras.

Otro punto interesante es lo que representó la Segunda Guerra Mundial. Culturalmente, este cruel capítulo de la humanidad marcó, en la primera mitad del siglo XX, el inicio de lo que hoy son nuestras sociedades. Al finalizar, el planeta quedó dividido en dos bloques: el socialismo y el capitalismo, dos visiones político-ideológicas del mundo. Una considerada buena y la otra mala, dependiendo de la posición que se adoptara o del bloque al que se perteneciera.

Lo anterior se vislumbra en la industria del entretenimiento y, en particular, en la de los cómics. A partir de su época dorada (30s y 40s del siglo XX), surgieron nuevos héroes y villanos, basados en una combinación de mitología, ciencia y ficción. Así, se encargan de tomar algunos dioses para convertirlos en héroes (como Thor) y, en otros casos, toman atributos para el nacimiento de nuevos héroes. Una cualidad fundamental de ellos, sean héroes o villanos, es la fuerza sobrehumana, adquirida a través de un vínculo más allá de lo terrenal (como Superman) o mediante un suero producido por la ciencia (como el Capitán América). Este atributo se relaciona con el mito de Heracles en la mitología griega o Hércules en la romana, quien, por su conexión con lo divino, poseía esa cualidad.

Con lo anterior, se pueden plantear como principios del desconocimiento que tenemos como mexicanos sobre los dioses y su mitología de las culturas que nos precedieron: primero, la invasión española que modificó la percepción de las culturas originarias en México, demonizando y despojando su riqueza cultural. Esto nos lleva al segundo punto, una clara separación entre la sociedad y las raíces indígenas, que impacta de manera notable en el sistema educativo, el cual presenta de forma deficiente a las culturas precoloniales.

Estas consideraciones no implican que busquemos que nuestras culturas sean comercializadas en producciones cinematográficas de superhéroes, sino simplemente mostrar cómo, desde una perspectiva histórico-antropológica-cultural, una pregunta que podría parecer fuera de lugar puede provocar una reflexión que revele una historia de sesgo social, donde múltiples profesionistas somos parte del problema, ya que no hemos logrado, a lo largo de décadas de trabajo, divulgar realmente el conocimiento de nuestras culturas.

Como colofón, hay que mencionar que en “Pantera Negra: Wakanda por Siempre”, Namor es presentado como una fusión de las deidades mayas mesoamericanas Chacc y Kukulkán. La película evidencia una fuerte tergiversación cultural y muestra la necesidad de un mejor asesoramiento para los guiones. Además, se plantea la confrontación entre un héroe africano y un villano mesoamericano, mientras las naciones occidentales buscan robar sus recursos. Al mismo tiempo, se puede cuestionar si la historia realmente es inclusiva o disfraza un sesgo racial, abriendo la puerta a mayores reflexiones sobre la representación cultural en el cine, generando un debate sobre la metáfora y la realidad.

Posdata: habrá que ver una versión de “Batman Azteca” que se anuncia saldrá próximamente, una adaptación del tradicional héroe como un guerrero azteca. Preparen sus palomitas.

Para saber

Esta entidad está compuesta por aspectos de índole multicultural que durante su proceso evolutivo ha forjado de manera distintiva su identidad. Sus habitantes como parte esencial de sus componentes producen la herencia cultural material e inmaterial, representada por su entorno natural, arquitectura, urbanismo y tradiciones, los cuales, se encuentran sujetos a un proceso constante de adaptación a los tiempos modernos.
 

Tapatío

Cortesía de El Informador



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