Carlos Aguila Franco
MILITARES CONVERTIDOS EN TRANSFORMERS
Cada día que pasa en nuestro querido México nos damos cuenta que a los militares de la SEDENA los han convertido en Transformers, y en lugar de realizar las funciones para las que fue creada esa institución, desde la pésima administración de López, los han ocupado para hacer de todo, cual viles “chambitas, o mil usos”
DE MILITARES A IMPROVISADOS ARQUEOLOGOS
Y en esta nueva administración que inició el 1 de octubre del 2024, continúan usando a los militares, como arqueólogos improvisados, ante la falta de presupuesto de Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) los pusieron a desarmar, trasladar y reconstruir monumentos en Campeche.
De eso nos enteramos el 3 de septiembre del 2025, a través de El Universal, quien publicó “Tropa militar realiza trabajo arqueológico en Campeche”, donde destacan que a la tropa los mandaron a realizar esos trabajos en la cabecera municipal de Calakmul, y reubicar monumentos por obras del Tren Maya y por falta de presupuesto para pagar mano de obra calificada.
Lo grave de que los improvisados militares le hagan de antropólogos, es que no son personal calificado para ello, y simplemente los obligan a hacerlo porque el INAH no tiene presupuesto para contratar a quienes si sepan hacerlo. Razón por la cual elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) fueron la mano de obra en reubicar 12 monumentos arqueológicos del complejo Los Monjes, vestigio arqueológico hallado durante la construcción del Tramo 7 del Tren Maya en la comunidad de Xpujil, cabecera municipal de Calakmul, Campeche.
Y aunque los trabajos eran supervisados por dos arqueólogos que envió el INAH, no es lo mismo a quienes realizaron directamente el trabajo, que no tenían ni los conocimientos ni la experiencia para hacerlo, supervisados también de forma espaciada por capitanes de la Sedena y por el arqueólogo Manuel Pérez Rivas, coordinador del salvamento arqueológico del Tren Maya.
Así de esa manera la tropa de la Sedena, junto con albañiles se dedicaron a los trabajos de acabados y detalles finos de esos basamentos mayas. En el lugar esta una estación del tren maya, ubicada a 2 kilómetros del centro de Xpujil, a unos pasos de la carretera que lleva a la zona arqueológica de Calakmul. Dicha estación del tren Maya, lleva el mismo nombre de la comunidad, y fue ahí donde la Sedena tuvo que adaptar un gran patio al aire libre para reubicar el complejo Los Monjes, porque debido a sus dimensiones, el INAH decidió no preservarlo in situ para evitar modificar el trazo del tren.
Que grave y que triste, ya que Los Monjes, fue un espacio ceremonial maya del Clásico Tardío (entre 600 a 900 d.C), en donde existieron viviendas, cuartos abovedados y salones con pisos estucados llamados “salones de concejo”, en los que gobernantes, junto con sus colaboradores, se sentaban a discutir asuntos administrativos, no permaneciera en su lugar de origen.
Y aunque el arqueólogo Pérez Rivas afirme que esos trabajos siguen todos los protocolos de conservación, así como en Europa se siguieron después de la guerra al reconstruir todos los edificios históricos, es cuestionable la decisión del INAH en moverlos para que pasara el trenecito maya.
Grave también de acuerdo a lo que describe El Universal en la visita que hicieron a este lugar, “escuchar en el área de los trabajos arqueológicos el tarareo de los militares de la cumbia “Llorar”, que se mezclaban con el ruido del motor de la pequeña revolvedora de concreto y con las palas que jalaban cemento y arena para formar un mortero que después trasladarían en carretillas para pegar las piedras de los antiguos muros mayas que fueron desarmados hace un año”.
De igual manera, los reporteros de El Universal, solamente observaron a un arqueólogo, siendo que Pérez Rivas aseguraba que eran tres profesionales laborando, y que anteriormente hubo seis. Pero la disminución de arqueólogos la justificó, porque ya sólo estaban coordinando a los albañiles con los modelos constructivos, apoyados de un topógrafo para restituir la posición de los 12 monumentos.
Pero la cruda realidad es que el motivo de la reducción se debió a la asignación de menos presupuesto. Y el mismo Pérez Rivas aseveró “En esta etapa, digamos, se acabó una parte del recurso, ahorita de manera excepcional, con la idea de dar avance, el frente dio personal militar; hay algunos albañiles, había mucha más gente, pero ahorita ya no queda tanto recurso”.
Y más preocupante aún, respecto a la conservación de estos importantes monumentos en la historia de México, que al cuestionársele a Pérez Rivas sino laboraban restauradores, respondió: “En Chetumal tenemos restauradores. Pero, por ejemplo, aquí se capacita a gente para que haga los piveteos y acabados”.
Y en cuanto a los recursos, señaló: “como todos estos apoyos los dan en especie, tenemos un estimado, un volumen de qué tenemos en costo, ahí es la Defensa. Nosotros pedimos: necesitamos cinco albañiles, tantas toneladas de sascab, pero ya el costo real ese sí lo está otorgando Tren Maya y Sedena”.
Asimismo, comentó que el desarmado, traslado y rearmado de Los Monjes, así como de otros 41 monumentos, 36 en Chetumal, 3 en Calakmul y 2 en Escárcega. fue complejo porque implicó una exploración minuciosa para tener un registro milimétrico hecho con topografía y fotogrametría. Numeraron cada piedra de las estructuras, números que al momento de la visita aún se apreciaban. Es como hacer un rompecabezas. Se marcan, se desmantelan, se quitan los rellenos y todo se traslada al nuevo sitio.
Para ello deberían hacerlo albañiles especializados, pero fue difícil porque realmente tenían que traer albañiles de otros pueblos, pero era muy difícil traerlos. Y se tuvo que capacitar albañiles, pero también personal militar.
La participación de militares en la reubicación de Los Monjes no es el primer caso mencionado en medios de comunicación, sobre personal de la Sedena llevando a cabo labores arqueológicas, ni la primera vez que el INAH reconoce la participación castrense, pero esta es la primera vez que un medio registra en imágenes el trabajo de tropa militar que sustituye a mano de obra calificada y remunerada.
Importante destacar que el pasado 15 de agosto del 2025, se dio a conocer en el medio digital Fábrica de Periodismo, que investigadores del INAH habían presentado una denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR) por la reconstrucción y reubicación ilegal de 47 monumentos arqueológicos en el Parque Balam Tun, en Chetumal, Quintana Roo. Y el INAH respondió que fue un proceso en coordinación con la Sedena para trasladar 36 monumentos conforme a la normatividad vigente y bajo lineamientos nacionales e internacionales de conservación y salvaguardia del patrimonio.
De igual manera en septiembre del 2024, EL UNIVERSAL dio a conocer el cuaderno de trabajo “La construcción del Tren Maya y la destrucción del patrimonio en la Península de Yucatán”, del investigador Juan Manuel Sandoval, donde detalla la presencia de militares en tareas de salvamento.
Y anteriormente, en mayo del 2023, quien era el Director del INAH, Diego Prieto, señaló en la Mañanera de López, que para las tareas de salvamento arqueológico del Tramo 7 se implementó un dispositivo especial que permitió en un lapso de 14 semanas obtener el visto bueno, gracias a la incorporación de más 500 elementos de tropa que proporcionó la Sedena.
Insisto estimados lectores lo grave y preocupante, primero que los monumentos descubiertos permanecieran en su lugar original, y segundo, que, por no tener recursos, el INAH permitiera que personal sin experiencia ni conocimientos se hiciera cargo de monumentos históricos, que son patrimonio nacional.
Qué triste que hayan dilapidado miles de millones en el trenecito maya y no destinaran presupuesto para que especialistas se hicieran cargo de esos monumentos.
Cuestión de prioridades, no importarles monumentos que permanecerán como parte de nuestra historia, por un trenecito que no sabemos cuánto durará.
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