Tras dejar el Senado en diciembre de 2024, Miguel Ángel Mancera vive una etapa distinta. Ya sin los reflectores de la política activa, su etapa actual combina proyectos académicos, deporte, viajes y un nuevo reto que lo entusiasma: su podcast Entre Amigos.
El exjefe de Gobierno de la Ciudad de México (2012-2018) conserva el mismo ritmo intenso que tuvo en la política. “Yo con el ritmo sigo igual porque ahora hago mucho más ejercicio en las mañanas. Empiezo muy temprano, tengo prácticas a las seis de la mañana. Ese ritmo no lo termino de romper. Algo tengo que hacer y si no, me lo invento”, nos cuenta en entrevista.
Aunque ya no está en campaña ni en tribuna, asegura que la política sigue presente en su vida cotidiana: “No estoy haciendo política de la política. Estoy haciendo política en mis relaciones públicas y privadas. Porque no dejas de hacer política. Es la manera de interactuar para cambiar cosas”, comenta.
En paralelo, retomó su faceta académica. “Durante el tiempo del Senado inicié un segundo doctorado en el INAP [Instituto Nacional de Administración Pública]. Lo había pausado, pero ahora ya retomé la investigación y las presentaciones. Espero tener ese doctorado pronto en Administración Pública”, agrega.
(Jessie Furlong)
Entre amigos y nuevos caminos
Con más libertad y más tiempo para pensar en proyectos creativos, encontró en el podcast un espacio innovador para experimentar. Así nació Entre Amigos. “Siempre decía: esas pláticas que tienes en un café, me gustaría que la gente las conociera. Entonces decidí hacer un podcast. Lo hacemos con el equipo de Adela Micha, pero con toda mi libertad creativa. Han pasado artistas, deportistas, científicos, chefs y siempre hablamos de todo menos de política”, confiesa.
Desde consejos empresariales de Arturo Elías Ayub hasta teorías de ovnis con Jaime Maussan o las anécdotas de Roberto Palazuelos, sus invitados hacen que nunca falte la sorpresa en cada episodio.
Hoy su tiempo también se reparte entre deportes y viajes. “Empecé a practicar pádel, que es divertidísimo, muy social y exige condición física. También hago muay thai, jiu-jitsu y sauna con tina de hielo. Es un reto que se volvió un vicio: lo practico al menos dos veces por semana y me hace sentir superbién”, dice con la voz de alguien que sorprende confesando que pasó por una cirugía de corazón abierto.
Sobre sus viajes, cuenta que ahora disfruta de destinos que antes evitaba: “Pasaron 25 años sin ir a Las Vegas porque como funcionario hubiera sido mal visto. El año pasado regresé para una pelea de UFC y fue una experiencia padrísima. Ahora viajo más tranquilo, sin tanto protocolo”, confiesa.
Sacrificios y huellas
No todo en la política fue logro y satisfacción. Miguel Ángel Mancera reconoce que el sacrificio más grande ha sido perderse tiempo con sus hijos. “Es un reto bien difícil, es un reto que te afecta la familia, te afecta en lo personal. Es un cambio de vida. Te vuelves público”, comenta.
“Hubo muchas cosas que me perdí de mis hijos, de su infancia, por el ejercicio mismo de Gobierno. Cuando yo estuve trabajando en Seguridad Pública, hubo cuando menos dos Navidades y dos Años Nuevos que no pude estar con ellos, estando chiquitos. Vacaciones, viajes que teníamos planeados y se cancelaron porque surgieron cosas de último minuto”, confiesa con franqueza.
(Jessie Furlong)
Sobre si estos sacrificios han valido la pena, su respuesta es contundente: “Sí. Totalmente. Es decir, si yo pudiera rebobinar y regresar a esa época y arrancar, lo volvería a hacer. Porque han habido muchísimas cosas que son absolutamente satisfactorias”, declara.
Satisfacciones y su legado en la política
Entre los logros que más lo llenan de orgullo destacan programas sociales que marcaron precedentes a nivel nacional e internacional. “Pude implementar un programa que ahora están remasterizando, se llama ‘Médico en tu casa’. Lo firmé con Emiratos Árabes, Guatemala, Cuba, Panamá. Firmamos con varios países ese modelo. Eso es una gran satisfacción”, explica.
Recuerda también rescates y acciones de impacto directo en la ciudadanía: trasladar a personas heridas en helicóptero durante emergencias, o impulsar leyes en favor de mujeres y adultos mayores. También destaca iniciativas que aún no se concretan, como una ley de legítima defensa ampliada para mujeres que actúan protegiendo a sus hijos, y reformas que garantizan prioridad a adultos mayores en servicios públicos.
Para Miguel Ángel Mancera, estas acciones representan la esencia de servir: cambiar la vida de la gente con medidas concretas y efectivas. “La política no es solo la política: es servir en lo público. Siempre estás buscando cambiar algo”, resume.
De la Prepa 6 al giro inesperado
Mancera recuerda con nitidez sus días en la Prepa 6 de Coyoacán y la angustia de presentar el examen de ingreso a la universidad en el Estadio Azteca, abarrotado de aspirantes. Aún presume con memoria de detalle su número de cuenta: 82 23 0 49 0, que lo acompañó desde 1982 como universitario orgulloso del escudo de la UNAM.
En ese momento tenía claro su camino: estudiar Medicina. Sin embargo, un accidente automovilístico lo cambió todo. Viajaba de copiloto cuando el choque lo dejó con heridas en la cara y 33 puntos de sutura. Las cicatrices que todavía conserva son el recordatorio de aquel día que lo llevó a replantear su futuro profesional.
“Tuve un accidente muy fuerte. Me hicieron firmar un perdón en la Cruz Roja sin que yo entendiera. Después hice exámenes extemporáneos, pasé y encontré mi lugar en la carrera de Derecho”. Y ahí fui feliz hasta la fecha”, confiesa orgulloso.
¿Volvería a la política? No lo descarta, pero pone condiciones: “Primero tendría que ser un equipo donde te sientas bien integrado. Si se diera la oportunidad de impulsar iniciativas que hagan diferencia, lo pensaría. Pero por ahora, estoy enfocado en mi doctorado, en el podcast y en avanzar en las cintas del jiu-jitsu”, finaliza.
Cortesía de "quien.com"
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