De piloto a proveedor: ¿Cómo convertir tu startup en aliado estratégico de una gran empresa?

Participar en un programa de aceleración de un corporativo es un gran punto de partida para una startup, porque brinda visibilidad, acceso a recursos, mentoría y una oportunidad real de colaborar con una gran empresa. Pero ese piloto es sólo el inicio, el verdadero salto es convertirse en proveedor de la compañía, es decir, ser parte de su cadena de valor. 

Mónica Campos, líder de transformación digital de Nestlé México detalló durante su participación en Chilean Innovation Tech Summit, evento organizado por ProChile, que las empresas se apalencan de las startups para impulsar la tecnología y solucionar problemas.

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Puntualizó que las organizaciones tienen muy bien identificados sus problemas, que pueden ser económicos, operativos o de consumidor, y que resolverlos internamente puede costar mucho presupuesto y años de trabajo. Por eso apuestan por la innovación de startups, cuyo modelo de crecimiento acelerado permite implementar en corto tiempo una prueba piloto.

Como corporativo tengo muy claro que no voy a resolver los problemas por mi propia cuenta, porque ni soy científico, ni tengo el tiempo ni el conocimiento ni la flexibilidad para crear esa innovación”.

Del piloto a la consolidación

Si bien, estos programas de innovación abierta ayudan a crear proyectos que resuelvan un problema en específico, el verdadero reto para las startups es convertirse en proveedores.

Alejandro Hernández, director general de Kran Nanobubble en México señaló que “lo difícil no es hacer el pilotaje, lo difícil es todo lo que viene después para convertirse en proveedor. Porque hay tiempos que uno desconoce, costos administrativos, de seguridad, se talento, se necesita más personas”.

El emprendedor chileno que desarrolla soluciones de eficiencia hídrica a través de tecnología de nanoburbujas formó parte de la segunda generación del programa Re-generacion All in de Nestlé México. Luego de implementar el piloto, se topó con cuestiones administrativas para convertirse en proveedor.

Los procesos importan

Mónica Campos, quien dijo que en las organizaciones siempre habrá procesos internos a seguir y requerimientos gubernamentales para que una startup se pueda convertir en proveedora, sobre todo si no es mexicana.

Por ejemplo, en el caso de Kran Nanobubble se requería por regulación gubernamental se requería que la empresa tuviera su registro patronal ante el IMSS, un proceso que detuvo la colaboración.

“Al escalar todos van a jugar con la misma cara de la compañía, que es súper burocrática, restringida y exigente. Al final del día te va a pagar bien, pero te va a exigir todo lo que le pusiste en el contrato. Nadie va a poder cambiar la regulación de México, y ninguna empresa; chica, mediana o grande se va a exponer a que le cierren una fábrica por meter a una persona que no está registrada laboralmente en México”.

Cumplir con las regulaciones, una prioridad

Irene Kamann, directora de la cadena de suministro de Sodexo coincidió con los expertos y puntualizó en que todos los países tienen regulaciones diferentes y si se quiere hacer negocios es necesario conocerlos y aplicarlos.

Recordó casos de emprendedores que han hecho pilotos exitosos con la compañía, pero a la hora de convertirse en proveedores el proceso se vuelve complicado, porque no cuentan con los registros necesarios, lo que puede tardar de seis meses hasta un año.

Eso genera gastarse el ‘disparo’ en el momento inadecuado, porque para nosotros, que somos el link entre la startups o futuro proveedor y el área usuaria, esta fase de tiempo nos deja fuera de tiempo y el negocio se pude perder”.

Por ello, aconseja no minimizar los temas administrativos y legales, porque la empresa se queda esperando y al final no se concreta el negocio.

Finalmente, Mónica Campos detalló que si la startup busca trabajar con un corporativo lo primero que debe hacer es conocer la empresa y sus dolencias, para ofrecerle una solución a la medida y así crear una colaboración que beneficie a ambos.

Cortesía de El Economista



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