De un movimiento social a la universidad privada más antigua de México: La UAG


En 1935, la educación en México atravesaba una transformación profunda impulsada por el entonces presidente Lázaro Cárdenas, mediante la cual se buscaba erradicar la doctrina religiosa, el fanatismo y los prejuicios de las escuelas del país. La reforma fue calificada como socialista y originó posturas en contra de su implementación al catalogarla como un atentado contra la moral, la fe y la existencia de Dios, así como un ataque a la libertad de enseñanza de aquellas instituciones que no querían adherirse a esta clase de educación. En medio de un contexto ideológico tenso es que nació, el 3 de marzo de aquel año, la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), la primera universidad privada del país y la más longeva, con una manifestación en el Centro Histórico y con la misión de preservar el pensamiento crítico y desarrollar la actividad académica.

Liderada por los estudiantes Carlos Cuesta Gallardo, Dionisio Fernández y los hermanos Antonio y Ángel Leaño Álvarez del Castillo, la casa de estudios contó en sus inicios con el apoyo de profesores y una parte significativa de la sociedad tapatía. Los principios rectores eran defender la libertad de cátedra y la autonomía universitaria, así como convertirse en símbolo de resistencia intelectual y de compromiso social.

En sus inicios, la institución era conocida como Universidad Autónoma de Occidente. El licenciado Agustín Navarro Flores fue nombrado primer rector y durante esta etapa la UAG enfrentó múltiples desafíos, como la gestión de la plantilla docente y estudiantil, el arrendamiento de instalaciones, la creación de los planes de estudio y la incorporación oficial de estudios a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Solo existían las Escuelas de Jurisprudencia, Medicina, Odontología e Ingeniería, así como la preparatoria.

En la década de los 40, las autoridades universitarias enfrentaron nuevos retos, como la consolidación académica e institucional, la ampliación de la oferta educativa y la creación de una comunidad universitaria sólida, en la que profesores, alumnos y personal administrativo trabajaran bajo un solo propósito. Los docentes enseñaban sin cobrar honorarios y el crecimiento de la universidad permitió que las escuelas mencionadas se convirtieran en facultades, mientras que se inauguró la preparatoria femenil.

En tanto, a lo largo de estos 25 años del milenio, la UAG se ha consolidado como una institución prestigiosa de educación superior en México y a nivel internacional. Se invirtieron 100 millones de pesos en la Facultad de Medicina, con los cuales se construyó el Centro de Simulación Médica y se remodelaron distintas áreas. Durante la pandemia por Covid-19, la universidad se adaptó rápidamente al modelo híbrido y se entregaron 400 laptops a profesores. Se inauguraron edificios, centros, laboratorios y carreras, como la Ingeniería en Inteligencia Artificial, con el fin de estar a la vanguardia en los cambios tecnológicos de la sociedad. Además, en 2022 obtuvieron la certificación Top Employer, convirtiéndose así en la única universidad en México en recibir este galardón.

Así, a lo largo de 90 años de existencia, la Universidad Autónoma de Guadalajara ha logrado posicionarse en México y en el mundo como una de las mejores instituciones de educación superior, siempre bajo los principios que sus fundadores defendieron desde su nacimiento: libertad de cátedra, desarrollo del pensamiento crítico y de la actividad académica de excelencia.

CT

Cortesía de El Informador



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