Debuta un semillero de artistas entre malabares y telas


En apenas dos años, el Centro de Artes Circenses de Zapopan (CACZ) ha pasado de ser un proyecto incipiente para convertirse en un espacio único en el país: el primero y único administrado por un ayuntamiento dedicado de forma exclusiva a la formación en artes circenses. Este mes, ese esfuerzo tendrá un nuevo capítulo con la presentación oficial de la Compañía de Circo de Zapopan, integrada por jóvenes que han crecido artística y personalmente en este lugar.

FERIA DE SAN FRANCISCO

La función inaugural se realizará el viernes 15 de agosto, a las 17:30 horas, y marcará la culminación de un proceso de formación que incluyó especialización técnica, creación artística y exposición ante público. Para el director de Cultura de Zapopan, Cristopher de Alba, es un momento que sintetiza el impacto social y creativo que ha tenido el centro.

“Me siento muy contento de poder liderar y tener un centro cultural dedicado a las disciplinas circenses. Ya llevamos dos años con este espacio en la Colonia Colli CTM y he sido testigo del cambio que se está generando en el contexto social de la zona”, dice en entrevista con EL INFORMADOR.

Desde su apertura, el CACZ despertó un interés inusitado. Antes de inaugurarse oficialmente ya contaba con 250 niños inscritos. Actualmente reúne a menores, jóvenes, adultos e incluso adultos mayores que participan en disciplinas como telas, clown, hula-hula, malabares, equilibrismo o trapecio. “Para los niños y jóvenes es una formación muy importante porque les da, además de valores, una gran seguridad en sí mismos”, dice de Alba.

Un espacio transformado

El centro ocupa un edificio que antes albergaba clases de regularización y reuniones comunitarias. La idea de convertirlo en una escuela de circo surgió tras una visita del presidente municipal Juan José Frangie, quien vio en la altura y dimensiones del lugar un potencial inusual.

La propuesta se concretó con una rapidez poco común en la administración pública. “En mis 17 años como funcionario, es el proyecto que más rápido se materializó. En febrero de 2023 lo vimos y en abril ya estaba acondicionado, pintado, con presupuesto y funcionando. Eso habla de voluntad y compromiso”, recuerda el funcionario.

El resultado ha sido un espacio seguro y activo en una colonia identificada con problemáticas sociales. “Aquí los niños tienen una alternativa fuera de las pandillas, las drogas o la televisión. Es un lugar 100% familiar, con formación artística y comunitaria”. enfatiza.

Fusión de comunidad y circo

El coordinador del CACZ, Juan Méndez, vive el proyecto desde adentro. Con dos décadas dedicadas al circo -incluyendo el Festival Periplo y su compañía Bravísimo-, encontró en este centro una oportunidad para consolidar un modelo que combina formación artística con desarrollo comunitario.

“Cuando recibí la invitación para abrir este centro, pensé que era lo que hacía falta, que desde el gobierno se generaran proyectos que ayuden a la comunidad independiente. El circo en México tiene mucha tradición, pero queremos que se disfrute como un arte escénica, como el teatro o la danza”, explica a esta casa editorial.

La mayoría de los 300 usuarios actuales son vecinos que llegan caminando. Méndez recuerda que el arranque fue con un espectáculo gratuito para la colonia. Muchos de los asistentes se inscribieron después en los talleres, y desde entonces el vínculo con la comunidad se ha fortalecido.

“El chiste es que vengan a hacer algo. A través de los talleres, los espectáculos y las exposiciones, se crea comunidad. Los niños adquieren confianza, desarrollan disciplina y experimentan un sentimiento de logro que impulsa su crecimiento personal”, señala.

El CACZ cuenta con el equipo e instalaciones ideales para practicar las artes circenses. ESPECIAL

Un modelo que genera públicos

El CACZ organiza entre uno y dos espectáculos al mes, lo que significa unas 20 funciones anuales. La variedad de propuestas -del humor del clown a montajes más visuales y reflexivos- ha ampliado el gusto y la capacidad de apreciación del público. “Antes, si algo no les gustaba, se salían. Ahora se quedan, comentan sobre la iluminación o el vestuario. Ya son parte del modelo y eso es muy bonito”, dice Méndez.

Para mantener el interés, el centro ajusta constantemente su oferta. La creación de la Compañía Juvenil de Circo responde a esa necesidad de dar nuevos retos a quienes ya superaron el nivel principiante. “Ahora el reto es estar frente a un escenario, llenos de nervios, pero con herramientas para desenvolverse. Esa seguridad les servirá en la escuela, en un trabajo o incluso si deciden ser artistas”, explica.

Proyecto que se consolida

El espectáculo del 15 de agosto es el resultado de una residencia intensiva con 16 integrantes y cinco maestros. Cada alumno trabajó casi de forma personalizada: tres por instructor, un formato similar al de las escuelas de circo profesionales.

“Fue invertir todo el recurso y tiempo para capacitarlos. Les dijimos que no había expectativas, que llegaríamos hasta donde se sintieran a gusto. Lo importante es que se sientan seguros en escena”, apunta Méndez.

La puesta en escena durará 30 minutos y contará con música en vivo a cargo de Los Paraíso, una banda juvenil de la colonia Lomas del Paraíso que interpreta corridos tumbados, pero en esta ocasión sin letra. “Es una música muy bonita y queremos que sea un puente entre centros culturales, que los jóvenes se relacionen a través del arte”, agrega.

Planes a futuro

El municipio busca que la compañía forme parte de su red artística, junto con la Orquesta Sinfónica Juvenil, coros, ballets y otras agrupaciones. A largo plazo, se planea establecer alianzas con países como Australia, Canadá o Brasil, que cuentan con desarrollos circenses consolidados.

El sueño es ambicioso pues se busca que alguno de estos jóvenes pueda llegar a integrarse a espectáculos internacionales como el Cirque du Soleil. Para de Alba, el potencial está ahí. “Estamos formando superhumanos. Aquí hay disciplina física, histrionismo, manejo de escenario y una aceptación comunitaria que fortalece la resiliencia. Son habilidades para la vida”.

En la colonia Colli CTM, donde antes los niños jugaban en calles con riesgos, ahora ensayan malabares, se cuelgan de telas y se preparan para presentarse ante el público. Y este 15 de agosto, la pista será toda suya.

CT

OBRAS DE INFRAESTRUCTURA HIDALGO

Cortesía de El Informador



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