- Autor, Redacción
- Título del autor, BBC News Mundo
Los incendios que vienen azotando Los Ángeles no dan tregua a la urbe estadounidense.
Las autoridades locales han declarado una “emergencia sanitaria” en el condado debido a la mala calidad del aire, producto de las cenizas y el humo que cubren la metrópolis.
Por ello, han pedido a los residentes que se mantengan en sus casas y utilicen los aparatos de aire acondicionado para filtrar el aire y hacer que recircule. También les han pedido que utilicen mascarillas faciales si salen al exterior.
La peligrosa combinación de incendios y fuertes vientos ha “degradado gravemente la calidad del aire… lo que plantea riesgos inmediatos y a largo plazo para la salud pública”, anunció el Departamento de Salud Pública del Condado de Los Ángeles.
La medida no es la única que han adoptado las autoridades en las últimas horas, pues también han emitido nuevas órdenes de evacuación en zonas cercanas a los seis focos activos de fuego activos.
Funcionarios de la ciudad han anunciado que más de 144.000 personas han recibido órdenes de dejar sus hogares, mientras que han reportado que el número de fallecidos ya ha ascendido a once y otras 13 personas permanecen desaparecidas.
Asimismo, informaron que las llamas han destruido miles de viviendas y dejado a más de 60.000 personas sin servicio eléctrico.
Cifras astronómicas
Los vecinos de suburbios como Brentwood, Encino, Eaton y Calabasas fueron algunos de los que este sábado recibieron mensajes de las autoridades instándoles a prepararse para desalojar sus hogares y dirigirse a los refugios instalados.
Los estudiantes de la Universidad de California-Los Ángeles (UCLA) también fueron advertido por los directivos de la institución que deben “permanecer alerta y estar listos para evacuar, en caso de que la alerta se extienda a nuestro campus”.
Hasta el momento, los incendios forestales han destruido unas 10.000 casas, edificios y locales comerciales, lo cual los ha convertido en los más destructivos en la historia de la ciudad californiana.
Lindsey P. Horvath, supervisora del condado de Los Ángeles, anunció que se han abierto nuevos refugios para albergar a las personas que han tenido que abandonar sus hogares.
Asimismo, se ha conocido que debido a la emergencia sanitaria actividades deportivas como la natación en la costa está prohibida, debido a la cantidad de ceniza que hay en la atmosfera.
La prensa ha reportado que estrellas del cine y la televisión como Mel Gibson, Billy Crystal, Jeff Bridges, Adam Brody y Anthony Hopkins o Paris Hilton han perdido sus hogares por culpa de las llamas.
Y aunque los bomberos aseguran que varios de los focos están siendo contenidos, las autoridades han advertido que el peligro está lejos de haber pasado y que otras 60.000 edificaciones están en riesgo.
Se calcula que las pérdidas por esta crisis ascienden, hasta el momento, los US$8.000 millones de dólares.
Unos 157 kilómetros cuadrados han sido arrasados por las llamas, de acuerdo con datos del Departamento de Silvicultura y Protección contra Incendios del estado de California.
Sin pistas
Las causas de los destructivos incendios siguen sin estar del todo claras.
Un hombre fue arrestado el jueves por la tarde después de que vecinos sospecharan que estaba tratando de iniciar un nuevo fuego.
La policía dijo que fue acusado de violación de libertad condicional, pero que no había suficiente causa probable para acusarlo de provocar un incendio, y una investigación continúa.
El fiscal de distrito de Los Ángeles, Nathan Hochman, aseguró que en la actualidad la prioridad de las fuerzas del orden era salvar vidas y hogares y ayudar a los bomberos, pero que eventualmente se centrarían en investigar las causas de los incendios.
“Si se determina que hubo un incendio provocado intencionalmente por el hombre, las personas que cometieron este incendio serán arrestadas, procesadas y castigadas con todo el peso de la ley”, prometió.
Una combinación de un período excepcionalmente seco (el centro de Los Ángeles solo ha recibido 0,4 centímetros de lluvia desde octubre) y potentes ráfagas marinas conocidas como vientos de Santa Ana han creado condiciones propicias para los propagar los incendios forestales.
Los pronósticos meteorológicos que anuncian nuevas ráfagas de viento están generando temores de que las llamas puedan extenderse más.
Informes oficiales reconocen que el cambio climático también ha jugado un rol en la actual crisis.
“El cambio climático, incluido el aumento de las temperaturas, las sequías prolongadas y una atmósfera seca, ha sido un factor clave en el aumento del riesgo y la extensión de los incendios forestales en el oeste de Estados Unidos”, admitió la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica.
Pero las autoridades no solo están buscando aclarar cómo se originaron los incendios, sino por qué ha sido tan difícil contenerlos y sofocarlos. Así, el gobernador Gavin Newsom respaldó el inicio de una investigación sobre las denuncias de fallas en los hidrantes y en el sistema de suministro de agua.
Para evitar nuevos actos de saqueo y robo, el toque de queda fue impuesto y se desplegaron tropas de la Guardia Nacional en algunas partes de la ciudad.
22 personas han sido arrestadas por violar la prohibición de salir a las calles en las noche, informó el jefe la Policía de Los Ángeles, Robert Luna, durante una rueda de prensa el sábado.
Ayuda desde el sur y las cárceles
Los bomberos de Los Ángeles, que se encuentran exhaustos, recibirán ayuda desde México.
“Una misión solidaria (viajará) para apoyar en el combate de los graves incendios forestales que afectan la región sur de California”, anunció la Secretaría mexicana de Seguridad y Protección Ciudadana en un comunicado difundido el viernes.
En el escrito, las autoridades mexicanas informaron que el grupo estará conformado por “74 elementos técnicos especializados en el combate al fuego y de protección civil”.
La misión estaba prevista que arribara este sábado en la mañana.
En un intento por ponerle freno a los incendios, las autoridades californianas han recurrido incluso a presos.
Unos 939 reclusos se han incorporado a los equipos de extinción que vienen batallando contra las llamas, según datos del Departamento estadal de Prisiones y Rehabilitación (CDCR, por sus siglas en inglés).
Los bomberos encarcelados han estado trabajando “las veinticuatro horas del día cortando líneas de fuego y retirando combustible de detrás de las estructuras para frenar la propagación del fuego”, aseguró el CDCR a la BBC en un comunicado enviado por correo electrónico.
La iniciativa no es nueva y data de 1946. Sin embargo, en este momento ha provocado opiniones encontradas, pues unos sectores la ven como una explotación y otros que es una forma de rehabilitación.
El estado paga a los reclusos un salario diario de entre US$6 y US$10, y un dólar adicional por día cuando se les asigna a emergencias activas.
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Cortesía de BBC Noticias
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