Del campo al asfalto: el coche que integra piezas fabricadas con cáscara de arroz

En un mundo cada vez más comprometido con la sostenibilidad, los caminos del sector primario y la industria automotriz se cruzan de maneras tan sorprendentes como inspiradoras. El arroz, ese humilde cereal que alimenta a más de la mitad de la población mundial, acaba de encontrar una segunda vida muy diferente: formar parte de un coche. Y no de cualquiera, sino del SEAT Arona, que se convierte así en el primer vehículo de serie en incorporar piezas fabricadas con cáscara de arroz, como vemos en este vídeo de Video-Motor-Pro.

Sí, has leído bien. A partir de abril de 2025, cada SEAT Arona (modelo más vendido de su categoría durante seis años en España) que sale de la línea de producción en Martorell lleva en su interior un poco de los arrozales del Delta del Ebro. En concreto, 60 gramos de cáscara de arroz por unidad, lo que supone un aprovechamiento anual de 5 toneladas de este subproducto agrícola que hasta ahora tenía poco o ningún uso. Una hazaña que combina innovación tecnológica, eficiencia industrial y una firme apuesta por la economía circular.

Oryzite: el ingrediente secreto del nuevo Arona

El corazón de esta innovación reside en Oryzite, un material de origen renovable y biobasado que se obtiene de los residuos del cultivo del arroz. Su desarrollo ha sido posible gracias a la colaboración entre SEAT, la empresa homónima Oryzite y el grupo SIGIT. Tras cinco años de pruebas, estudios y ensayos piloto desde su primera presentación en los Innovation Days de SEAT en 2020, este nuevo material ha pasado de ser una curiosidad experimental a una solución industrial real.

El Oryzite sustituye parcialmente al tradicional polipropileno con fibra de vidrio en las piezas del soporte del doble fondo del maletero. Concretamente, representa un 15% de la composición de estas piezas, lo que ya supone un cambio relevante tanto en términos medioambientales como técnicos.

Sostenibilidad que también es eficiencia

La incorporación de este material vegetal no es solo una medida “verde”. También mejora la eficiencia del producto final. Según datos facilitados por SEAT, el uso de Oryzite permite reducir el peso de cada pieza en un 5,8%, lo que contribuye, aunque de forma marginal, a mejorar el consumo del vehículo. Además, esta innovación permite reducir el coste de producción de estas piezas en hasta un 2%.

Pero quizá lo más llamativo es que el material no necesita modificaciones sustanciales en la línea de producción. No hay diferencias visibles ni funcionales entre una pieza hecha con polipropileno tradicional y otra con Oryzite. Lo que cambia es el impacto ecológico.

“Hemos conseguido incorporar con éxito este material renovable y así promover la economía circular, a la vez que disminuimos el uso de productos derivados del petróleo”, explica Gerard Suriol, responsable de Desarrollo de Interiores en el Centro Técnico de SEAT S.A.

Un ejemplo de economía circular aplicada

La clave del Oryzite no es solo que provenga de un recurso vegetal, sino que aprovecha un residuo agrícola, lo que lo convierte en un ejemplo claro de economía circular. Cada año, miles de toneladas de cáscara de arroz se generan como subproducto del cultivo y procesamiento de este cereal. En la mayoría de los casos, esta biomasa termina incinerada o acumulada en vertederos.

Al reutilizarla como materia prima para la automoción, se le da un valor añadido a este residuo y se reduce la dependencia de materiales fósiles. Además, Oryzite actúa como sumidero de carbono, ya que retiene el CO₂ capturado por las plantas de arroz durante su crecimiento. En otras palabras, no solo se evita generar nuevas emisiones, sino que también se contribuye activamente a su reducción.

Delta del Ebro: de arrozal a línea de montaje

La materia prima de esta revolución sostenible procede del Delta del Ebro, una de las zonas arroceras más emblemáticas de Europa y declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Esta conexión entre territorio, naturaleza y tecnología refuerza el vínculo entre el tejido productivo rural y el desarrollo industrial más avanzado.

SEAT ha querido remarcar esta dimensión local y responsable de la iniciativa, que no solo tiene impacto ambiental, sino que también dinamiza la economía agrícola de la región.

El primer paso de una transformación mayor

Aunque por ahora el uso de Oryzite se limita a dos piezas específicas del SEAT Arona, la compañía ya estudia ampliar su uso a otros elementos interiores y a más modelos de su gama. El objetivo es claro: reducir progresivamente el uso de plásticos derivados del petróleo y avanzar hacia una producción automotriz más respetuosa con el entorno.

Esta estrategia se alinea con los planes más ambiciosos del Grupo Volkswagen, del que forma parte SEAT, y que contempla alcanzar la neutralidad en carbono en toda su cadena de valor para el año 2050. Seat lidera la electrificación de la industria española del automóvil, y la integración de materiales como Oryzite supone un avance tangible hacia la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente.

¿Y si el futuro del automóvil se cultiva en los campos?

El caso del SEAT Arona es mucho más que una anécdota ecológica. Representa un cambio de paradigma en la forma en que concebimos la fabricación de automóviles. La convergencia entre el sector agrícola y la industria del motor abre nuevas vías para repensar los materiales, reducir el impacto ambiental y crear productos más sostenibles desde su origen.

No es casualidad que los grandes fabricantes estén explorando alternativas biobasadas, desde plásticos hechos con algas hasta tejidos provenientes del maíz o el cáñamo. El coche del futuro no solo será eléctrico o autónomo. También será biológico, reciclable y regenerativo.

Y en este camino, el SEAT Arona —con su alma de arroz— se ha adelantado, demostrando que la innovación también puede germinar donde menos lo esperamos: en los restos de una cosecha.

Cortesía de Muy Interesante



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