Denis Urubko explica en exclusiva su hazaña con Pipi Cardell en el Nanga Parbat: “El riesgo de quedar atrapados era alto”

Tras el reciente éxito de la expedición que entre el 6 y 10 de julio de 2025 abrió una nueva ruta en el Nanga Parbat (8.125 m), el mítico ochomil conocido por su historia trágica y sus desafíos extremos, el alpinista ruso/polaco Denis Urubko comparte en exclusiva con 20minutos los detalles de esta hazaña junto a la granadina María José ’Pipi’ Cardell. 

FERIA DE SAN FRANCISCO

Como ya relatamos en nuestros artículos anteriores, esta ascensión por la ruta bautizada’’Niezabudka’ (que significa el nombre de la flor ‘No-me-olvides’), ha marcado un hito en el alpinismo moderno, y Pipi Cardell se convirtió en la primera mujer de la historia en abrir una ruta nueva en estilo alpino en un ochomil. 

Fieles al estilo alpino, sin ayuda externa, sin oxígeno suplementario, ellos dos solos en una escalada de primer nivel. En esta entrevista en exclusiva, Urubko nos revela los momentos más críticos, las dificultades técnicas y las emociones vividas en la cima, ofreciendo una mirada íntima a una aventura que combina coraje, técnica y una conexión única entre dos alpinistas excepcionales.

¿Cómo enfrentasteis ambos el constante peligro de avalanchas y desprendimientos de rocas durante el ascenso?

El Nanga Parbat tiene una historia complicada y trágica. Las expediciones alemanas murieron bajo aludes de hielo en la cara Raikhot a principios del siglo XX. Günther Messner falleció en una avalancha en el glaciar Diamir. La ruta “estándar” Kinshofer, usada por clientes comerciales, es conocida por los desprendimientos de rocas. Sin embargo, estos riesgos no son constantes. Dependen de la temperatura, la radiación solar, la cantidad de nieve reciente o terremotos. Algunos factores son impredecibles, pero otros pueden calcularse. 

Nuestra ascensión por la ruta Niezabudka comenzó con un desvío hacia la izquierda por el glaciar para evitar accidentes bajo grandes seracs. En el corredor, la ausencia de avalanchas estaba garantizada por un largo período seco previo, aunque esto nos dejó un hielo liso como un espejo durante 1.500 metros. El sol llega a esa cara del Nanga Parbat alrededor de las 11:00, desencadenando desprendimientos de rocas de inmediato, lo que nos obligó a detenernos durante siete horas. Tuvimos que resguardarnos bajo un pequeño bastión. Por la tarde, una tormenta cubrió la montaña, y María y yo solo pudimos continuar después de las 19:00. Algunas rocas caían incluso en la oscuridad, aunque raramente, manteniendo una tensión psicológica intensa. 

Las zonas de riesgo de avalanchas estaban en la travesía a unos 7.000 metros. Esa tarde, dos lenguas de nieve se deslizaron a solo cien metros delante de nosotros. A la mañana siguiente, nos vimos bloqueados dos veces por placas de nieve, y tuvimos que rodearlas escalando por rocas. Mantuvimos los pasos bajo control, con precaución, pero el riesgo de quedar atrapados era alto si no prestábamos atención. Afortunadamente, María y yo no cometimos errores. 

¿Cuál fue la parte más complicada de la ruta?

Fue complicada desde el inicio hasta el final, los desafíos se suceden como en un caleidoscopio. Si hablamos de dificultades técnicas, destacaría la “guillotina de hielo”, especialmente en condiciones nocturnas. Encontramos hielo duro y empinado, de 60° desde los 5.450 hasta los 6.350 metros, con un tramo de hasta 80°. En total, fueron 33 largos. Durante ese período cálido, un tramo rocoso de 10 metros en el corredor estaba derretido, y también superamos un escalón rocoso de 10 metros desde nuestro vivac al mediodía.

​El 8 de julio, temprano, enfrentamos un triángulo rocoso. Los primeros 50-60° los pasamos en la oscuridad, con dificultad M4, asegurando cuatro largos con friends y pitones. La cresta hacia el collado Kolblinger fue sencilla, entre rocas y nieve, con aseguramiento continuo usando pitones. El bastión a 6.750 metros lo comenzamos por una placa de nieve dura en el lado derecho, con dos largos usando tornillos de hielo, luego giramos hacia rocas de 50-60°, asegurando cuatro largos M4 con friends y pitones. La torre a 6.850 metros la evitamos por el flanco derecho con tramos de hielo y nieve dura, usando solo un tornillo de hielo y un friend para un aseguramiento continuo.

No hubo problemas técnicos significativos hasta los 7.025 metros. Allí, María y yo pasamos un largo entre placas rocosas lisas de 45° con dos tornillos de hielo y dos fisureros. Los siguientes dos largos M4 los hicimos rodeando un “bolsillo” de avalancha a 7.050 metros, usando tres friends y un tornillo de hielo. La travesía superior del siguiente corredor fue sencillo, llegamos al plató a 7.100 metros y conectamos con la ruta “clásica”. Luego, por nieve profunda (hasta un metro en algunas partes) con riesgo de avalanchas, abrimos huella hasta los 7.350 metros sin dificultad. Desde allí, la ruta “clásica” diverge.

​Por el lado izquierdo de la Pirámide de la cima, ascendimos por un canal estrecho de 40-50°. En una sección, la nieve era dura, y organizamos cuatro largos asegurándonos mutuamente con tornillos de hielo y piolets enterrados. Por encima de los 7.750 metros, seguimos por placas rocosas y terrazas de nieve hacia la derecha (aseguramiento continuo con nudos y pitones) hasta la cresta final y, finalmente, hicimos cumbre.

¿Qué sentisteis en la cima y cómo fue el descenso?

María y yo estábamos llenos de emociones positivas a pesar del huracán y el cansancio. ¡Fue un momento increíblemente intenso! A pesar de todo, logramos un sueño difícil e interesante. Para mí, el éxito de María fue más importante que el mío propio. Como hombre, soy solo uno entre muchos; María es única, extraordinaria, la mejor, especial, simbólica. Por eso, una ola de felicidad inundó mi alma. Recordé mi rol: grabar videos, tomar fotos, cuidar de mi reina.

​Era mi segunda ascensión al Nanga Parbat, mi sexta ruta en estilo alpino por encima de los 8.000 metros. Pero fue la primera para la señorita Cardell. Recordé su conexión especial con el Nanga Parbat desde la infancia. Como decimos en Rusia: la felicidad de una pareja es el doble de felicidad. En mi caso, fue completamente cierto, incluso más intenso: reflejé completamente el logro y la sonrisa de María.

OBRAS DE INFRAESTRUCTURA HIDALGO

Cortesía de 20 Minutos



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