
La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitió un fallo trascendental —en agosto de 2025— que reconoce el cuidado como un derecho humano fundamental, esta decisión, calificada como un “gran avance” por expertos en derecho laboral y perspectiva de género, sienta un precedente crucial para la región y el mundo, “al obligar a los Estados a garantizar el derecho al cuidado como base para el ejercicio de otros derechos humanos”.
En el marco de la conmemoración del Día Internacional de los Cuidados, Verónica Carpani, abogada laboralista en Argentina, destacó la relevancia de la opinión consultiva 3125 de la CIDH, “el cuidado es la base necesaria, se tiene que garantizar el cuidado y el derecho al cuidado para poder garantizar otros derechos humanos”.
La jurista enfatizó que la Corte reconoce el cuidado como un trabajo, incluso si no es remunerado, debido a su inmenso valor social y económico para el sostenimiento de la vida y la sociedad. Cabe destacar que Argentina impulsó dicho falló tras la solicitud que realizaron a la Corte.
El fallo de la CIDH se articula en torno a tres principios clave, siendo el primero la igualdad y no discriminación; esto implica establecer condiciones para el ejercicio del cuidado que eviten un impacto negativo en el mercado laboral, especialmente para las mujeres, quienes históricamente han asumido la mayor carga de estas tareas. “La Corte busca contrarrestar la discriminación laboral y la brecha salarial que resulta de la asignación cultural del rol de cuidadora a la mujer”, destacó en entrevista.
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Carpani subrayó que el reconocimiento del derecho al cuidado trasciende el ámbito doméstico y personal, convirtiéndose en una responsabilidad compartida por toda la sociedad: “Ya no es una cuestión particular, doméstica, personal, familiar, sino que pasa a ser una responsabilidad de toda la sociedad. Los estados, la sociedad civil, las personas, las empresas. La decisión establece una serie de obligaciones para los Estados y acciones que deben implementar las empresas para garantizar este derecho”.
La abogada también hizo hincapié en la distinción entre el trabajo de cuidado remunerado (como el doméstico o la enfermería) y el no remunerado, que se realiza en el hogar y recae desproporcionadamente en las mujeres. Este reconocimiento busca visibilizar y valorar el trabajo esencial que las mujeres realizan para sostener la sociedad y la economía.
Un aspecto fundamental del fallo es la obligación de los Estados y las empresas de establecer condiciones que permitan conciliar las responsabilidades familiares con el trabajo. Este punto es vital para promover una mayor equidad de género en el ámbito laboral y garantizar que las personas no tengan que elegir entre su carrera profesional y sus responsabilidades de cuidado.
La opinión consultiva de la CIDH, emitida el 7 de agosto de este año, llega en un momento político significativo, “con gobiernos en la región que muestran tendencias regresivas en materia de derechos. En Argentina, por ejemplo, el gobierno actual ha desarticulado políticas públicas en favor del reconocimiento de los cuidados, insistiendo en que es un tema personal y familiar”.
Ante este panorama, Carpani resaltó la importancia de la negociación colectiva como una herramienta poderosa para avanzar en la garantía de este derecho, incluso frente a gobiernos conservadores.
La unión entre los colectivos feministas y las mujeres sindicalistas ha demostrado ser crucial en la promoción de estas agendas, logrando hitos como la adopción del convenio 190 de la OIT sobre violencia y acoso en 2019, “esta sinergia entre la sociedad civil y los actores sociales del mundo del trabajo se perfila como un motor fundamental para seguir impulsando el derecho al cuidado y asegurar que las normas se traduzcan en cambios reales y tangibles para las personas”.
El fallo de la Corte Interamericana no solo cambia las narrativas en torno al cuidado, sino que proporciona un punto de partida normativo sólido para la militancia y el trabajo continuo en la agenda del mundo del trabajo, las políticas públicas y el comportamiento empresarial responsable.
“Es un llamado a la acción para que el derecho al cuidado sea una realidad efectiva para todos y un compromiso para impulsarlo en cada país”.
Cortesía de El Economista
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