El director de Finanzas de Grupo Carso, Arturo Spínola García, desmintió que la cadena Sanborns vaya a desaparecer o ser reemplazada por las tiendas DAX, pese a algunos cierres estratégicos; por el contrario, aseguró que seguirán fortaleciendo sus operaciones y aumentando la rentabilidad de sus espacios.
“Estamos robusteciendo Sanborns con mejores oportunidades, promociones y eficiencias”, explicó el directivo.
Aunque reconoció que algunas tiendas se han cerrado por estar “canibalizando” a otras cercanas, reiteró que no se trata de una estrategia para desaparecer la cadena minorista, sino de optimizar su operación y aprovechar mejor el piso de venta.
Como parte de estos ajustes, entre abril y junio, Sanborns redujo la superficie de su tienda en Centro Insurgentes, en la Ciudad de México, sin especificar cuántos metros cuadrados fueron recortados.
En ese mismo periodo, Sanborns Café cerró su sucursal en la calle Antonio Caso, también en la capital. Este cierre se suma a los de principios de año en el centro comercial Parque Vía y en Tabasco, en la colonia Roma.
“Aprovecho para comentar que se ha filtrado en los medios que se estaba pensando cerrar las tiendas Sanborns y sustituirlas con DAX. Eso es totalmente lo contrario”, acotó Spínola García.
Puntualizó que ambas tiendas atienden mercados distintos y que, además, continuarán con la apertura de nuevas sucursales de DAX.
Esta última es una cadena minorista regional de cosméticos y perfumes, con presencia en ciudades del noreste de México, así como en la Ciudad de México y en el Estado de México. Actualmente, cuenta con 46 tiendas.
Hasta junio pasado, habían en operación 14 Sanborns Café y 140 tiendas Sanborns. En cuanto a sus resultados financieros, Arturo Spínola informó que aunque los márgenes del Grupo han bajado ligeramente debido al aumento en costos laborales, entre otras razones, ya muestran señales de recuperación.
Durante este año, Sanborns redujo el espacio de venta de su tienda en Centro Insurgentes y cerró tres sucursales de Sanborns Café, también en la Ciudad de México.
Cortesía de El Economista
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