En los pliegues del pasado, entre caracteres antiguos y versos nostálgicos, la historia olvidada de una especie única ha emergido como un susurro poético convertido en alarma científica. A través de 724 poemas clásicos, investigadores chinos han trazado el retroceso del “delfín” sin aleta del Yangtsé, la única marsopa de agua dulce del planeta, cuya existencia ha estado profundamente entrelazada con la cultura china desde hace más de un milenio.
Este asombroso enfoque, que une la literatura con la ciencia de la conservación, fue publicado recientemente en la revista Current Biology y difundido por la editorial científica Cell Press en un comunicado que ha llamado la atención mundial. Su originalidad no reside solo en los datos, sino en el método: los científicos no acudieron a fósiles, ni a registros biológicos, sino a las palabras de poetas de las dinastías Tang, Song, Yuan, Ming y Qing. Lo que encontraron es, sencillamente, revelador.
Un testigo silencioso del cambio: el Yangtsé y sus criaturas
El Yangtsé, el río más largo de Asia, ha sido desde siempre la espina dorsal de la civilización china. Con más de 6.000 kilómetros, este coloso fluvial fue vía de comercio, frontera natural, inspiración artística y, durante siglos, hábitat de megafauna fluvial como el ahora extinto delfín baiji (delfín chino de río) o el enorme pez espátula chino. Pero solo uno de estos animales tuvo la fortuna de ser inmortalizado con frecuencia en la poesía: el delfín sin aleta, conocido en chino como “jiangtun”, célebre por su cabeza redondeada, su comportamiento juguetón y su inconfundible expresión de “sonrisa permanente”.
En la cultura tradicional del Yangtsé, este cetáceo era mucho más que un animal. Se le atribuían poderes casi místicos: era considerado un presagio de tormentas, un indicador de buena pesca, incluso un espíritu protector del río. No es extraño entonces que figuras como el emperador Qianlong, apasionado poeta del siglo XVIII, lo mencionaran en sus versos con imágenes tan vívidas como “los marsopas persiguiendo la luna sobre mareas de plata”.

Poesía como fuente científica: una idea antigua, una herramienta nueva
Lo que ha hecho este estudio es aprovechar una rica tradición cultural para abordar una pregunta científica compleja: ¿cómo ha cambiado el hábitat del delfín sin aleta a lo largo del tiempo?
Los investigadores —liderados por el biólogo Zhigang Mei— examinaron cientos de miles de poemas escritos entre los siglos VII y XX. Seleccionaron aquellos que mencionaban explícitamente a la marsopa y, a partir del contexto histórico de cada autor (fechas, cargos, lugares visitados), mapearon las ubicaciones donde estos animales eran avistados.
El resultado fue una reconstrucción única del área de distribución histórica de la marsopa. El dato más impactante: desde la dinastía Tang hasta hoy, su hábitat se ha reducido en un 65%. El declive ha sido especialmente dramático en los últimos cien años, coincidiendo con el auge de las obras hidráulicas, la contaminación y el tráfico fluvial intensivo.
El análisis no solo cuantificó la pérdida, sino que reveló su distribución geográfica. Mientras que la presencia de la marsopa en el canal principal del Yangtsé ha disminuido un 33% desde el siglo VII, en sus lagos y afluentes —como el emblemático lago Poyang— la desaparición ha sido casi total: un colapso del 91%.
Estos datos permiten entender por qué el delfín sin aleta ha pasado de ser un animal común en la cultura visual y literaria china a convertirse en una rareza biológica. Hoy, se estima que quedan menos de 1.200 ejemplares en estado salvaje, y la especie está catalogada como “En Peligro Crítico” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Uno de los aspectos más fascinantes del estudio es cómo la poesía —una forma de arte con más de dos milenios de tradición en China— ha servido como registro ecológico. Los autores del trabajo tuvieron que lidiar con el estilo y la subjetividad de cada poeta: algunos eran observadores rigurosos, otros más dados a la metáfora. Sin embargo, al cruzar las menciones con biografías y datos de viaje de los autores, se logró una precisión notable.
Y no solo se extrajo información geográfica. En los poemas se describe también el comportamiento de los delfines: saltos acrobáticos, movimientos en grupo, interacción con el entorno. Esto abre una nueva vía para futuros estudios, que podrían buscar indicios de dinámicas sociales o estacionales en estos textos históricos.

Una advertencia con mil años de historia
Este hallazgo no es solo una curiosidad académica. Tiene implicaciones muy serias. El colapso ecológico del Yangtsé, documentado en parte gracias a su poesía, ha acabado ya con al menos dos especies emblemáticas. La desaparición del delfín baiji fue considerada por muchos como un fracaso moral de la humanidad en el siglo XXI. El delfín sin aleta podría ser el siguiente.
La investigación propone que la conservación no puede entenderse únicamente desde la ciencia dura. Debe integrar la cultura, la historia y la emoción. Porque proteger la biodiversidad es también proteger el legado simbólico de los pueblos que convivieron con ella.
No es casualidad que los delfines sigan apareciendo en versos, pinturas y canciones. La conexión entre humanos y naturaleza no es solo funcional: es afectiva, estética, espiritual. Redescubrir esa conexión, especialmente en una civilización que escribió tanto sobre sus ríos y sus criaturas, puede ser una de las claves para salvar lo que queda.
El futuro: entre la ciencia y la poesía
El equipo investigador planea ahora volver a esos mismos poemas para extraer más pistas: ¿cómo eran las agrupaciones de delfines? ¿Qué otros animales cohabitaban con ellos? ¿Qué transformaciones del paisaje fluvial pueden inferirse a partir de las descripciones líricas?
Este proyecto ha demostrado que el arte puede ser también un archivo ecológico. Y que, a veces, la historia de la biodiversidad no está escrita en huesos, sino en versos.
Referencias
- Zhang et al., Range contraction of freshwater megafauna was inferred from ancient poems. Current Biology, Volume 35, Issue 9, R329 – R330.
Cortesía de Muy Interesante
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