Seguro que ha sido una de tus paradas obligadas si has visitado Roma alguna vez. Incluso es muy probable que guardes más de una fotografía de su imponente monumentalidad. Nos referimos a la Fontana de Trevi, una de las obras más icónicas y fotografiadas de Italia. Ubicada en el corazón de Roma, este monumento no es una mera atracción turística, sino que se ha convertido en un testimonio vivo de la evolución arquitectónica y cultural de la Ciudad Eterna a lo largo de los siglos.
Aqua Virgo: su origen como acueducto romano
El origen de la Fontana de Trevi se remonta al año 19 a.C., cuando el general romano Marco Vipsanio Agripa mandó construir el acueducto Aqua Virgo. Este sistema hídrico, diseñado para abastecer de agua potable a Roma, tomaba su caudal de una fuente a unos 20 kilómetros al este de la ciudad. Según la tradición, el nombre Virgo proviene de la joven que ayudó a los soldados a encontrar la fuente original del agua.
La localización actual de la Fontana de Trevi marca el punto final de este acueducto. Desde sus inicios, este espacio operó como un modesto lugar de distribución de agua. Durante el Imperio romano, el Aqua Virgo fue esencial para abastecer baños públicos, fuentes y villas de la red urbana. Aunque muchas otras infraestructuras hídricas romanas cayeron en desuso tras el colapso del imperio, el Aqua Virgo siguió funcionando a lo largo de la Edad Media.
Con el paso de los siglos, el lugar donde hoy se erige la Fontana de Trevi cambió sus formas. Durante la Edad Media, la distribución de agua en esta zona se realizaba a través de una estructura rudimentaria. En 1453, el papa Nicolás V ordenó restaurar el Aqua Virgo con la intención de asegurar el suministro de agua a la ciudadanía de Roma. El arquitecto Leon Battista Alberti fue el responsable de diseñar una fuente más decorativa en el lugar.
Sin embargo, no fue hasta el siglo XVII cuando surgieron los planes para construir una fuente monumental. En 1629, el papa Urbano VIII encargó a Gian Lorenzo Bernini la remodelación del espacio. Aunque Bernini no llegó a completar el proyecto, su intervención resultó crucial para establecer las bases del majestuoso diseño que conocemos hoy. A lo largo de los años, diversos arquitectos y papas contribuyeron a esta transformación, hasta que la fuente actual se completó en el siglo XVIII.
La construcción de la fuente monumental
El origen del nombre de la Fontana de Trevi
El nombre de la Fontana de Trevi tiene un origen ligado tanto a su ubicación como a su historia funcional. La palabra Trevi deriva del término latino trivium, que significa “tres caminos“. Por tanto, hace referencia a la intersección de las tres calles principales que convergían en el lugar donde se encuentra la fuente.
Una obra auspiciada por el papa
La construcción de la Fontana de Trevi en su forma actual comenzó en 1732 bajo el mandato del papa Clemente XII. El diseño fue obra de Nicola Salvi, un arquitecto romano cuyo proyecto se eligió tras un concurso que incluyó propuestas de otros arquitectos renombrados de la época. El proyecto se financió principalmente con fondos papales, obtenidos a través de los impuestos aplicados sobre el vino. Este hecho provocó cierta controversia entre la población romana.
La obra avanzó con lentitud tanto por problemas financieros como por la complejidad del diseño. Nicola Salvi falleció antes de terminar la fuente y fue Giuseppe Pannini quien completó el proyecto en 1762. La Fontana de Trevi ejemplifica el estilo barroco, con un enfoque dramático y teatral en sus formas y narrativas. De hecho, la fuente se integra con la fachada del Palazzo Poli para crear así una ilusión de continuidad arquitectónica.
¿Qué representan las estatuas de la Fontana de Trevi?
La iconografía de la Fontana de Trevi está profundamente arraigada en la mitología clásica y la celebración del agua como fuente de vida. Neptuno, también conocido como Poseidón en la tradición griega, preside el conjunto desde un nicho central. Está representado de pie sobre una carroza en forma de concha, tirada por dos caballos marinos guiados por tritones. La estructura también está adornada con relieves y estatuas que simbolizan la abundancia, la salud y el poder del agua.
Los caballos marinos expresan la dualidad del mar: uno es tranquilo y el otro es tempestuoso, reflejos de las diferentes emociones y estados de ánimo del agua. A ambos lados de Neptuno, dos figuras femeninas representan los beneficios del agua: la Abundancia, que derrama agua de una cornucopia, y la Salud, que sostiene un cáliz del que bebe una serpiente.
Por encima de estas estatuas, un relieve ilustra la leyenda de la joven virgen que mostró la fuente de agua a los soldados romanos. Toda la composición enfatiza la interconexión entre la naturaleza y la civilización humana.
Regulación del turismo en la Fontana de Trevi
Hoy en día, la Fontana de Trevi atrae a millones de visitantes cada año. Se estima que alrededor de 10 millones de personas visitan este monumento anualmente, lo que lo convierte en uno de los destinos turísticos más concurridos del mundo. Entre las tradiciones más populares asociadas a la fuente destaca el lanzamiento de monedas. Según la creencia, arrojar una moneda al agua garantiza que se volverá a pisar la ciudad de Roma, mientras que dos monedas prometen un nuevo romance y tres monedas simbolizan un matrimonio o una separación.
Sin embargo, estos usos, unidos al volumen constante de visitantes, han generado diversos problemas. La acumulación de monedas en la fuente genera una cantidad significativa de dinero que, sin embargo, obliga a que se recolecten con regularidad. Por otro lado, las autoridades han implementado prohibiciones estrictas para preservar el monumento, como sancionar a quienes intentan entrar en la fuente o dañar su estructura.
En los últimos años, también se han intensificado las medidas de seguridad y la limpieza para mitigar los efectos del turismo masivo. Además, se han establecido límites de aforo, con un máximo de 400 personas admitidas en la plaza al mismo tiempo durante el horario diurno.
No obstante, la Fontana de Trevi sigue siendo un icono cultural y un testimonio del ingenio humano. Desde sus humildes orígenes como parte del sistema hídrico romano hasta su transformación en una obra maestra del barroco, la fuente simboliza la continuidad entre el pasado y el presente de Roma.
Referencias
Cortesía de Muy Interesante
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