Descubren a la ‘prima’ perdida de Lucy: esta especie humana estuvo frente a los ojos de la ciencia

En 2009, un grupo de investigadores descubrió en Etiopía un pie fósil de aspecto inusual. Aunque pertenecía claramente a un homínido, no encajaba del todo con las especies conocidas de la época. Tenía dedos largos y curvados, más parecidos a los de un trepador que a los de un caminante terrestre. Durante años, ese pie —hallado en el yacimiento de Burtele— fue un misterio sin resolver.

Ahora, tras nuevos hallazgos dentales en la misma zona y un análisis exhaustivo, los científicos han logrado asociar ese pie a una especie poco comprendida: Australopithecus deyiremeda. Este homínido convivió con Australopithecus afarensis, la especie de la célebre Lucy, pero tenía características muy distintas. El estudio, publicado en Nature, aporta pruebas sólidas de que la evolución humana no fue un camino recto, sino una red de formas de vida que coexistieron y experimentaron con distintas maneras de caminar y alimentarse.

Una identificación que tardó más de una década

El fósil del pie, conocido como BRT-VP-2/73, fue recuperado en la región de Woranso-Mille. Desde el principio mostró una morfología que no se ajustaba a la de Lucy ni a la de otros homínidos bien conocidos. Sus dedos, más largos y curvos, y la forma del primer metatarsiano sugerían una capacidad significativa para agarrarse a las ramas.

Durante años no fue posible asignarlo a ninguna especie. Faltaban elementos dentales o craneales que permitieran una comparación precisa. Esa situación cambió cuando se encontraron 13 nuevos fragmentos fósiles en la misma capa estratigráfica, incluyendo dientes y parte de una mandíbula infantil. Estas piezas fueron cuidadosamente comparadas con los tipos conocidos de A. deyiremeda y coincidían con claridad.

Según explican los autores, “es más que probable que los especímenes dentognáticos de las localidades de Burtele y el pie de Burtele pertenezcan a la misma especie: A. deyiremeda”. Esta conclusión se basa en su coincidencia temporal y espacial, y en la ausencia de otras especies homínidas en el yacimiento.

Fuente: Nature

Una dentición más primitiva que la de Lucy

Los nuevos fósiles muestran una dentición claramente distinta de la de Lucy. Se han observado caninos más pequeños, premolares con morfología más simple y una mandíbula sin la característica hendidura lateral que presenta A. afarensis. Estas diferencias permiten definir a A. deyiremeda como una especie más primitiva en ciertos aspectos dentales, pese a vivir en la misma época.

Los investigadores explican que los premolares presentan “una cresta transversal orientada hacia la parte distolingual”, un rasgo que los asemeja a los de A. anamensis y A. ramidus. Además, los dientes deciduos del juvenil recuperado tienen un tamaño y forma que encajan dentro del rango de estas especies más antiguas.

Esta combinación de rasgos primitivos y modernos refuerza la idea de que A. deyiremeda no es una simple variante de Lucy, sino una línea evolutiva paralela, con adaptaciones distintas tanto en la alimentación como en el movimiento.

Fuente: Nature

Una locomoción que combinaba bipedismo y trepa

El pie de Burtele es una pieza clave para entender cómo se movía esta especie. Su anatomía revela un diseño funcional compatible con la bipedestación, pero también con la trepa. Por ejemplo, el dedo gordo (hallux) no estaba completamente alineado con los otros dedos, como en los humanos modernos, sino que tenía una orientación ligeramente divergente, útil para sujetarse a ramas.

Además, los huesos metatarsianos presentan curvaturas y superficies articulares que sugieren una mayor flexibilidad del pie, lo que habría facilitado el desplazamiento en un entorno arborícola. En palabras del artículo, “la inclusión del pie de Burtele en A. deyiremeda demuestra que esta especie también era más primitiva en la morfología del pie que A. afarensis”.

Este hallazgo apoya la idea de que el bipedalismo no evolucionó de una sola forma. Durante el Plioceno, diferentes especies de homínidos exploraban distintas combinaciones de movimientos, algunas más cercanas al suelo, otras más adaptadas a la vida en los árboles.

Fuente: ChatGPT

Una dieta que marca la diferencia

El equipo también analizó el esmalte de los dientes mediante técnicas de isótopos estables de carbono. Los resultados revelan una dieta basada en plantas de tipo C3, propias de ambientes boscosos, como frutas, hojas y brotes. En contraste, Lucy tenía una dieta más variada, que incluía recursos de espacios abiertos, como pastos de tipo C4.

Los autores indican que “los valores bajos y menos variables de δ13C del esmalte dental son similares a los de Ardipithecus ramidus y Australopithecus anamensis”. Esto sugiere que A. deyiremeda conservaba un estilo de vida más parecido al de homínidos anteriores.

Esta diferencia alimentaria puede haber sido clave para permitir la coexistencia de dos especies tan próximas. Cada una ocupaba un nicho ecológico distinto, lo que reducía la competencia por los mismos recursos.

Debate abierto entre los expertos

No todos los científicos están de acuerdo con la interpretación de este estudio. Algunos, como Zeray Alemseged, consideran que la asociación entre los dientes y el pie es circunstancial, basada solo en su proximidad geográfica. Además, plantean la posibilidad de que A. deyiremeda no sea realmente parte del género Australopithecus, sino un miembro tardío del género Ardipithecus.

Por otro lado, hay investigadores que han cambiado de postura. Jeremy DeSilva, por ejemplo, ha señalado que “Australopithecus deyiremeda siempre tuvo un signo de interrogación para mí. Ya no lo tiene”. Para él, este estudio representa la integración definitiva de esta especie en el árbol evolutivo humano.

Este tipo de discusiones es habitual en paleoantropología. Cada fósil añade piezas nuevas a un rompecabezas que está lejos de completarse, y donde las evidencias pueden ser interpretadas de diferentes formas.

El valor de encontrar lo que ya estaba ahí

Más allá de los debates, este estudio demuestra una lección importante de la ciencia: a veces las respuestas están frente a nuestros ojos, pero necesitamos nuevas piezas para poder verlas con claridad. El pie de Burtele llevaba más de una década en manos de los investigadores, pero no fue hasta ahora que pudieron identificarlo con seguridad.

Gracias a nuevos fósiles dentales y al contexto geológico, A. deyiremeda deja de ser una figura ambigua para convertirse en una especie con identidad propia. Con ello, se abre una ventana a una etapa de la evolución humana donde la diversidad de formas, modos de vida y adaptaciones era mucho mayor de lo que se pensaba.

Referencias

  • Yohannes Haile-Selassie, Gary T. Schwartz, Thomas C. Prang, Beverly Z. Saylor, Alan Deino, Luis Gibert, Anna Ragni, Naomi E. Levin. New finds shed light on diet and locomotion in Australopithecus deyiremeda. Nature. https://doi.org/10.1038/s41586-025-09714-4.

Cortesía de Muy Interesante



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