Descubren cómo se elaboraba la cerveza más antigua de Asia hace 10.000 años: era de arroz y es un hallazgo que reescribe la historia

La cerveza, esa bebida que acompaña desde encuentros casuales hasta celebraciones importantes, tiene un pasado más antiguo y sorprendente del que imaginamos. Un reciente estudio basado en análisis arqueológicos en el sitio de Shangshan, en la provincia china de Zhejiang, ha revelado algo fascinante: la humanidad ya elaboraba cerveza a base de arroz hace más de 10.000 años. Este descubrimiento no solo redefine los orígenes de esta bebida en Asia, sino que también ofrece una ventana única al nacimiento de la agricultura, las ceremonias sociales y las prácticas tecnológicas en la era Neolítica.

Shangshan: el epicentro de una revolución social

En un rincón aparentemente tranquilo del sureste de China, los arqueólogos encontraron restos de cerámica que marcarían un antes y un después en nuestra comprensión de la historia. Fragmentos de vasijas utilizadas entre los años 10.000 y 9.000 a.C. no solo contenían residuos de alimentos, sino también evidencias claras de fermentación. Las muestras extraídas presentaban indicios de procesos químicos que vinculaban directamente la actividad humana con la producción de alcohol.

El arroz, domesticado por las comunidades de Shangshan, fue el ingrediente principal de esta cerveza rudimentaria. A través del análisis de fitolitos (partículas microscópicas de plantas), se confirmó que los restos en las vasijas incluían cáscaras de arroz, hojas y otros elementos que sugieren una relación integral entre la agricultura naciente y esta actividad fermentativa.

Pero, ¿por qué la elaboración de cerveza era tan significativa para estos antiguos habitantes? El estudio apunta a que su producción no respondía únicamente a motivos gastronómicos. La bebida tuvo, casi con seguridad, un papel central en los rituales y festividades comunitarias, estrechamente vinculadas con la espiritualidad y la cohesión social.

El hallazgo que revela los vínculos entre agricultura, rituales y tecnología en las sociedades antiguas
El hallazgo que revela los vínculos entre agricultura, rituales y tecnología en las sociedades antiguas. Créditos: DOI: 10.1073/pnas.2412274121

Fermentación e innovación tecnológica

La elaboración de cerveza hace más de 10.000 años requería una comprensión sorprendentemente avanzada de los procesos químicos naturales. Las vasijas de Shangshan no eran meros contenedores; estaban diseñadas específicamente para fomentar la fermentación. Algunos de estos recipientes mostraban restos de mohos y levaduras utilizados en técnicas similares a las que hoy conocemos como fermentación qu.

Este método, característico de China y todavía utilizado para producir vino de arroz rojo, evidencia cómo los Shangshan lograron combinar conocimientos agrícolas con innovaciones tecnológicas. Por ejemplo, los investigadores encontraron rastros de hongos del género Monascus, clave en la fermentación alcohólica. Este hongo no solo permitía transformar los azúcares del arroz en alcohol, sino que también añadía propiedades únicas a la bebida.

Además del arroz, los antiguos cerveceros incorporaron ingredientes como lágrimas de Job y bellotas, cuya presencia en los restos arqueológicos sugiere experimentación culinaria y un amplio conocimiento de las propiedades naturales de su entorno.

Cerveza y poder social en el Neolítico

Más allá de la técnica, lo que hace verdaderamente significativo este hallazgo es su impacto social. Las ceremonias donde se compartía cerveza pudieron haber sido fundamentales para consolidar alianzas entre familias y comunidades. Este papel ritual podría explicar la creciente importancia del arroz como cultivo esencial para estas sociedades, al trascender su valor alimenticio y convertirse en un símbolo de estatus y unión colectiva.

En un periodo donde los asentamientos humanos comenzaban a dejar atrás el nomadismo, las reuniones festivas con cerveza probablemente jugaron un papel crucial en la construcción de nuevas estructuras sociales. Las investigaciones sugieren que la bebida no solo era consumida, sino celebrada, marcando eventos trascendentales como cosechas, nacimientos o funerales.

Este aspecto ritual, según los expertos, pudo haber incentivado la domesticación de plantas, al motivar a las comunidades a perfeccionar cultivos que garantizasen la producción constante de alcohol para estas ocasiones especiales.

Evidencias microscópicas que abren una ventana al pasado, desvelando los secretos de las primeras cervezas
Evidencias microscópicas que abren una ventana al pasado, desvelando los secretos de las primeras cervezas. Foto: Dall-e/Christian Pérez/Istock

Un legado que conecta culturas

El descubrimiento en Shangshan también invita a reflexionar sobre la conexión entre la tecnología, el entorno y la cultura. Mientras el clima del Holoceno favorecía el crecimiento de los hongos necesarios para la fermentación, los Shangshan supieron adaptarse, aprovechar los recursos naturales y transformarlos en algo más grande que ellos mismos: una bebida que definiría la identidad cultural y social de una región durante milenios.

La importancia de esta cerveza ancestral no reside únicamente en su antigüedad. Marca un precedente sobre cómo la humanidad ha utilizado la creatividad y la innovación para resolver necesidades prácticas y emocionales. Su historia no termina en Shangshan, sino que establece un puente hacia otras culturas y épocas donde el alcohol ha desempeñado roles similares.

Desde las ofrendas rituales egipcias hasta los festines medievales europeos, la producción de bebidas alcohólicas ha reflejado la esencia de nuestras sociedades. Y aunque nuestra relación con la cerveza ha cambiado a lo largo de los siglos, el hallazgo en Shangshan nos recuerda que sus raíces están entrelazadas con los pilares de nuestra civilización.

La cerveza más antigua de Asia

Este estudio no solo destaca la pericia técnica de nuestros ancestros, sino que también reescribe capítulos de la historia sobre cómo vivimos, celebramos y nos relacionamos. Los fragmentos de cerámica de Shangshan no son meros restos arqueológicos; son un testimonio del ingenio humano y del poder de una bebida que, mucho antes de las grandes civilizaciones, ya unía a las personas en torno a una mesa.

Referencias:

  • Liu, Li et al, Identification of 10,000-year-old rice beer at Shangshan in the Lower Yangzi River valley of China, Proceedings of the National Academy of Sciences (2024). DOI: 10.1073/pnas.2412274121

Cortesía de Muy Interesante



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