La estructura se extiende a lo largo de 1,5 kilómetros y casi 500 metros de ancho, cuenta con 1,5 metros de altura y data del año 1.000 antes de Cristo, según describe este miércoles un artículo en la revista Science Advances. A sus alrededores se encontraron casi 500 asentamientos similares, pero de menor dimensión, lo que abre un nuevo panorama en la región sureste del país.
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La última excavación realizada, revelaba un foso en forma de cruz que resguardaba un buen número de artefactos ceremoniales, proporcionando a los investigadores una gran cantidad de información y datos desconocidos sobre los primeros rituales maya, además de confirmar la naturaleza del monumento como un cosmograma.
El descubrimiento de este lugar sagrado pone en tela de juicio el conocimiento previo de que las culturas mesoamericanas crecieron de forma gradual y hace que nos cuestionemos lo que se sabe sobre la construcción de grandes asentamientos icónicos como Tikal en Guatemala y Teotihuacán en el centro de México. “Aguada Fénix” es casi aproximadamente mil años anterior a la fundación de dichas ciudades y cuenta con las mayores dimensiones conocidas.
El ‘big bang’ de la construcción maya
“Nuestro descubrimiento implica que a principios del año 1000 a. C. hubo una especie de ‘big bang’ de construcción maya del que realmente no sabíamos nada hasta ahora”, afirma uno de los autores, Takeshi Inomata, investigador de Antropología de la Universidad de Arizona.
El grupo de Inomata, no eran ajenos a esta región. desde el 2017 han realizado exploraciones en la zona utilizando una técnica conocida como “lidar” que recurre a láseres desde un avión para escanear la zona, la información capturada es posteriormente procesada en un mapa 3D de la selva y el bosque, en donde se resaltan las estructuras construidas por el hombre, incluso cuando se encuentren enterradas.
Inomata y el equipo han demostrado su prominencia en el uso de esta técnica durante otras excavaciones, por ejemplo en 2015 se utilizó en Guatemala para descubrir construcciones antiguas en el yacimiento maya de Ceibal.
Esa experiencia resultó ser de utilidad debido a la disposición similar con Aguada Fenix. La línea central del monumento se alinea con la salida del sol el 17 de octubre y el 24 de febrero, un intervalo de 130 días que probablemente representa la mitad del ciclo de 260 días del calendario ritual mesoamericano.
Gracias a los análisis de la cerámica y pruebas de radiocarbono, los investigadores lograron identificar la edad del foso en forma de cruz y las capas de construcción que tenía por encima.
Unas hachas de Jade fueron las primeras piezas encontradas, y gracias a excavaciones anteriores fueron identificadas como ceremoniales “Eso nos indicó que se trataba realmente de un lugar ritual importante”, señala Inomata.
Seguido a esto, desenterraron más adornos de jade como representaciones de un cocodrilo, un pájaro y lo que se cree que es una mujer dando a luz, reliquias que demuestran la prominencia que tenían los mayas por este material.

En el fondo de un pozo había un crucifijo más pequeño, donde encontraron pigmentos minerales —pequeños montones de tierra azul, verde y amarillenta— dispuestos de manera que se corresponden con los puntos cardinales.
“Esta es la primera vez que hemos encontrado esos pigmentos asociados a cada punto cardinal. Es muy emocionante”, apunta el científico.
El equipo piensa que se colocaron todos los elementos a manera de ofrenda y después cubrieron todo con tierra y arena, creando una enorme tumba. Los resultados arrojados por radiocarbono estiman que el escondite data del 900-845 a. C., pero debió seguir siendo un lugar concurrido en el que posteriormente se depositaron los objetos de Jade.
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El estudio también reveló una red de calzadas elevadas y pasillos hundidos que los constructores de Aguada Fénix utilizaban para caminar hasta el yacimiento y atravesarlo, así como canales y una presa para desviar el agua de una laguna cercana.
Las calzadas, los pasillos y los canales seguían ejes paralelos a la orientación de Aguada Fénix con respecto al sol y se extendían hasta seis millas de distancia de la meseta principal del asentamiento.
Logros monumentales sin un solo gobernante
Aunque algunos yacimientos, como Tikal en Guatemala, estaban presididos por un rey poderoso, el equipo no ha encontrado hasta ahora ninguna prueba de que Aguada Fénix se construyera siguiendo ese modelo.
Los investigadores creen que el asentamiento sí tenía líderes, pero eran intelectuales que hacían observaciones astronómicas y dirigían el diseño y la planificación del yacimiento.
“Creemos que la mayoría de ellos acudieron voluntariamente, porque la idea de construir un cosmograma era muy importante para ellos, por lo que trabajaron juntos” apunta Inomata.
“La gente tiene la idea de que en el pasado hubo pirámides o grandes construcciones gracias a la existencia de reyes poderosos, pero los datos del pasado indican que no es necesaria una gran desigualdad y jerarquización social para lograr cosas importantes”, concluye el investigador.
Con información de EFE
TG
Cortesía de El Informador
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