En una cueva del este de China, los paleontólogos hicieron un hallazgo que ha dejado boquiabierta a la comunidad científica: los restos de un felino prehistórico tan diminuto que habría cabido en la palma de una mano. Se trata de una nueva especie extinta, Prionailurus kurteni, el miembro fósil más pequeño jamás registrado de la familia Felidae, que habría vivido hace cientos de miles de años en los densos bosques del sur de Asia.
El descubrimiento, basado en un fragmento de mandíbula con dos dientes bien conservados, ha permitido a los investigadores estimar que este felino era comparable en tamaño a los gatos más pequeños que existen en la actualidad, como el gato herrumbroso (Prionailurus rubiginosus) o el gato patinegro (Felis nigripes). Pero más allá de su pequeño tamaño, el hallazgo es relevante porque ofrece pistas sobre la diversidad perdida de los felinos salvajes de Asia y sus interacciones con los humanos arcaicos que habitaban la región.
Un depredador en miniatura en la prehistoria
El fósil fue descubierto en una cueva de Hualongdong, una región conocida por la abundancia de restos paleontológicos y arqueológicos. Este sitio ha revelado en el pasado importantes fósiles humanos, lo que sugiere que el pequeño felino coexistió con nuestros antepasados. Es posible que el animal merodeara por la cueva en busca de presas como ratones o pequeños roedores, atraído por los restos de comida que dejaban los habitantes del lugar.
Pero ¿cómo es posible que un animal tan frágil haya llegado hasta nosotros en forma fósil? La respuesta está en la propia naturaleza del sitio donde fue encontrado. Las cuevas suelen actuar como cápsulas del tiempo, conservando restos óseos que, en otras condiciones, se habrían descompuesto con rapidez. Y esto es especialmente importante en el caso de los felinos pequeños, cuyos huesos son más frágiles y rara vez sobreviven en el registro fósil.
El análisis del fósil reveló que Prionailurus kurteni pertenece al mismo linaje que los actuales gatos leopardo (género Prionailurus), que todavía habitan los bosques de Asia. Este grupo es conocido por su adaptación a la vida en entornos arbolados y su gran agilidad para cazar en la espesura de la selva. Sin embargo, hasta ahora, no se conocían especies fósiles dentro de este género, lo que convierte este hallazgo en una pieza clave para entender la evolución de estos pequeños felinos.
Un mundo de felinos desconocidos
El descubrimiento de Prionailurus kurteni ha llevado a los científicos a replantearse la diversidad pasada de los pequeños felinos en Asia. Hasta ahora, muchos fósiles de felinos pequeños habían sido erróneamente clasificados dentro del género Felis (el mismo de los gatos domésticos), sin un estudio detallado que permitiera diferenciar entre especies. Este nuevo hallazgo demuestra que el linaje de los gatos leopardo ha sido mucho más diverso de lo que se pensaba, con especies que existieron en épocas remotas y que han pasado desapercibidas en el registro fósil.
La dificultad de encontrar fósiles de felinos pequeños en el sudeste asiático ha sido un obstáculo para comprender su evolución. A diferencia de los grandes felinos, como los tigres o leopardos, los pequeños carnívoros suelen habitar zonas boscosas donde la humedad y la acidez del suelo aceleran la descomposición de los huesos. Por ello, cada nuevo hallazgo es una rara oportunidad para llenar los vacíos en la historia evolutiva de estos animales.
En este caso, la datación de los estratos donde se encontró el fósil sugiere que Prionailurus kurteni vivió en el Pleistoceno Medio, hace más de 300.000 años. En ese momento, la región estaba habitada por una fauna diversa, en la que también se incluían grandes mamíferos como osos y elefantes prehistóricos. La convivencia entre estos pequeños felinos y los primeros humanos plantea interrogantes fascinantes sobre su posible relación.
¿Un gato doméstico prehistórico?
Aunque no hay evidencia de que los primeros humanos de Hualongdong domesticaran a Prionailurus kurteni, su cercanía con asentamientos humanos sugiere que podría haber tenido una relación indirecta con nuestros ancestros. Los pequeños felinos son depredadores naturales de roedores, lo que podría haberlos acercado a los lugares donde los humanos dejaban restos de comida.
De hecho, la hipótesis de que los primeros gatos domesticados surgieron a partir de una relación de beneficio mutuo con los humanos es bien conocida en la historia de la domesticación felina. Si bien los gatos domésticos modernos descienden del gato montés africano (Felis lybica), algunos investigadores sugieren que otras especies de felinos pequeños podrían haber desarrollado interacciones similares con los humanos en distintas partes del mundo.
El hallazgo abre la puerta a nuevas investigaciones sobre el papel de los pequeños felinos en los ecosistemas del pasado y su posible influencia en la evolución de los gatos modernos. ¿Cuántas especies desconocidas aún esperan ser descubiertas en el registro fósil?
Un fósil clave para la historia de los felinos
Más allá de su tamaño diminuto, Prionailurus kurteni representa una pieza clave en la historia evolutiva de los felinos. Su descubrimiento desafía la idea de que los pequeños felinos del pasado eran escasos y poco diversos, y sugiere que el sudeste asiático fue un importante centro de diversificación para este grupo de animales.
Los científicos planean continuar con nuevas excavaciones y análisis de otros fósiles felinos en China y el resto de Asia. Cada nuevo hallazgo acerca un poco más la posibilidad de reconstruir la historia de los gatos salvajes, desde sus orígenes prehistóricos hasta las especies que hoy siguen recorriendo los bosques de nuestro planeta.
Lo que está claro es que la historia de los felinos aún guarda muchos secretos por descubrir, y que incluso el más pequeño de ellos puede revelar datos sorprendentes sobre el pasado de la vida en la Tierra.
Referencias
- Qigao Jiangzuo et al. 2024. Prionailurus kurteni (Felidae, Carnivora), a new species of small felid from the Late Middle Pleistocene fossil hominin locality of Hualongdong, southern China. Annales Zoologici Fennici 61 (1): 335-342; DOI: 10.5735/086.061.0120
Cortesía de Muy Interesante
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