Descubren en el desierto saudí una enorme muralla de 14 km que ocultaba, en pleno oasis, una ciudad habitada desde el Neolítico

Durante décadas, Khaybar fue una mancha verde en medio de la vasta roca volcánica del noroeste saudí. Un oasis conocido por sus castillos islámicos, su historia medieval y sus campos agrícolas fértiles. Pero lo que parecía un asentamiento más del desierto ha resultado ser una de las ciudades más antiguas y fortificadas de Arabia. Un doble hallazgo arqueológico, recogido en dos estudios recientes publicados en Journal of Archaeological Science: Reports y PLOS ONE, ha revelado una historia oculta durante milenios: Khaybar no solo fue una ciudad amurallada hace 4.000 años, sino también un centro de ocupación humana desde el Neolítico hasta la época islámica.

Una muralla ciclópea en el corazón del desierto

El primer descubrimiento, publicado a principios de 2024, causó un fuerte impacto en la comunidad arqueológica: los investigadores del Khaybar Longue Durée Archaeological Project hallaron los restos de una muralla de más de 14 kilómetros de longitud que rodeaba el oasis entre 2250 y 1950 a.C. Con una altura de cinco metros y construida con piedra volcánica y adobe, esta estructura defensiva fue una de las mayores jamás levantadas en Arabia en la Edad del Bronce. Un tercio de la muralla aún puede trazarse sobre el terreno gracias a imágenes satelitales y estudios topográficos.

El muro, que protegía un área de más de 1.100 hectáreas, representa una transformación radical del paisaje y de la forma de vida. Ya no hablamos de pastores o tribus nómadas, sino de comunidades estables, organizadas, capaces de movilizar recursos y personas durante años para construir una infraestructura monumental. No solo buscaban defenderse de ataques externos, sino también marcar el territorio, proteger los campos agrícolas y crear un entorno que expresara su identidad colectiva.

La imagen recrea cómo debió lucir la estructura original hace 4.000 años, en el momento de su máximo esplendor
La imagen recrea cómo debió lucir la estructura original hace 4.000 años, en el momento de su máximo esplendor. Fuente: Khaybar LDAP, M. Bussy y G. Charloux

Un paisaje habitado durante 7.000 años

Pero el verdadero giro en esta historia llegó con el segundo estudio, publicado en PLOS ONE. A través de una prospección sistemática a pie por 1.600 hectáreas del oasis, el equipo identificó más de 500 estructuras arqueológicas que abarcan un rango temporal sorprendente: desde el séptimo milenio a.C. hasta el siglo XX. Este registro continuo convierte a Khaybar en uno de los paisajes culturales más antiguos y mejor conservados de Arabia.

Entre los hallazgos destacan viviendas neolíticas, corrales, tumbas monumentales, plataformas rituales, estructuras megalíticas y campos agrícolas históricos. Especialmente llamativas son las llamadas “avenidas funerarias”, caminos delimitados por tumbas que conectan distintas zonas del oasis y que ya se habían documentado en otras partes del norte de Arabia. En Khaybar, estas avenidas parecen integrarse con los caminos internos de la ciudad amurallada, lo que refuerza la idea de una planificación del territorio desde épocas tempranas.

El estudio documenta también cómo la ocupación de Khaybar fue adaptándose a los cambios climáticos, tecnológicos y sociales a lo largo de milenios. La reutilización de materiales, la superposición de construcciones y la persistencia de patrones espaciales indican una memoria del lugar, una forma de habitar el paisaje con continuidad, pero también con transformaciones constantes.

Desde 2020, el muro ha sido objeto de estudio por parte del equipo del proyecto arqueológico Khaybar Longue Durée
Desde 2020, el muro ha sido objeto de estudio por parte del equipo del proyecto arqueológico Khaybar Longue Durée. Fuente: Khaybar LDAP, M. Bussy y G. Charloux

El enigma de las estructuras rituales

Uno de los aspectos más intrigantes del nuevo estudio es la presencia de estructuras de función aún incierta, muchas de ellas asociadas a contextos funerarios o rituales. Estas construcciones, en forma de plataformas o recintos circulares, se encuentran tanto dentro como fuera del área fortificada y podrían haber sido utilizadas durante milenios. Su aparición en un mismo eje que conecta necrópolis, zonas agrícolas y caminos internos sugiere una organización del espacio que integra lo sagrado, lo cotidiano y lo político.

Esto refuerza una idea que cada vez gana más peso entre los arqueólogos: los oasis del norte de Arabia no fueron meras estaciones agrícolas, sino centros rituales, sociales y económicos, cuya complejidad rivaliza con las ciudades del Creciente Fértil. Khaybar, en particular, habría actuado como un nodo clave en las rutas caravaneras y como un foco de poder territorial con una identidad consolidada.

Más allá de la Edad del Bronce

Si bien la muralla pertenece al periodo comprendido entre el 2250 y el 1950 a.C., los registros más antiguos de ocupación en Khaybar se remontan al 7.000 a.C., y los más recientes llegan al siglo XX. El oasis fue un testigo silencioso de toda la historia de Arabia: desde los inicios del pastoreo hasta la expansión islámica, pasando por la Edad del Hierro, la época nabatea y el periodo islámico temprano.

Esta continuidad hace de Khaybar un laboratorio excepcional para estudiar la evolución de las sociedades en entornos áridos. Su condición de “paisaje cultural multiperiodo” —según la terminología del estudio— permite rastrear no solo cambios tecnológicos, sino también estrategias de adaptación ambiental, transformaciones políticas y evolución de las creencias.

Reconstrucción virtual en 3D del asentamiento de la Edad del Bronce en al-Natah
Reconstrucción virtual en 3D del asentamiento de la Edad del Bronce en al-Natah. Fuente: Charloux et al., PLOS ONE, 2024

Redibujando el mapa histórico de Arabia

La combinación de ambos estudios —uno centrado en la gran muralla de la Edad del Bronce, el otro en la larga duración del paisaje habitado— obliga a reescribir lo que sabíamos sobre el desarrollo urbano, la agricultura y la arquitectura en el desierto arábigo. Khaybar no fue una excepción, sino la punta del iceberg de una red de ciudades-oasis que florecieron mucho antes de lo que se pensaba. La muralla es solo el comienzo de una historia mucho más amplia, tejida entre piedra volcánica, tumbas milenarias y caminos ocultos bajo la arena.

A medida que avanzan las excavaciones y los análisis, la imagen de Arabia como un territorio secundario en la historia antigua del Próximo Oriente empieza a desmoronarse. Khaybar emerge ahora como uno de los lugares clave para comprender cómo las comunidades humanas enfrentaron el desafío del desierto… y lo convirtieron en civilización.

Referencias

  • Guillaume Charloux, et al, The ramparts of Khaybar. Multiproxy investigation for reconstructing a Bronze Age walled oasis in Northwest Arabia, Journal of Archaeological Science: Reports, Volume 53, 2024, 104355, ISSN 2352-409X, DOI: 10.1016/j.jasrep.2023.104355
  • Charloux G, Shabo S, Depreux B, Colin S, Guadagnini K, et al. (2024) A Bronze Age town in the Khaybar walled oasis: Debating early urbanization in Northwestern Arabia. PLOS ONE 19(10): e0309963. DOI: 10.1371/journal.pone.0309963

Cortesía de Muy Interesante



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