En las tierras históricas de Ucrania, un conjunto de ocho discos de piedra del siglo XII y XIII ha reavivado un debate fascinante entre arqueólogos e historiadores. Según un estudio reciente publicado en Sprawozdania Archeologiczne por Olena Veremeychyk y Olga Antowska-Gorączniak, estos objetos, fabricados en pirofilita, un mineral suave y maleable, podrían reescribir nuestra comprensión de las interacciones culturales y tecnológicas entre los pueblos escandinavos y las comunidades locales del este de Europa. Algunos investigadores creen que los discos podrían ser una adaptación local de las sofisticadas piedras solares vikingas, herramientas esenciales para la navegación marítima en la Edad Media.
Una conexión inesperada entre Ucrania y los vikingos
La pirofilita, utilizada para fabricar estos discos, se encuentra en grandes cantidades cerca de Ovruch, en el norte de Ucrania, una región que, durante la Edad Media, estaba profundamente integrada en las rutas comerciales que unían el Báltico con el Mar Negro. Este corredor, conocido como la ruta “de los varegos a los griegos”, sirvió como puente entre culturas, facilitando el intercambio de mercancías, conocimientos y tecnologías.
Aunque se sabe que los vikingos, conocidos en esta región como varegos, interactuaron intensamente con las comunidades eslavas, estos discos ofrecen una posible evidencia tangible de la transferencia tecnológica entre los escandinavos y las culturas locales. El diseño de los discos, con patrones concéntricos y líneas radiales, evoca los principios de las brújulas solares, que los navegantes nórdicos utilizaban para determinar su posición en el mar en función de la sombra proyectada por el Sol.
¿Qué hace únicos a estos discos?
De los ocho discos descubiertos, tres destacan por sus marcados patrones geométricos, que incluyen círculos concéntricos y líneas que dividen la superficie en sectores. Estas características, según los investigadores, son similares a las de las brújulas solares encontradas en otras partes de Europa, como Polonia, Groenlandia y las costas escandinavas. Sin embargo, a diferencia de las brújulas solares tradicionales, los discos ucranianos carecen de ciertos elementos clave, como marcas permanentes de los equinoccios o los solsticios, así como de un gnomon —el palo que proyecta la sombra para medir la posición solar.
Esta falta de componentes esenciales ha generado escepticismo entre algunos expertos, quienes sugieren que los discos podrían haber tenido otros usos, desde herramientas de joyería hasta elementos decorativos. A pesar de estas dudas, la similitud de tamaño, material y diseño con las piedras solares conocidas sigue siendo un argumento convincente a favor de su posible uso como instrumentos de navegación adaptados al contexto local.
El legado tecnológico de los varegos
La influencia vikinga en las tierras del este de Europa no se limita a los artefactos. Durante los siglos IX y X, los vikingos establecieron asentamientos, integrándose en la vida política y cultural de los pueblos eslavos. Su legado incluye no solo innovaciones tecnológicas, sino también aportes en la organización comercial y la estructura social. Las piedras solares son un ejemplo de cómo su conocimiento marítimo podría haber trascendido las fronteras de Escandinavia.
Si los discos ucranianos efectivamente funcionaron como piedras solares, serían una evidencia más de cómo los vikingos compartieron su tecnología con las comunidades con las que interactuaron. Esta hipótesis también resalta la capacidad de estas comunidades para adaptar tecnologías extranjeras a sus necesidades específicas, un fenómeno que ilustra la naturaleza dinámica del intercambio cultural en la Edad Media.
Un enigma arqueológico que sigue abierto
A pesar del entusiasmo por esta teoría, las diferencias entre los discos ucranianos y las piedras solares conocidas plantean interrogantes. Por ejemplo, mientras las piedras solares escandinavas solían tener marcas precisas para orientarse en el mar abierto, los discos de pirofilita presentan grabados menos definidos, lo que sugiere que podrían haber tenido un uso diferente o complementario.
Además, el entorno geográfico de Ucrania, con su énfasis en rutas fluviales en lugar de navegación marítima, plantea dudas sobre la necesidad de piedras solares en esta región. Es posible que los discos fueran utilizados para viajes terrestres o fluviales, adaptando los principios de las piedras solares a un contexto distinto.
El futuro de la investigación
Para aclarar el misterio, los investigadores abogan por una combinación de estudios experimentales y análisis avanzados. Las pruebas de desgaste, el análisis de las marcas superficiales y los experimentos de navegación podrían ayudar a determinar si estos discos fueron realmente utilizados como instrumentos de orientación. Además, un análisis comparativo con compases solares de otras regiones podría ofrecer pistas cruciales sobre su origen y propósito.
El hallazgo de estos discos representa una oportunidad única para explorar no solo la tecnología de la Edad Media, sino también las complejas redes de intercambio cultural que definieron este periodo. Con cada nuevo descubrimiento, se profundiza nuestra comprensión de cómo las comunidades medievales colaboraron, intercambiaron y adaptaron conocimientos en un mundo mucho más interconectado de lo que se suele imaginar.
Referencias:
- Veremeychyk, O., & Antowska-Gorączniak, O. (2024). New medieval sun compasses? The problem of the function of stone disks from southern Rus’. Sprawozdania Archeologiczne, 76(2), 383–398. DOI: 10.23858/sa/76.2024.2.3290
Cortesía de Muy Interesante
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