Descubren un cementerio de ballenas de hace miles de años bajo un glaciar del Ártico ruso que se partió en dos en solo 20 años: un hallazgo histórico que reescribe el pasado marino de Eurasia

En uno de los puntos más septentrionales del planeta, donde el hielo ha sido amo y señor durante milenios, un equipo de científicos rusos ha destapado una escena que parece sacada de otra era: un auténtico “cementerio” de ballenas en el corazón del archipiélago de la Tierra de Francisco José, al norte del océano Ártico. El hallazgo, registrado por investigadores del Instituto Ártico y Antártico de Rusia (AАНИИ), ha sido posible gracias al deshielo inusualmente acelerado de un glaciar en la isla de Wilczek. Allí, bajo la capa de hielo que durante miles de años ocultó la vida del pasado, han aparecido restos óseos de gran tamaño, esparcidos a lo largo de varios kilómetros.

La escena parece detenida en el tiempo. Huesos de cetáceos en sorprendente estado de conservación, algunos emergiendo lentamente de la congelada tierra ártica, otros semienterrados en una terraza marina que hasta hace poco estaba oculta bajo una densa capa de hielo. La expedición, enmarcada dentro del programa “Universidad Flotante del Ártico 2025” y llevada a cabo a bordo del buque científico Profesor Molchanov, ha documentado lo que podría considerarse uno de los descubrimientos paleontológicos más reveladores en la región polar rusa en lo que va de siglo.

Un glaciar que se parte en dos y revela su secreto

Según los datos proporcionados por el propio AАНИИ, el glaciar de la isla de Wilczek ha experimentado una transformación asombrosamente rápida. Las imágenes satelitales revelan que en menos de dos décadas el glaciar se ha dividido en dos bloques distintos, abriendo un espacio antes sellado por el hielo. Esta grieta ha dejado al descubierto una superficie de varios kilómetros cuadrados, que resultó ser una cápsula del tiempo natural.

En esa llanura que alguna vez fue fondo marino, comenzaron a aparecer uno tras otro los restos de ballenas, muchas de ellas presumiblemente varadas o fallecidas por causas naturales hace miles de años, cuando el nivel del mar y la configuración de los ecosistemas polares eran muy distintos. Lo más inquietante es que el estado de conservación de algunos esqueletos es sorprendente, especialmente aquellos más cercanos a la base del glaciar, donde el frío los ha mantenido prácticamente intactos, como si el tiempo no hubiera pasado. En cambio, aquellos más cercanos a la costa muestran signos de descongelamiento y deterioro progresivo.

En una región casi inaccesible del Ártico ruso, investigadores descubrieron numerosos esqueletos de ballenas esparcidos por la isla de Wilczek
En una región casi inaccesible del Ártico ruso, investigadores descubrieron numerosos esqueletos de ballenas esparcidos por la isla de Wilczek. Foto: Nikita Demidov/AARI/Alexander Ermolov

Testigos de un cambio abrupto en el nivel del mar

Lo que podría parecer un simple hallazgo de fósiles se transforma en una pieza clave para comprender un episodio geológico de gran alcance: una rápida variación en el nivel del mar ocurrida hace apenas unos milenios. Aunque parezca reciente desde una perspectiva geológica, este cambio fue lo suficientemente drástico como para alterar por completo la configuración de la costa en la zona más septentrional de Eurasia. Las ballenas cuyas osamentas han aparecido en la isla de Wilczek pudieron haber habitado un entorno muy distinto al actual, con canales de agua libres de hielo estacionalmente o incluso de forma permanente.

Este tipo de hallazgos permite a los científicos reconstruir con mayor precisión la cronología de los cambios climáticos que ha atravesado el planeta. Si bien ya se conocían eventos bruscos de calentamiento en el pasado reciente, el hecho de encontrar una acumulación tan extensa de restos de grandes mamíferos marinos en esta zona del Ártico ruso sugiere que estamos ante un fenómeno que pudo haber sido más repentino de lo que se pensaba. A ello se suma el actual ritmo de derretimiento de los glaciares árticos, que ha aumentado globalmente en un 5% desde el año 2000, según estudios recientes.

Entre la paleontología y la alerta climática

El descubrimiento de este “cementerio” de ballenas tiene una doble lectura. Por un lado, nos ofrece un atisbo valioso del pasado natural del planeta y de la ecología marina en latitudes extremas. Pero por otro, actúa como un recordatorio urgente del ritmo al que se están desintegrando los hielos polares.

Y es que lo que durante miles de años se mantuvo sellado por la fuerza del permafrost ahora se muestra vulnerable al deshielo acelerado, exponiendo no solo restos de fauna extinguida, sino también vastas zonas de suelo congelado que, al derretirse, pueden liberar gases de efecto invernadero atrapados durante siglos.

Además del hallazgo paleontológico, la expedición rusa también tenía como objetivo estudiar la dinámica del permafrost en el Ártico euroasiático, en especial el comportamiento del suelo estacionalmente descongelado y la formación de hielo segregado en estas latitudes extremas. Los científicos también seleccionaron un punto en el extremo norte del archipiélago de Nueva Zembla para perforar un pozo de medición térmica, clave para entender los procesos de calentamiento desde el subsuelo.

El retroceso del glaciar dejó al descubierto un insólito “cementerio” de ballenas oculto durante milenios
El retroceso del glaciar dejó al descubierto un insólito “cementerio” de ballenas oculto durante milenios. Foto: Nikita Demidov/AARI/Alexander Ermolov

Una ventana al pasado… y al futuro

El Instituto Ártico y Antártico de Rusia, que coordina desde hace más de un siglo expediciones polares, ha organizado cerca de 1.200 misiones científicas en el Ártico y la Antártida. Su director actual, el profesor Alexander Makarov, dirige una institución que, más allá de su legado histórico, se ha convertido en un pilar para el seguimiento del cambio climático en regiones clave del planeta. El descubrimiento reciente no hace más que reforzar la relevancia estratégica y científica de estas misiones.

¿Podría haber más “cementerios” como este ocultos bajo otros glaciares en retirada? Todo indica que sí. Lo que está ocurriendo en la isla de Wilczek podría repetirse en otros puntos del Ártico, donde la desaparición del hielo permanente está dejando al descubierto no solo restos de fauna prehistórica, sino también estructuras geológicas y ecosistemas congelados desde el final de la última glaciación.

El hallazgo de los restos de ballenas en esta remota isla rusa no es solo una curiosidad científica: es una advertencia escrita en huesos antiguos, un mensaje congelado que emerge para contarnos que el planeta ya ha cambiado antes… pero quizás nunca tan rápido como ahora.

Cortesía de Muy Interesante



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