Ya son más de un centenar las estructuras monumentales de piedra, pertenecientes a la cultura chachapoya, que se han identificado en el Parque Nacional del Río Abiseo, en los Andes del norte del Perú. La noticia se anunció oficialmente en mayo de 2025 en la página del World Monuments Fund (WMF), una institución que lleva colaborando más de dos años con el Ministerio de Cultura del Perú y la Universidad Nacional de San Martín. Este descubrimiento, además de ampliar el conocimiento sobre la presencia territorial y la sofisticación arquitetónica de los chachapoyas, también subraya la necesidad urgente de proteger un patrimonio cultural en peligro.
El contexto: la cultura chachapoya y el Parque Nacional del Río Abiseo
Los chachapoyas fueron un grupo indígena que habitó las zonas montañosas del norte del actual Perú entre los siglos IX y XV d.C., antes de ser conquistado por el Imperio inca. A menudo denominados los “guerreros de las nubes”, desarrollaron una cultura perfectamente adaptada a los agrestes paisajes de los Andes orientales. Sus asentamientos se caracterizan por las complejas construcciones en piedra, los sistemas agrícolas aterrazados y una iconografía singular.
Creado en 1983 y reconocido como Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1990 por su valor tanto natural como cultural, el Parque Nacional del Río Abiseo es uno de los espacios más importantes para el estudio de esta civilización. Si el acceso restringido durante décadas ha contribuido a su conservación, también ha limitado la investigación arqueológica sistemática en la región. El sitio más emblemático del parque es Gran Pajatén, un complejo monumental decorado con frisos geométricos y figuras humanas que se emplaza en un entorno selvático de difícil acceso.
Una expedición que cambia el mapa arqueológico
En una serie de expediciones llevadas a cabo entre 2022 y 2023, los arqueólogos identificaron más de un centenar de nuevas estructuras de piedra, muchas de ellas de naturaleza monumental. Se distribuyen a lo largo de una amplia extensión de terreno que había permanecido inexplorada. Este hallazgo fue posible gracias al uso combinado de tecnologías avanzadas como el escaneo LiDAR (Light Detection and Ranging) y la investigación de campo tradicional, realizada por un equipo multidisciplinario que incluyó expertos en arqueología, conservación, biología y gestión del patrimonio.
Según el informe del World Monuments Fund, las nuevas estructuras incluyen plataformas ceremoniales, edificaciones circulares con frisos decorativos, recintos funerarios y sistemas de almacenamiento. Todo ello sugiere que el área pudo haber sido un centro ritual o administrativo de gran importancia dentro del sistema territorial chachapoya. La orientación de los edificios y su alineación con hitos naturales refuerzan esta hipótesis.
Gran Pajatén y su expansión arquitectónica
Gran Pajatén ha sido durante mucho tiempo el yacimiento más emblemático de la región. Sin emabargo, los nuevos hallazgos demuestran que el complejo constituye solo una parte de un sistema arquitectónico mucho más extenso y complejo. A partir de las recientes investigaciones, se ha podido delimitar una red interconectada de asentamientos y espacios rituales que se extiende más allá de los límites del sitio central.
Los frisos de piedra tallada, característicos de Gran Pajatén, aparecen también en algunas de las nuevas estructuras, lo que sugiere una continuidad estilística y simbólica en la iconografía chachapoya. Este patrón de diseño refuerza la idea de que la zona operaba como una unidad cultural coherente, con un alto grado de planificación urbana y religiosa.

Tecnología y conservación: una alianza clave
La incorporación de tecnología LiDAR a las investigaciones ha resultado fundamental para penetrar el denso dosel selvático que cubre la región. Este sistema, que utiliza pulsos de luz láser para medir distancias y generar mapas tridimensionales del terreno, permitió identificar estructuras que serían invisibles al ojo humano desde el suelo o incluso a travás de las imágenes satelitales convencionales.
Gracias a esta tecnología no invasiva, el equipo pudo trazar con precisión la distribución de las construcciones sin alterar el entorno, algo esencial en una zona protegida tanto por su biodiversidad como por su valor cultural. Asimismo, el trabajo de estudio se ha acompañado de un programa de conservación preventiva diseñado por el World Monuments Fund, con el objetivo de preservar las estructuras sin necesidad de recurrir a una excavación intensiva.
Una llamada de atención para la protección del patrimonio
A pesar de su importancia histórica y científica, la región enfrenta múltiples amenazas. La deforestación, la caza furtiva y el cambio climático estñan dañando tanto el entorno natural como las estructuras arqueológicas. El informe del WMF destaca que muchas de las construcciones halladas presentan signos de erosión, colapso parcial y crecimiento vegetal invasivo.
Por ello, el descubrimiento se ha acompañado de un plan de manejo integral que combina la protección ambiental con la valorización del patrimonio cultural. Las comunidades locales, en particular las de la región de San Martín, se han integrado en el proceso mediante programas de educación patrimonial y desarrollo sostenible, lo que constituye un modelo ejemplar de gestión participativa.

Implicaciones para el estudio de los Andes prehispánicos
Este hallazgo obliga a replantear el conocimiento actual sobre la distribución geográfica, la organización social y el alcance político de la cultura chachapoya, que, tradicionalmente, se había considerado fragmentaria y de escala regional. La monumentalidad y diversidad funcional de las nuevas estructuras sugiere una capacidad organizativa más compleja y centralizada de lo que se creía.
Además, la presencia de elementos arquitectónicos similares en sitios distantes indica la existencia de una red cultural más amplia. Esta red, según los investigadores, pudo haberse articulado a través de rutas de intercambio y peregrinaje que conectaban los Andes con la selva alta. Esto abre nuevas líneas de investigación sobre la interacción de los chachapoyas con otros pueblos andinos e incluso amazónicos.

Proyecciones futuras y compromiso institucional
El Ministerio de Cultura del Perú ha expresado su compromiso con la protección del sitio. Junto con el World Monuments Fund y la Universidad Nacional de San Martín, se están diseñando nuevas fases del proyecto que incluirán trabajos de documentación detallada, análisis arqueobotánico, conservación estructural y eventualmente, acceso controlado para visitas científicas.
La investigación en el Parque Nacional del Río Abiseo representa uno de los proyectos arqueológicos más prometedores del continente sudamericano en la actualidad, tanto por su potencial científico como por su modelo de intervención sostenible. Los responsables del proyecto han señalado que este es solo el inicio de una investigación de largo alcance, cuyos frutos continuarán revelando aspectos inéditos de una de las culturas más enigmáticas de los Andes.
El primer paso de un proyecto innovador
El descubrimiento de más de cien estructuras monumentales de la cultura chachapoya en los Andes del norte del Perú no solo constituye un hito para la arqueología andina, sino también una oportunidad única para repensar la historia prehispánica desde una perspectiva más integrada y multidisciplinaria. Gran Pajatén y sus alrededores emergen ahora como un paisaje cultural de gran complejidad y riqueza, que invita a una reflexión más profunda sobre el ingenio humano frente a los desafíos del medio natural.
Referencias
Cortesía de Muy Interesante
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