Descubren un ‘monstruo marino’ de 85 millones de años que cazaba como un halcón bajo el agua: es una criatura única en el mundo (tanto que es una especie nueva)

Durante décadas, los restos fósiles encontrados en la ribera del río Puntledge, en la isla de Vancouver, habían desconcertado a los paleontólogos. Eran huesos antiguos, fosilizados hace unos 85 millones de años, que sugerían la existencia de un depredador marino tan inusual que desafió la clasificación científica. Hoy, por fin, esa criatura tiene nombre: Traskasaura sandrae. Y su historia, contada por un equipo internacional de investigadores en un reciente estudio publicado en el Journal of Systematic Palaeontology, no podría ser más fascinante.

Con una longitud de 12 metros, un cuello extremadamente largo y dientes capaces de aplastar caparazones, este nuevo miembro de la familia de los elasmosaúridos era mucho más que un “dinosaurio acuático” al uso. Lo que lo distingue no es solo su anatomía peculiar, sino su sorprendente modo de caza: atacaba desde arriba, descendiendo sobre sus presas con una técnica única entre los reptiles marinos conocidos. Algo así como un halcón sumergido en el océano cretácico.

El enigma de Puntledge

La historia comienza en 1988, cuando Michael y Heather Trask, dos aficionados a la paleontología, encontraron por casualidad un esqueleto incompleto mientras exploraban la orilla del río. Aquellos restos, aunque bastante erosionados, captaron la atención de la comunidad científica. Sin embargo, su conservación parcial y la falta de referencias claras en la literatura dificultaron cualquier clasificación firme. Durante años, el esqueleto reposó en el Museo de Courtenay, en la Columbia Británica, mientras los científicos esperaban encontrar más pistas.

El misterio empezó a resolverse con el hallazgo, años después, de un segundo ejemplar: un individuo joven con huesos perfectamente conservados. Este fósil, sumado al descubrimiento de un húmero aislado, permitió comparar estructuras anatómicas clave y evidenció que los tres especímenes compartían características únicas. La combinación de elementos antiguos (llamados plesiomórficos) con rasgos evolutivos avanzados dio forma a un nuevo género.

Los restos fosilizados de un ejemplar joven fueron clave para que los científicos pudieran identificar esta nueva especie
Los restos fosilizados de un ejemplar joven fueron clave para que los científicos pudieran identificar esta nueva especie. Fuente: Museo y Centro de Paleontología de Courtenay y Distrito

El lagarto de los Trask

El nombre Traskasaura sandrae no es casual. “Traskasaura” honra a la familia Trask, descubridores del primer fósil, mientras que “sandrae” conmemora a Sandra Lee O’Keefe, figura cercana a los autores del estudio, fallecida tras una larga lucha contra el cáncer. Un tributo doble que une la ciencia con la historia personal y humana detrás del hallazgo.

La investigación, liderada por F. Robin O’Keefe y un equipo de paleontólogos de Canadá, Chile y Estados Unidos, fue publicada el 22 de mayo de 2025. En ella se describe a Traskasaura como un reptil marino extraordinario. Su cuello, compuesto por al menos 50 vértebras, lo convierte en uno de los elasmosaúridos más alargados conocidos. Pero su verdadera rareza está en su esqueleto postcraneal.

Uno de los descubrimientos más llamativos es la forma de sus aletas: parecidas a alas de avión invertidas, lo que sugiere que estaban optimizadas para el movimiento hacia abajo. En lugar de ascender hacia la superficie, como hacen la mayoría de los depredadores marinos buscando presas contra la luz, Traskasaura descendía velozmente desde arriba para sorprender a sus víctimas. Esta estrategia depredadora es insólita en el registro fósil y representa una innovación ecológica radical.

Sus poderosas mandíbulas, equipadas con dientes gruesos y acanalados, eran perfectas para triturar conchas duras. Los investigadores apuntan a los ammonites —moluscos extintos con conchas en espiral, comunes en la zona durante el Cretácico— como su presa principal. Un menú duro, pero accesible para un cazador especializado como este.

Este peculiar elasmosaurio es, de hecho, uno de los fósiles más emblemáticos de Norteamérica, y en 2023 fue declarado símbolo fósil oficial de la Columbia Británica
Este peculiar elasmosaurio es, de hecho, uno de los fósiles más emblemáticos de Norteamérica, y en 2023 fue declarado símbolo fósil oficial de la Columbia Británica. Fuente: Museo y Centro de Paleontología de Courtenay y Distrito

Una estrella fósil en la Columbia Británica

Con el paso del tiempo, los fósiles de Traskasaura se convirtieron en un símbolo local. En 2023, tras una campaña de divulgación y una votación popular, fue oficialmente declarado “Fósil Provincial” de Columbia Británica. Este reconocimiento no solo celebró su singularidad paleontológica, sino que consolidó su importancia cultural para la región.

Los tres ejemplares descritos en el estudio provienen de la Formación Haslam, una unidad geológica del Cretácico superior. Esta zona ha sido especialmente prolífica en fósiles marinos, pero Traskasaura destaca por su nivel de conservación y su rareza anatómica. Gracias a estas piezas, los paleontólogos no solo identificaron un nuevo género, sino que también lograron trazar su lugar en el árbol evolutivo de los elasmosaúridos.

Curiosamente, aunque su esqueleto comparte ciertas similitudes con especies halladas en el hemisferio sur, como los aristonectinos de la Antártida, los análisis filogenéticos indican que estos parecidos surgieron de forma convergente: es decir, evoluciones paralelas para resolver problemas similares, como la búsqueda eficiente de alimento.

Un legado científico y humano

Más allá de su impacto académico, la historia de Traskasaura sandrae encarna la esencia de la paleontología: una disciplina donde el azar, la paciencia y la cooperación humana se unen para desenterrar secretos del pasado profundo. Desde una familia explorando la naturaleza por simple curiosidad hasta un equipo internacional reescribiendo la historia natural del Pacífico norte, este descubrimiento es un testimonio del poder del trabajo colectivo.

Los huesos que durante décadas confundieron a los expertos han dado lugar a un nuevo capítulo en la historia de los reptiles marinos. Con Traskasaura sandrae, el océano del Cretácico revela que aún guarda monstruos, no de leyenda, sino reales, extraños y maravillosos.

Referencias

  • O’Keefe, F. R., Armour Smith, E., Clark, R. O., Otero, R. A., Perella, A., & Trask, P. (2025). A name for the Provincial Fossil of British Columbia: a strange new elasmosaur taxon from the Santonian of Vancouver Island. Journal of Systematic Palaeontology, 23 (1). doi: 10.1080/14772019.2025.2489938

Cortesía de Muy Interesante



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