En la vía que conecta Puerto Colombia con la capital del Atlántico, está ubicado un lujoso condominio que tiene desde terrazas con piscinas, restaurantes llamativos y canchas de tenis, hasta un extenso campo de golf. Y, si bien no es un lugar en el que puedan acceder todas las personas, durante esta mañana obtuvo la atención del país luego de que el ministro del Interior, Armando Benedetti, denunciara un allanamiento a su casa, que está dentro del complejo, ordenada por la Corte Suprema de Justicia.
Entre bosques y vegetación caribeña, se encuentra este costoso condominio al que pocos tienen acceso en la ciudad de Barranquilla: Club Lagos de Caujaral.
“Caujaral”, -que viene de “Caujaro”, un árbol silvestre muy típico de la Costa Atlántica-, alberga, en medio del calor de la zona y su privilegiada ubicación estratégica, mansiones que oscilan entre 2.500 y 15.000 millones de pesos.
Justamente, el pasado 31 de octubre ya se había denunciado esta compra por parte de Benedetti, que, además, revela que la vivienda perteneció a Alex Saab, testaferro del régimen de Nicolás Maduro. Según información divulgada en su momento por el periodista Daniel Coronell y el abogado Camilo Enciso, el ministro firmó un contrato de leasing habitacional con Scotiabank Colpatria, una figura que le permite ocupar la casa pagando cuotas mensuales con opción de compra.
El inmueble fue entregado por Álex Saab al banco en 2011 como dación en pago por una deuda de 2.000 millones de pesos, equivalente a unos 3.800 millones actuales.
Posteriormente, el empresario de espectáculos Ricardo Leyva ocupó la vivienda y confirmó que cedió el contrato al ministro Benedetti hace cerca de dos meses, aunque sin precisar las condiciones del acuerdo ni el valor exacto del arriendo.
El ministro estaría pagando más de 20 millones de pesos mensuales, una cifra considerable frente a su ingreso oficial de 26,8 millones. La casa, ubicada en la calle “No me olvides”, cuenta con cuatro habitaciones, estudio, sala, comedor, piscina y garajes, y pertenece a uno de los conjuntos residenciales más exclusivos del Atlántico.
El allanamiento se lleva a cabo en medio de investigaciones por parte de la magistrada Cristina Lombana, a quien el ministro del Interior no dudó en llamar “loca”, “demente” y “delincuente” por cuenta del procedimiento.
Además, Benedetti afirmó que Lombana ha sido recusada en dos ocasiones por presunto interés en incriminarlo y que lleva “siete años de acoso judicial” en su contra. Aseguró, que la magistrada habría ordenado investigaciones financieras a más de 50 de sus familiares —incluidos menores de edad— y filtrado información de los procesos a los medios de comunicación.
Y no se quedó ahí. El ministro insinuó en sus declaraciones que Lombana estaría entregando información “manipulada” al FBI y relacionó el allanamiento con un supuesto “montaje judicial” en su contra, mencionando también al abogado Diego Cadena. Según él, estas actuaciones buscarían vincularlo con presuntos delitos de lavado de activos.
Por otro lado, luego del allanamiento en su residencia, Adelina Guerrero Covo, esposa del ministro, denunció haber sido presuntamente víctima de maltrato y abuso de autoridad por parte de la magistrada Cristina Lombana, integrante de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia.
Según escribió en su cuenta de X: “la magistrada Cristina Lombana, durante el allanamiento a mi casa, me trató de ignorante, me mandó despectivamente a sentar y a callarme”. Afirmó también que la funcionaria le “quitó” el celular y que además “intentaron ingresar de manera ilegal hasta bloquearlo”.
Dijo que, aunque se permitió la presencia de su abogado, “fue solo para que me mantuviera calladita”. Además, señaló que fue “amenazada con capturarme e intimidada con funcionarios del GOES, grupo de operaciones especiales contra el crimen organizado”.
En su mensaje, la mujer sostuvo que la magistrada “intentó humillarme y aplastar mi dignidad como mujer”, e hizo un llamado público con la frase “Calladitas no nos vemos más bonitas”.
En su página web, Lagos de Caujaral, afirma que se construyó como “un sueño”. Partió de una idea que se gestó en el mes de noviembre de 1968 gracias a la unión de un grupo de distinguidas personalidades de la ciudad de Barranquilla.
La gestión para la construcción la inició Don Karl Parrish, un urbanizador barranquillero, que en la ciudad es muy reconocido por su apellido y renombre. De hecho, uno de los colegios más reconocidos y en donde asisten hijos de empresarios y congresistas de alto calibre, lleva su nombre. Así es, como cuatro décadas más tarde, se construyó el costoso y de difícil acceso Club Lagos de Caujaral.
Cuenta no solo con el extenso lote que alberga un campo de golf de 18 hoyos, en el que un torneo privado durante los fines de semana y festivos puede llegar a costar hasta 8 millones 700 mil pesos más el IVA, sino que también cuenta con acceso al gimnasio del complejo, que para los residentes la entrada cuesta $160 mil pesos mensuales.
Pero no se queda solo ahí. El complejo también cuenta con acceso a zonas húmedas para damas y caballeros, restaurantes exclusivos y carritos de golf para trasportarse en sus instalaciones.
Si se compara con las zonas y los lugares recreativos cson los que cuenta la ciudad de Barranquilla, este no es un simple Club. La oferta de actividades y las construcciones de alto calibre que ofrece, lo hacen uno de los complejos más exclusivos de la ciudad, al que no cualquier barranquillero tiene acceso. A no ser que se cuente con una billetera robusta o conexiones poderosas en la alta sociedad barranquillera.
Cortesía de El Colombiano
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