
Las manifestaciones violentas ocurridas la semana pasada y que dejaron como saldo varios restaurantes y bares vandalizados en la alcaldía Cuauhtémoc de la Ciudad de México, ocurrieron en un momento en el que ese sector todavía no se recupera de los efectos negativos ocasionados por la pandemia de Covid-19 y cuando los empresarios del sector se disponen a invertir para recibir de mejor manera a los visitantes nacionales y extranjeros que llegarán a la capital del país para asistir al Mundial de Fútbol de 2026, planteó, Jack Sourasky Olmos.
El presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) Ciudad de México, dijo que lo preocupante es que esos hechos no solamente generan pérdidas a los dueños de los establecimientos, por los destrozos en instalaciones, mobiliario y equipo, sino que dañan severamente la imagen de la ciudad, justo cuando se preparan para realizar modificaciones y arreglos a sus establecimientos, con el fin de que estén mejor equipados y con mejores ofertas para atender a los aficionados al futbol que se espera lleguen a la capital del país el próximo año, cuando el balón mundialista ruede en la cancha del estadio Azteca.
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Lo preocupante, indicó, es que dan la imagen de una ciudad, donde no hay marco jurídico ni ley y eso se traduce en incertidumbre para la inversión.
El dirigente manifestó enfático que los restauranteros respetan el derecho de las personas a la libre manifestación, pero también remarcó que eso no justifica la violencia y los destrozos en los establecimientos comerciales.
Recordó que nueve organizaciones empresariales de la capital del país condenaron los actos violentos ocurridos en la manifestación del pasado 4 de julio, cuando personas causaron destrozos en restaurantes y bares de las colonias Condesa, Roma y Doctores.
Dijo que agredieron a comerciantes, trabajadores, turistas y, en general, a clientes de esos establecimientos.
En ese sentido, llamó la atención en que, pese a que se sabía desde varios días antes de que esa manifestación ocurriría el Gobierno de la Ciudad de México no realizó algún tipo de acompañamiento, como ocurre generalmente con las marchas que van al Zócalo capitalino, por ejemplo, con el fin de evitar que haya actos vandálicos a bancos, comercios u oficinas de gobierno.
Además, continuó, se sabe que siempre que hay este tipo de manifestaciones, se infiltran grupos de choque que siempre causan destrozos a su paso.
“Condenamos la actuación de parte de las autoridades al no haber acompañado con un contingente a estos manifestantes para poderlos contener y evitar que esto se saliera de control”.
Recordó que autoridades de Estados Unidos han acusado conocimiento de estas manifestaciones.
“Desde la Cámara condenamos de manera muy enérgica esta situación ya que además de los daños a los comercios hubo una afectación económica a las personas que ahí trabaja”.
Por otra parte, dijo que la gentrificación, que es el motivo por el que marcharon las personas el pasado cuatro de julio en esa zona de la capital del país, es un fenómeno mundial, que genera tanto beneficios económicos como afectaciones.
En ese sentido, consideró que se deben hacer las acciones necesarias con el fin que, lo que beneficia a algunos sectores, por ejemplo, a propietarios de inmuebles comerciales con rentas más altas, no afecte a otros, por ejemplo, a quienes ya no pueden pagar un espacio para vivir al subirles la renta.
Además, recordó que la Ciudad de México no ha tenido un buen crecimiento económico, por lo menos durante los últimos siete años.
Mencionó que en la capital mexicana deberían estarse implementándose nuevos planes parciales de desarrollo urbano donde permitan la vivienda vertical y económica para que la gente no se sienta desplazada.
Dijo que hay un problema de falta de aprobación de construcción de nuevos edificios de vivienda con el pretexto de que hay un cártel inmobiliario al que están atacando desde la autoridad.
Comentó que han tenido reuniones con funcionarios del Gobierno de la Ciudad de México en el que han externado sus preocupaciones tanto por los destrozos como el poco apoyo de la autoridad.
En la Ciudad de México hay 64,000 restaurantes que emplean 250,000 personas de manera directa.
Cortesía de El Economista
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