Día Mundial de la Población 2025: ¿Tener o no hijos? Esto dice la ONU de la crisis en libertad reproductiva

Hoy es el Día Mundial de la Población, una fecha que nos muestra que el paisaje demográfico mundial experimenta cambios precipitados como la caída en las tasas de fecundidad y la proyección de una población que llegue a su punto máximo durante este siglo para luego comenzar un descenso, mientras que uno de cada cuatro habitantes vive en un país cuya población ya habría dejado de crecer.  

El informe “Estado de la Población Mundial 2025” del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés) señala que todo esto es un fenómeno que inaugurará sociedades con un gran porcentaje de personas mayores, menos proporción de jóvenes y una potencial escasez de mano de obra, un giro que recuerda a la “explosión demográfica” del siglo XX, cuando los nacimientos superaron los 120 millones anuales en la década de los 60’s.

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Actualmente, la diversidad poblacional es mayor, ya que algunas naciones tienen altas tasas de natalidad, mientras que otras registran emigración masiva o reciben fuertes oleadas de migrantes; y, aunque el envejecimiento poblacional se anticipó hace décadas, nuestra reacción es tardía y repleta de temores: en las noticias vemos titulares sobre el quiebre de pensiones, la caída del número de votantes, tensiones étnicas o despoblación, con advertencias sobre una supuesta superpoblación.

Hay que tomar en cuenta que, en cientos de miles de años, la población mundial llegó a los 1,000 millones de habitantes, número que se multiplicó por siete en sólo en 200 años; en 2011 se alcanzaron los 7,000 millones y en 2021 se estuvo cerca de los 7,900. Ahora, las previsiones son 8,500 millones para 2030; 9,700 millones en 2050 y 10,900 millones en 2100.

Crisis de libertad reproductiva

La investigación, hecha en conjunto por el UNFPA y la multinacional de demoscopia YouGov, reveló que hay un déficit de autonomía reproductiva. El estudio abordó a más de 14 ,000 adultos en 14  países, representando el 37% de la población mundial, y muestra un alto porcentaje de personas no llegan a sus metas de fecundidad: Las tasas de embarazos no deseados son persistentes, simultáneamente a que muchos no logran tener el número de hijos que aspiran.

Los entornos sociales y normativos son la causa de este desajuste, ya que no brindan seguridad económica ni empoderamiento personal, además, las políticas que desalientan el uso de anticonceptivos, o que premian o penalizan determinados tamaños familiares, demuestran ser ineficaces y hasta contraproducentes en diferentes contextos.

Los autores sostienen que la solución pasa por aumentar drásticamente las inversiones en autonomía reproductiva, garantizando que todas las personas (sin importar cuántos hijos deseen) tengan las condiciones necesarias para ejercer libremente sus derechos reproductivos:

  • Igualdad de género. 
  • Estabilidad económica. 
  • Salud. 
  • Educación. 
  • Confianza en el futuro.

Frecuencia de las aspiraciones en materia de fecundidad

La encuesta del informe averigua las expectativas y vivencias reales de la población: dos hijos es el número ideal compartido por la mayoría, pero un 18% de adultos en edad reproductiva considera imposible llegar a ese objetivo; el 11% espera tener menos y 7% más. Entre quienes ya terminaron su etapa fértil (50 años o más), el 31% tuvo menos hijos de los deseados y el 12% superó sus planes.

Además, el 32% de todos los encuestados enfrentó un embarazo no intencional por lo menos, y el 23% deseó ser padre o madre en cierta etapa sin lograrlo, de los cuales más del 40% renunció ya a ese anhelo. Cerca del 13% experimentó ambas situaciones (embarazos no planeados y obstáculos para concebir), cifra que supera el 20% en algunos países.

En México se prevé que este año nacerán 2 millones 19,907 personas y fallecerán 836,585. En el aspecto económico, el 35% de los mexicanos encuestados tienen menos hijos de los que desean por no contar con una buena economía; en cuanto a salud hubo un empate de 8% entre dos razones, la infecundidad o dificultad para concebir y una salud frágil. En otros rubros, el 12% decidió tener menos hijos, el 21% tiene inquietudes por la situación política o social (como las pandemias o guerras) y el 16% tiene una pareja ausente.

Estos datos generales evidencian que, tanto en naciones de fecundidad alta como baja, los obstáculos para formar la familia soñada son una constante. El UNFPA considera que es necesario reconocer esta realidad y reorientar las políticas hacia la verdadera crisis: la falta de libertad reproductiva; también que es urgente para garantizar un futuro donde cada persona pueda decidir libremente sobre su cuerpo, su familia y su destino.

Cortesía de El Economista



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