Disminuye la pobreza, pero persisten rezagos estructurales


México ha registrado avances significativos en la reducción de la pobreza en los últimos años, aunque persisten importantes rezagos estructurales que dificultan el bienestar duradero para millones de ciudadanos, advierten académicos de la Escuela de Negocios del ITESO (ENI). Si bien las estadísticas recientes muestran una disminución del porcentaje de la población en situación de pobreza, estos logros no deben enmascarar la falta de cambios profundos en el modelo de desarrollo económico y social.

FERIA DE SAN FRANCISCO

Entre 2018 y 2024, el porcentaje de la población en situación de pobreza pasó de 41.9% a 29.6%, según la nueva medición del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Esta cifra representa una reducción de 13.4 millones de personas que dejaron de estar en pobreza. A primera vista, estos datos podrían considerarse un éxito, pero para los académicos del ITESO, es crucial analizar las causas y las condiciones subyacentes.

Mireya Pasillas, académica de la ENI y responsable editorial del análisis, reconoce que la pobreza ha disminuido, pero señala que este cambio se ha logrado principalmente gracias a factores coyunturales, como los incrementos al salario mínimo y las transferencias monetarias, en lugar de reformas estructurales duraderas. “La reducción de la pobreza está vinculada más a medidas de corto plazo que a transformaciones profundas que garanticen un bienestar sostenido”, explicó Pasillas.

Un aspecto clave en este análisis es la medición de pobreza multidimensional, que no solo considera el ingreso, sino también otras carencias sociales que afectan a las familias, como el acceso a servicios de salud, educación, seguridad social, calidad en la vivienda y acceso a una alimentación adecuada. Según Pasillas, “este enfoque permite visualizar de manera más clara los rezagos que siguen afectando a la población, más allá de lo económico”.

Por ejemplo, en el caso de la salud, la medición solo toma en cuenta la afiliación a una institución, pero no garantiza el acceso efectivo a los servicios, como la atención médica o los medicamentos. En seguridad social, el indicador se limita a la pensión para adultos mayores, sin considerar si realmente se trata de un sistema de seguridad social efectivo.

David Foust Rodríguez, también académico del ITESO, subraya que la estrategia actual para combatir la pobreza se ha centrado más en transferencias directas de recursos que en fortalecer las capacidades productivas y laborales de las personas. En su opinión, para lograr una disminución de la pobreza real y sostenible, sería necesario implementar reformas profundas en áreas como la seguridad social, los sistemas fiscales y la política industrial. “No ha habido un cambio estructural, y seguimos atrapados en un modelo económico que depende en gran medida de la exportación de mano de obra barata, sin generar la capacidad para que los individuos puedan mejorar sus condiciones a largo plazo”, argumenta Foust.

Además, tanto Pasillas como Foust coinciden en que las políticas sociales del Gobierno deben contar con mecanismos claros de evaluación.

Aumentan carencias

A pesar de la disminución de la pobreza en México, algunos indicadores revelan un aumento en las carencias. El acceso a servicios de salud pasó del 16.2% en 2018, afectando a 20.1 millones de personas, al 34.2% en 2024, impactando a 44.5 millones. En seguridad social, aunque la carencia disminuyó de 66.2 a 62.7 millones, todavía afecta al 48.2% de la población.

CT

OBRAS DE INFRAESTRUCTURA HIDALGO

Cortesía de El Informador



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