Dos físicos explican cómo se vería la radiación de Hawking si cayésemos en un agujero negro y el resultado no es lo que predice la ciencia ficción

¿Alguna vez te has preguntado qué verías si te lanzaras hacia un agujero negro? Más allá de la ciencia ficción, dos físicos, Christopher Shallue y Sean Carroll, han querido responder esta fascinante cuestión en un reciente estudio. Su trabajo aborda un fenómeno clave en la física: la radiación de Hawking, una predicción de Stephen Hawking que combina la mecánica cuántica con la relatividad general. Pero, ¿es posible que un observador en caída libre pueda detectar esta misteriosa radiación al cruzar el horizonte del agujero negro?

El estudio presenta una idea provocadora: incluso llevando un detector especializado, el observador no tendría tiempo suficiente para medir directamente las partículas que forman la radiación de Hawking antes de alcanzar la singularidad. Sin embargo, los autores proponen una forma de definir la “temperatura efectiva” que un detector sentiría en su caída, revelando información clave sobre el comportamiento de los agujeros negros. Esta investigación no solo desafía nuestra comprensión teórica, sino que también profundiza en preguntas fundamentales sobre cómo experimentamos el universo en condiciones extremas.

La radiación de Hawking: ¿qué es y cómo se genera?

En 1974, Stephen Hawking sorprendió al mundo al demostrar que los agujeros negros no son completamente oscuros. Según su teoría, en las cercanías del horizonte de eventos, las fluctuaciones cuánticas pueden crear pares de partículas. Una de ellas cae al agujero negro, mientras que la otra escapa al espacio, formando un débil flujo de radiación térmica. Esta radiación, conocida como radiación de Hawking, es extremadamente tenue y solo se detectaría en agujeros negros pequeños, ya que su intensidad disminuye con el tamaño del agujero negro.

Sin embargo, los detalles sobre cómo y dónde se genera exactamente esta radiación siguen siendo objeto de debate. Mientras algunos modelos sugieren que se produce justo en el horizonte, otros indican que su origen podría estar en regiones más alejadas. Lo que está claro es que esta radiación se vuelve relevante al relacionar la relatividad general con los principios cuánticos, un terreno en el que todavía quedan muchas incógnitas por resolver.

Un agujero negro en el espacio profundo emitiendo radiación Hawking representada como un tenue flujo de partículas luminosas alejándose del horizonte de eventos. Fuente: ChatGPT / Eugenio Fdz.

¿Qué experimentaría un observador en caída libre?

El estudio de Shallue y Carroll utiliza un modelo conocido como detector Unruh-DeWitt, que simula cómo un observador podría medir partículas en su entorno. Este detector, al caer hacia el agujero negro, muestra un comportamiento interesante: su respuesta no depende tanto de las partículas reales de radiación de Hawking, sino de los efectos relacionados con encender y apagar el detector en condiciones extremas.

Los resultados indican que, aunque el observador percibiría un aumento de temperatura al acercarse al horizonte del agujero negro, esta “temperatura efectiva” no está directamente relacionada con la radiación de Hawking. Esto se debe a que el tiempo que el detector pasa cerca del horizonte es demasiado corto para medir las partículas térmicas de manera efectiva.

Aunque el observador percibiría un aumento de temperatura al acercarse al horizonte del agujero negro, esta “temperatura efectiva” no está directamente relacionada con la radiación de Hawking. Fuente: Midjourney / Eugenio Fdz.

Temperatura efectiva: una nueva perspectiva

Aunque medir directamente la radiación de Hawking es prácticamente imposible para un observador en caída libre, Shallue y Carroll introducen el concepto de temperatura efectiva. Este término se refiere a la temperatura que sentiría un detector si estuviera en un estado térmico similar al de un espacio plano.

Sus cálculos muestran que la temperatura efectiva aumenta suavemente desde el valor de la temperatura de Hawking lejos del agujero negro hasta duplicarse al cruzar el horizonte. Lo sorprendente es que esta tendencia continúa dentro del agujero negro, revelando un comportamiento inesperado en el interior de estas regiones. Este hallazgo ofrece una nueva herramienta para estudiar el entorno cercano al horizonte de eventos, incluso cuando no se puede observar directamente la radiación de Hawking.

¿Qué es el efecto Unruh?

El efecto Unruh es una sorprendente predicción de la física teórica que conecta el movimiento acelerado con la percepción de partículas en el vacío cuántico. Descubierto por el físico canadiense William Unruh en 1976, este fenómeno plantea que un observador que acelera uniformemente no percibiría el vacío como un espacio vacío, sino como un entorno lleno de radiación térmica.

Imagina que dos observadores, uno inmóvil y otro acelerando, se encuentran en el mismo vacío. Mientras el observador inmóvil no detecta nada más que vacío, el observador acelerado percibe un calor difuso, como si estuviera inmerso en un baño térmico. La intensidad de esta radiación, llamada temperatura de Unruh, depende de la aceleración del observador: a mayor aceleración, mayor sería la temperatura percibida.

Aunque este efecto es extremadamente difícil de medir en un laboratorio, ya que requiere aceleraciones inmensas para generar temperaturas detectables, tiene profundas implicaciones teóricas. Es un puente entre la relatividad, la mecánica cuántica y la termodinámica, y está estrechamente relacionado con la radiación de Hawking de los agujeros negros.

El efecto Unruh también desafía nuestra intuición, mostrándonos que el vacío no es absoluto, sino que su percepción depende del estado de movimiento del observador. Para estudiarlo, se utiliza el modelo del detector Unruh-DeWitt, una herramienta teórica que ayuda a analizar cómo interactúa un sistema acelerado con el campo cuántico que lo rodea.

Representación artística de los efectos del espacio-tiempo curvado, similares a los que un detector Unruh-DeWitt podría analizar cerca de un agujero negro. Fuente: Midjourney / Eugenio Fdz.

El papel de los estados cuánticos

El trabajo también compara diferentes descripciones del vacío cuántico en el entorno de un agujero negro. En particular, los estados de Hartle-Hawking y de Unruh. El primero describe un agujero negro en equilibrio térmico, mientras que el segundo representa un agujero negro que emite radiación al vacío circundante.

El detector muestra respuestas diferentes en estos estados. En el estado de Hartle-Hawking, el aumento de la temperatura efectiva es consistente con la teoría clásica de los gradientes de temperatura gravitacional, aunque con diferencias importantes debido a efectos cuánticos. En cambio, en el estado de Unruh, la respuesta del detector refleja el flujo asimétrico de radiación, lo que añade una complejidad adicional a la interpretación.

Así se vería la radiación de Hawking si cayésemos en un agujero negro (explicación fácil)

Imagina que te lanzas hacia un agujero negro con un detector capaz de captar las partículas más sutiles del universo. A medida que te acercas al horizonte de eventos, sentirías un calor creciente, como si estuvieras entrando en una ducha de radiación cada vez más intensa. Sin embargo, esta “ducha” no es la radiación de Hawking como tal, sino una combinación de efectos locales causados por tu movimiento y la activación de tu detector en un entorno extremo.

La radiación de Hawking no aparecería como un destello visible ni como partículas claramente identificables. En cambio, su presencia se manifestaría a través de un aumento suave de la temperatura efectiva, que duplicaría la temperatura de Hawking en el horizonte y seguiría aumentando mientras caes al interior. Es como si las paredes invisibles del agujero negro reflejaran un calor que se vuelve más intenso a medida que te adentras en su misterioso núcleo. Este escenario, aunque indirecto, revela cómo las leyes cuánticas y relativistas pintan un retrato dinámico y enigmático de estos objetos cósmicos.

Esta experiencia no es lo que la ciencia ficción suele imaginar, puede llegar a decepcionar. No obstante, abre una ventana teórica a cómo los agujeros negros afectan a los observadores. El estudio de Shallue y Carroll nos muestra que no importa cuán cerca estés del abismo, lo que ves y sientes depende tanto de cómo te muevas como del entorno cuántico que te rodea.

Limitaciones y preguntas abiertas

El estudio deja claras algunas limitaciones. Por ejemplo, aunque el concepto de temperatura efectiva proporciona una nueva forma de estudiar los agujeros negros, no captura todos los aspectos de la radiación de Hawking. Por otra parte, los cálculos asumen un modelo idealizado de agujero negro y detector, lo que podría simplificar la realidad de estos entornos extremos.

Sin embargo, los hallazgos son un paso importante para comprender cómo los observadores experimentan los agujeros negros. ¿Cómo se relaciona la temperatura efectiva con otras propiedades del espacio-tiempo? ¿Podría esta técnica aplicarse a otros tipos de agujeros negros, como los rotatorios o los cargados? Estas preguntas ofrecen un camino prometedor para futuras investigaciones.

Referencias

  • Christopher J. Shallue, Sean M. Carroll, What Hawking Radiation Looks Like as You Fall into a Black Hole, arXiv:2501.06609, publicado en Physical Review D, DOI: 10.1103/PhysRevD.110.025002.

Cortesía de Muy Interesante



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