La peor de las catástrofes también puede arrojar un rayo de luz. Así, la tragedia que en el año 79 d.C. sepultó ciudades enteras bajo cenizas y roca volcánica también permitió la conservación de innumerables tesoros que hoy nos ofrecen una visión privilegiada del pasado romano. Una lujosa villa romana en Terzigno ha revelado un hallazgo excepcional: las joyas de una joven que pereció en la erupción del Vesubio. Estas piezas de oro, esmeraldas y plata no solo reflejan la opulencia de la sociedad romana, sino que también cuentan una historia de belleza, riqueza y fatalidad. Su reciente exhibición en el Museo Arqueológico de Terzigno ha permitido que, dos mil años después, estas joyas vuelvan a brillar.
La erupción del Vesubio en el 79 d.C.: una tragedia inmortalizada en el tiempo
La erupción del Vesubio que arrasó el sur de Italia en el año 79 d.C. es una de las catástrofes naturales más documentadas de la antigüedad. A través de sus cartas, el escritor Plinio el Joven narró con detalle el desastre que acabó con ciudades enteras en la región de la Campania. En la mañana del 24 de agosto del 79 d.C., el volcán entró en erupción con una fuerza descomunal, entre espesas nubes de ceniza, gases tóxicos y material volcánico que oscurecieron el cielo y sepultaron Pompeya, Herculano, Oplontis y otras localidades cercanas.
Los habitantes de Pompeya y sus alrededores intentaron escapar, pero la velocidad y la letalidad del flujo piroclástico hicieron imposible la huida para muchos. Las ciudades quedaron enterradas bajo una gruesa capa de ceniza que permitió conservar las casas, los templos, las calles e incluso las huellas de los cuerpos humanos en una sorprendente instantánea de la vida romana. Este fenómeno ha permitido que siglos después podamos conocer con detalle cómo era la vida cotidiana en una próspera ciudad del Imperio romano.
Terzigno y su relación con Pompeya: un testimonio de la riqueza romana
El lugar de reposo de los ricos propietarios romanos
Aunque la urbe pompeyana sigue siendo el lugar más emblemático en la tragedia del Vesubio, otros puntos cercanos también se vieron afectados por el evento. Es el caso de Terzigno. Esta localidad, situada a pocos kilómetros de Pompeya, fue otro de los asentamientos afectados por la erupción del Vesubio. En la antigüedad, esta zona estaba salpicada de villas romanas, propiedades de familias acomodadas que buscaban alejarse del bullicio de Pompeya mientras disfrutaban de los fértiles campos enriquecidos por las tierras volcánicas.
Las villas de lujo
Las excavaciones en Terzigno han revelado que lujosas residencias decoradas con frescos, mosaicos y una impresionante colección de objetos de valor. Estas propiedades pertenecían a la élite romana, quienes poseían vastas extensiones de tierra dedicadas a la producción agrícola, especialmente el cultivo de la vid. No obstante, al igual que en Pompeya, la erupción del 79 d.C. sepultó estas residencias. Como si se tratase de ámbar, atrapó en su interior a los habitantes junto a sus pertenencias más preciadas.
La excavación de la Villa 2 en Terzigno: un hallazgo excepcional
Entre 1984 y 1992, un equipo de arqueólogos llevó a cabo excavaciones en la denominada Villa 2 de Terzigno, una residencia romana de unos 1200 metros cuadrados. Esta villa, al igual que muchas en la región, fue enterrada por los flujos piroclásticos del Vesubio. Las estructuras arquitectónicas y sus contenidos se conservaron intactos bajo metros de ceniza volcánica.
Entre los descubrimientos más impactantes de esta villa se cuentan los restos de cinco personas en el triclinium, la sala principal de banquetes de la casa. Se presume que intentaron refugiarse allí en un último intento de sobrevivir a la catástrofe.
Entre estos restos humanos, los arqueólogos encontraron una serie de objetos que evidencian el estatus social elevado de los habitantes de la villa. Los hallazgos incluyen joyas de oro, utensilios de plata y monedas de gran valor.
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Las joyas de oro de la joven víctima
Un testimonio de la opulencia romana
Uno de los hallazgos más fascinantes de la Villa 2 de Terzigno fue el cuerpo de una joven que portaba un impresionante conjunto de joyas de oro, lo que indica que pudo haber sido miembro de una familia adinerada. Sus adornos no solo reflejan su posición social, sino también las tendencias de la joyería romana en el siglo I d.C.
Brazaletes, collares y monedas
Entre los objetos encontrado, se cuentan brazaletes de oro en forma de serpiente. Los ojos de los reptiles se elaboraron con pasta de vidrio verde, un diseño típico en la joyería romana vinculado a la protección y el poder.
Además, también se encontraron tres collares de oro, cada uno de un estilo diferente. Uno de ellos contaba con un colgante en forma de luna creciente, símbolo de fertilidad y protección femenina. Otro estaba decorado con esmeraldas, una gema muy valorada en la antigüedad. El tercero, inspirado en la naturaleza, mostraba motivos de hojas. El refinamiento de estas piezas evidencia la habilidad de los orfebres romanos y la influencia de diversas corrientes estéticas, desde las griegas hasta las egipcias, en la joyería de la época.
La joven también poseía una pequeña bolsa de tela con 21 denarios de plata. Todo ello sugiere que la joven intentó llevar consigo sus riquezas mientras huía de la erupción.
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Una nueva sala en el Museo Arqueológico Territorial de Terzigno
Para conmemorar estos hallazgos, el Museo Arqueológico de Terzigno (MATT) ha inaugurado una sala especial dedicada al tesoro de la Villa 2. Bajo el título “El Tesoro de Terzigno: oro y plata de la Villa 2”, esta exhibición permanente reúne los objetos más valiosos descubiertos en la excavación.
La muestra incluye los exquisitos adornos de la joven, incluyendo sus collares, brazaletes y monedas, así como objetos de plata utilizados en la vida cotidiana, como copas decoradas con amorcillos y una situla con asa en forma de cisne. En la exposición también se puede admirar un espejo de plata con mango en forma de clava, decorado con una piel de león en referencia al mito de Hércules y Onfalia.
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La relevancia histórica de las joyas de Terzigno
Las joyas descubiertas en Terzigno no son solo piezas de gran belleza, sino que aportan información valiosa sobre la moda, las creencias y el comercio en la Roma del siglo I d.C.. La presencia de esmeraldas sugiere el acceso a rutas comerciales con Egipto, mientras que los motivos de la serpiente y la luna creciente podrían reflejar el alcance de las creencias populares.
Además, el descubrimiento de estas joyas junto a los restos de sus dueños proporciona un testimonio conmovedor de la tragedia del Vesubio. Nos recuerda que, detrás de cada hallazgo arqueológico, existen historias humanas que merecen ser contadas. La apertura de la nueva sala en el Museo Arqueológico de Terzigno permitirá que estos tesoros resurjan dos milenios después, brillando nuevamente como testigos de una civilización perdida pero nunca olvidada.
Referencias
Cortesía de Muy Interesante
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