
El ministro del Interior de Ecuador, John Reimberg, negó que se barajara la posibilidad de extraditar al jefe de Los Choneros, José Macías Villamar, alias ‘Fito’, después de una reciente visita de las autoridades ecuatorianas al país centroamericano, y confía en que llegue a Estados Unidos antes de diciembre.
Reimberg explicó que viajó a El Salvador hace dos meses junto al ministro de Defensa, Gian Carlo Loffredo, para conocer el plan de seguridad del Gobierno de Nayib Bukele y negó que se produjera ningún tipo de acuerdo para enviar a alguna de sus megacárceles a criminales de alto perfil.
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No obstante, Reimberg reveló que ‘Fito’ manifestó su preocupación con respecto a la posibilidad de que se le entregara a las autoridades salvadoreñas tras ser detenido hace menos de una semana tras más de un año y medio prófugo.
“A él le preocupó mucho la visita, pensó que estábamos preparándonos para enviarlo allá”, contó el ministro en una entrevista para Ecuavisa, en la que ha confirmado que ya se han iniciado los trámites para enviarlo a Estados Unidos, donde tiene siete cargos por tráfico de drogas y de armas.
En ese sentido, confía en que la extradición de ‘Fito’ finalice para antes de diciembre, al mismo tiempo que remarcó que corresponde al Gobierno de Ecuador tomar esta decisión.
“Quererse ir a los Estados Unidos no es una opción, es una decisión que tomaremos como país”, sentenció.
Los criminales, ha explicado, “no tienen opciones, a ellos no hay que preguntarles” con respecto al destino que les espera.
Hasta entonces, ‘Fito’ continuará en la prisión de máxima seguridad de La Roca, en Guayaquil, la más grande y peligrosa del país de la que ya se escapó en febrero de 2013.
La extradición de ‘Fito’ a Estados Unidos plantea interrogantes sobre el futuro cercano de Los Choneros, grupo criminal que lidera desde hace menos de cinco años y que ya quedó descabezado en 2023 con la muerte de otro de sus principales jefes, Júnior Roldán, alias ‘JR’.
Las autoridades no descartan que se puedan producir enfrentamientos internos entre diferentes sectores para hacerse con el control de la organización, como ya ocurrió con grupos similares como Los Tiguerones, al mismo tiempo que otros aprovechan este momento de incertidumbre para golpear y hacerse con el control.
Cortesía de El Economista
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