En el municipio de Zempoala se encuentra una de las obras de ingeniería más impresionantes de la época virreinal: el Acueducto del Padre Tembleque. Este monumental sistema hidráulico, construido entre 1554 y 1571, fue declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 2015 gracias a su valor histórico, cultural y arquitectónico.
El proyecto fue dirigido por el fraile franciscano Francisco de Tembleque, quien, con la ayuda de comunidades indígenas, diseñó un acueducto que llevaría agua desde los manantiales de Zempoala hasta Otumba, en el Estado de México. Lo más impresionante de esta construcción es su puente de arcos, que alcanza una altura de 39 metros en su punto más alto y una longitud de más de 1.2 kilómetros.
La obra refleja una fusión única entre los conocimientos europeos de ingeniería y las técnicas constructivas indígenas. Los materiales utilizados, como piedra y cal, fueron extraídos y preparados localmente, mientras que la organización del trabajo se basó en sistemas comunitarios prehispánicos. Este esfuerzo conjunto no solo garantizó la funcionalidad del acueducto, sino que también lo convirtió en un símbolo de colaboración intercultural.
Hoy en día, el Acueducto del Padre Tembleque es un atractivo turístico de gran relevancia. Los visitantes pueden recorrer los alrededores y maravillarse con la magnitud de los arcos que parecen desafiar el tiempo y la gravedad. Además, el sitio cuenta con una serie de placas informativas que narran la historia y la importancia de esta obra maestra.
El acueducto no solo representa un logro técnico, sino también un testimonio de la capacidad de las comunidades para trabajar juntas en la resolución de problemas. Su preservación es clave para continuar celebrando la riqueza cultural e histórica del estado de Hidalgo, mostrando cómo el pasado sigue siendo una fuente de aprendizaje e inspiración.
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