
Aunque en México las berries todavía se perciben como una fruta “lejana”, las blueberries se han vuelto un alimento disponible durante prácticamente todo el año y, sobre todo, con evidencia sólida detrás de sus beneficios. Así lo explica Esther Schiffman, nutrióloga con maestría en Nutrición Aplicada, Obesidad y Comorbilidades por la Universidad Iberoamericana, quien destaca que esta fruta aporta un antioxidante difícil de encontrar en otras opciones cotidianas: las antocianinas.
La FAO, de hecho, la nombró como uno de los 5 superalimentos más saludables del mundo. Su combinación de fibra, polifenoles, vitaminas y minerales resulta clave para prevenir enfermedades y mejorar la salud metabólica de toda la familia.
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Comer blueberries desde la infancia: impacto real en la salud a largo plazo
La especialista en nutrición señala que los primeros años de vida definen la relación que niñas y niños tendrán con la comida. Las experiencias emocionales alrededor de los alimentos moldean su percepción de hambre y saciedad, su rendimiento escolar, su salud mental y su probabilidad futura de padecer obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares.
“Las blueberries son una oportunidad para ofrecer un alimento colorido, delicioso, saludable y con el que se pueden preparar recetas dulces y saladas. Cocinar en familia mejora la relación de los niños con la comida y los ayuda a tomar mejores decisiones toda su vida”, explica Schiffman.
Esther Schiffman, nutrióloga
Los datos respaldan esta idea: cocinar en casa se asocia con menor consumo de calorías, azúcar y grasa, y mayor ingesta de frutas y verduras, elementos fundamentales para construir hábitos saludables desde pequeños
1 taza diaria: una dosis pequeña con efectos grandes Una porción estándar equivale a 1 taza (80 calorías), según la infografía “Grab a Boost of Blue” Con tan pocas calorías, la saciedad que ofrecen es notable.
Schiffman detalla los beneficios:
Vitamina C: mejora el sistema inmune y protege frente a contaminación y estrés oxidativo.
Vitamina K: regula la coagulación y participa en el metabolismo óseo.
Manganeso: clave para convertir carbohidratos, proteínas y grasas en energía.
Fibra soluble e insoluble: favorece la regularidad intestinal y reduce riesgo de cáncer de colon, uno de los padecimientos en aumento en México.
Índice glucémico bajo: adecuada para personas con diabetes, adultos mayores y niños.
La especialista enfatiza que la fibra de las blueberries también mejora la microbiota intestinal, una de las áreas de investigación más prometedoras para la salud metabólica y emocional.
blueberries
Una fruta práctica para la vida real: de la oficina al lunch escolar
El ritmo actual exige alimentos rápidos y versátiles. Las blueberries cumplen con eso:
- Se comen solas.
- Van perfecto en bowls con avena y yogurt.
- Funcionan en smoothies con plátano, leche vegetal o coco.
- Se integran a recetas dulces y saladas.
Y en temporada baja, las congeladas o deshidratadas mantienen su valor nutricional, permitiendo tenerlas disponibles todo el año.
Un aliado poderoso contra la mala información sobre la fruta
Schiffman combate desde hace años los mitos más comunes: “Que la fruta engorda, que no se puede comer después de las 17:00 horas, que no debe mezclarse con proteína… son ideas sin sustento científico”.
Una taza diaria no sólo no engorda: ayuda a controlar antojos, ansiedad y hambre, y sustituye calorías vacías por nutrientes que el cuerpo necesita para funcionar.
En bebidas infusionadas, el sabor dulce natural de la blueberry es suficiente, pero si se necesita endulzar, la miel de abeja es una opción con beneficios prebióticos.
La mayoría de las investigaciones científicas se han realizado con blueberries de California, por lo que Schiffman recomienda revisar el origen en la cajita o la bolsa. No porque otras no sirvan, sino porque si se busca replicar exactamente los resultados de los estudios, esa es la referencia estándar.
Con 20 años de consulta clínica, Schiffman resume así la recomendación:“El enfoque ahora no es quitar alimentos, sino agregar los que nos protegen”. Las Blueberries, frutas, verduras, granos enteros, leguminosas y proteínas magras: una base que se adapta a la vida moderna sin restricciones extremas y con beneficios medibles para toda la familia.
Cortesía de El Economista
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