El asesino múltiple al que el gobierno de Trump repatrió a Estados Unidos en su último canje de presos con Venezuela

Se suponía que eran un grupo de presos políticos, pero entre ellos había un asesino.

El gobierno de Estados Unidos repatrió el pasado viernes al estadounidense de origen venezolano Dahud Hanid Ortiz, autor en 2016 de un triple asesinato en Madrid.

Ortiz fue uno de los diez ciudadanos o residentes de Estados Unidos a los Venezuela liberó a cambio de 252 venezolanos que se encontraban presos en una cárcel de máxima seguridad de El Salvador y de un grupo de opositores antichavistas.

Pese a que Donald Trump prometió expulsar a los “criminales extranjeros” de Estados Unidos, en este caso su gobierno parece haber hecho justo lo contrario.

Ortiz fue condenado en 2024 por un tribunal de Caracas por los asesinatos de dos mujeres y un hombre cometidos en Madrid el 22 de junio de 2016 y por los que era reclamado por la justicia española.

El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, celebró el canje que le permitió a Ortiz salir de la cárcel junto con el resto de liberados con un trino en que señalaba que “gracias al liderazgo” del presidente Trump “diez estadounidenses que estaban detenidos en Venezuela están ahora en camino hacia la libertad”.

No mencionó que entre los liberados había una persona que había sido condenada por un asesinato múltiple de tinte machista cometido en España.

En respuesta a una consulta de BBC Mundo sobre este caso, un portavoz del Departamento de Estado declinó confirmar si Hanid había sido liberado y dijo que “por motivos de privacidad no iba a entrar en detalles de ningún caso específico”.

Pero otras fuentes confirmaron que Hanid había sido efectivamente liberado gracias al acuerdo alcanzado entre los gobiernos de Estados Unidos, El Salvador y Venezuela.

Diosdado Cabello, ministro de Relaciones Interiores de Venezuela, dijo el miércoles que Hanid Ortiz había sido uno de los liberados y que Estados Unidos se llevó a un “asesino convicto”.

La ONG venezolana Foro Penal, que sigue la situación de los opositores y activistas presos en Venezuela, le dijo a BBC Mundo que podía “confirmar que Ortiz fue liberado y que no constaba como preso político”.

La periodista Sebastiana Barráez, que ha seguido el periplo de Ortiz desde hace años, le dijo a BBC Mundo: “Lo reconocí de inmediato cuando vi la foto de los liberados”.

Citando fuentes del Departamento de Estado, la cadena CNN difundió una relación de los presos entregados por Venezuela a Estados Unidos en la que figuraba el nombre de Ortiz, aunque con una errata.

Otros medios estadounidenses y españoles han confirmado la noticia.

Ortiz aterrizó el viernes junto al resto de los liberados en un aeropuerto militar a las afueras de San Antonio, Texas.

Desde entonces, se desconoce su paradero.

Según la instrucción del Juzgado de Madrid que investigó los crímenes que cometió Ortiz, este viajó a España desde Alemania, donde vivía con su esposa, de nacionalidad alemana, con la intención de asesinar al abogado de origen peruano Víctor Joel Salas, con el que ella había iniciado una relación amorosa.

Ortiz les exigió a ambos que pusieran fin a su relación, pero no accedieron y él decidió vengarse.

El 22 de junio de 2016 irrumpió en el despacho que el abogado dirigía en el distrito madrileño de Usera con la intención de matarlo. Salas no estaba allí ese día, pero Ortiz acabó a cuchilladas con la cubana Elisa Consuegra, empleada del bufete, y a golpes con Maritza Osorio, también cubana y empleada del despacho.

A los pocos minutos, tuvo la desgracia de aparecer por allí el ecuatoriano Pepe Castillo Vega, un cliente que acudía a recoger su permiso de residencia. Ortiz lo tomó por la nueva pareja de su mujer y lo mató a golpes a él también.

Consumados los asesinatos, prendió fuego al despacho con la intención de borrar su rastro y escapó a Alemania.

La Policía española lo identificó como autor de los crímenes y logró ubicarlo allí, pero las autoridades le perdieron el rastro.

Según su expediente judicial venezolano, Hanid Ortiz fue detenido en octubre de 2018 en Caracas por agentes de la Dirección General de Contrainteligecia Militar (DGCIM) de Venezuela tras confirmar que se había notificado una alerta roja de Interpol contra él.

Las autoridades españolas solicitaron entonces su extradición para que respondiera en España por las muertes, pero el Tribunal Supremo de Venezuela falló que al ser venezolano no podía ser extraditado y debía ser juzgado en ese país por los crímenes de los que se le acusaba: tres asesinatos y un delito de incendio.

Finalmente, un tribunal de Caracas lo condenó en 2024 a 30 años de prisión.

Un año después, ha sido puesto en libertad.

La noticia del intercambio de prisioneros saltó el viernes por la noche.

Así, un grupo de 252 venezolanos que se encontraban recluidos en el polémico Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) de El Salvador, adonde el gobierno estadounidense ha deportado en los últimos meses centenares de extranjeros arrestados en su país, regresó a Caracas.

El mismo día, la Embajada de Estados Unidos en Venezuela publicaba una foto de los 10 estadounidenses que iban a ser repatriados, entre los que estaba Ortiz.

Los presos liberados hicieron escala en El Salvador, donde fueron recibidos por el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, quien también se felicitó por el trato que había permitido su liberación.

Ortiz fue captado saludando a las cámaras tras bajarse del avión oficial que dejó a todos los repatriados en Texas.

Se desconoce cómo y por qué se incluyó su nombre en una lista de presos considerados “políticos” si él cumplía condena por delitos comunes.

Diosdado Cabello aseguró el martes que Estados Unidos “pidió que lo metieran [en el intercambio], y Jorge Rodríguez [jefe negociador del Gobierno venezolano] les decía que es un asesino. Ellos saben que es un asesino”.

Y el expresidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, al que Maduro agradeció públicamente su papel como mediador en las negociaciones para el canje de presos, le dijo al diario “El País” que desconocía la identidad de los estadounidenses que iban a ser liberados.

“Ese listado, como es evidente, es de Estados Unidos”, dijo Zapatero.

Un portavoz del Departamento de Estado se limitó a asegurar el miércoles que “Estados Unidos tuvo la oportunidad de asegurar la liberación de todos los estadounidenses detenidos en Venezuela, muchos de los cuales denunciaron haber sido sometidos a torturas y duras condiciones”.

Nacido en Caracas en agosto de 1970, Ortiz obtuvo la ciudadanía de Estados Unidos y sirvió en el cuerpo de Marines de ese país, con el que combatió en la guerra de Irak.

Según un perfil publicado por el Washington Post, Ortiz prestó servicio activo durante 17 años y fue condecorado tras ser herido en Irak. Como miembro del ejército estadounidense fue enviado a diferentes países. En su época en Alemania conoció a la mujer alemana con la que se casó y a cuya nueva pareja quiso matar.

Su carrera militar no terminó bien. Una corte marcial estadounidense lo condenó por falsificar documentos y datos de su historial para obtener fraudulentamente ascensos y beneficios. También se dictaminó que había proporcionado una dirección falsa de Nueva York para obtener una ayuda para vivienda cuando en realidad vivía con su familia en Alemania.

Hanid Ortiz fue visto por última vez en el aeropuerto militar a las afueras de San Antonio, Texas, donde aterrizó junto al resto de liberados en un vuelo fletado por el gobierno de Estados Unidos.

BBC Mundo no recibió respuesta a una consulta al Departamento de Seguridad Nacional sobre sobre si se habían tomado medidas para evitar que suponga una amenaza para el público estadounidense.

Las autoridades españolas no se han referido públicamente a su caso.

Fuentes jurídicas citadas en medios españoles indicaron la dificultad que entraña tomar medidas adicionales sobre unos crímenes que ya han sido juzagdos.

Víctor Joel Salas, el abogado que tenía una relación con la mujer de Ortiz y que se salvó del ataque, declaró a los medios españoles que fue la policía alemana la que primero le informó de la liberación de Ortiz. “Me dijeron que estaban tratando de darle protección a ella y a su familia”.

Salas dijo tener “miedo”, y pidió que se “enmiende” la liberación de Ortiz y “se haga justicia a las tres familias a las que ha destrozado”.

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