La noticia del aumento al salario mínimo de 13% para 2026 recién anunciado por el secretario del Trabajo y Previsión Social (STPS), Marath Baruch Bolaños, hizo sonreír a muchos trabajadores; sin embargo, este beneficio económico no llegará a los bolsillos de todos los empleados formales del país, aunque sí tendrá un impacto cualitativo.
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El nuevo salario, que pasará de 278.80 pesos a 315.04 pesos a partir del 1 de enero de 2026 beneficia directamente a las personas que perciben el salario mínimo y aquellas cuyos contratos están indexados a este, una cláusula cada vez menos común en los contratos de trabajo.
Los sectores económicos como la agricultura, el comercio minorista, la hostelería y los servicios básicos están entre los que perciben el salario mínimo. Aproximadamente 70% de los trabajadores formales ganan por encima de esa cantidad, por lo que es poco probable que su ingreso aumente significativamente. Cabe recordar que para este grupo, los ajustes salariales se negocian individual o colectivamente, o se realizan para compensar la inflación, que actualmente es de 3.8%.
Ante la pregunta de si los trabajadores que ganan más que un salario mínimo tendrán acceso a un incremento de 13%, Janneth Quiroz, directora de Análisis Económico, Cambiario y Bursátil en Grupo Financiero Monex, lo considera “poco probable”.
¿Qué trabajadores serán los más beneficiados del incremento al salario mínimo en 2026?
Quienes se benefician de manera directa del incremento al salario mínimo general son los siguientes:
1) las personas que efectivamente perciben un salario mínimo
2) quienes tienen contratos donde el salario está indexado al salario mínimo (una cláusula cada vez menos común en México).
Quienes ganan más de un salario mínimo, es poco probable que su sueldo aumente de manera significativa solo porque aumentó el salario mínimo
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Janneth Quiroz explica que en la mayoría de los casos, los ajustes salariales se realizan únicamente para compensar la inflación o se negocian de forma individual o colectiva.
“En México no existe ninguna legalidad que obligue a las empresas a aumentar los sueldos por encima del salario mínimo salvo cuando lo establecen los contratos colectivos. Por ello, a pesar de que el salario mínimo suba, tu sueldo solo cambia si tu empleador lo ajusta, si existe una negociación contractual, o si tu empresa decide aplicar incrementos por inflación o desempeño”, comenta en entrevista con Expansión.
La importancia del porcentaje
El principal riesgo económico de un aumento salarial importante radica en el porcentaje aplicado (13%), no en el monto en sí.
“Aproximadamente 70% de los trabajadores formales de este país gana por arriba del salario mínimo. No es tanto el aumento, sino el porcentaje que se le está aplicando a dicho aumento, porque la gente, aunque no gane el mínimo, sí va a querer un aumento del 13%, 14% o hasta mayor porcentaje de aumento salarial”, explica Jesús Guillermo Mendieta, integrante del Comité de Auditoría y Riesgos del Colegio de Contadores Públicos de México (CCPM).
Cuando el salario mínimo se incrementa en un alto porcentaje (como el 13%), existe una fuerte tendencia a que los trabajadores que ganan más del mínimo busquen un aumento proporcional (13%, 14% o incluso mayor). Este fenómeno genera un “efecto dominó” en los costos laborales de las empresas.
Como ejemplo de lo que implica este impacto porcentual, si el kilo de tortilla vale 20 o 22 pesos, un incremento del 13% podría elevar su precio hasta 26 o 28 pesos. Productos básicos y servicios de primera necesidad como el agua, la luz, el teléfono, el internet y alimentos de la canasta básica (huevo, leche, tortilla) podrían aumentar en un porcentaje igual o mayor al 13%.
Esto causa riesgos inflacionarios e incluso pone en riesgo los puestos de trabajo, porque la gente deja de consumir ciertos productos y los sustituye por otros más económicos y eso impacta también a las empresas, pues al ver que bajan sus ventas, hay menor ingreso “y por ende lo más rápido que puede hacer un empresario es recortar puestos de trabajo”, explica el especialista.
El integrante del CCPM asegura que para lograr una calidad de vida razonable a través de los salarios, el enfoque debe estar en reducir la inflación. El verdadero objetivo debe ser lograr el “punto equilibrio entre el aumento razonable para que la inflación sea razonable”, reconociendo que debe haber un aumento año con año, pero la clave está en la proporción.
Cortesía de Expansión
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