El Ayotzinapa de Claudia


“¿Para eso querían el poder?” La pregunta la escuché de un conductor de un noticiero de radio. Esa radio que en AM, según los datos disponibles, ha estado perdiendo audiencia.

El grupo en el poder que llegó con López Obrador en el 2018 y que se mantiene con Claudia Sheinbaum en 2024, ¿para eso querían llegar al poder?

Cada vez que les estalla un problema en la cara o surge algo que no pueden controlar, entonces recurren al mismo truco que les dejó AMLO: todo es culpa del pasado.

Pero no del pasado inmediato, es decir, nada de tocar al sexenio del último presidente priista Enrique Peña Nieto, no. Para echar culpas hay que irse al sexenio del último presidente panista, ese que fue presidente del 2006 al 2012. Ese señor es el origen de todo lo malo que pasa en 2025 en México.

Ellos nunca son responsables de nada. No se les puede pedir cuentas de nada ni resultados de nada. Solo están ahí para señalar lo mal que les dejó el país el presidente de hace casi 2 décadas.

A la gente en general, le tiene sin cuidado lo que diga o deje de decir la presidenta. No les interesa. Ellos están en lo suyo, en las labores diarias y ya. De la discusión de los temas nacionales, no tendrán opinión. No saben, porque no se informan. Y no se informan porque no les interesa. Para ellos todo eso de la política está tan lejano que simplemente les aburre.

Pero en general, tienen una buena opinión de AMLO y de la presidenta, aunque reconozcan que los servicios públicos siguen deficientes y que las carencias se acumulan. Ellos vinculan los apoyos que reciben, como si vinieran del bolsillo de Sheinbaum y ya, eso es suficiente para calificarla como una “buena presidenta”, porque “nunca antes nadie les había dado un apoyo de ese tipo”.

¿No hay medicinas en los hospitales públicos?, quizá, mala suerte para quienes tengan un familiar enfermo. Pero mientras ellos no estén enfermos, si hay o no hay medicinas o si el servicio está peor o lo que sea, les viene igual. ¿Qué la inseguridad sigue creciendo o que Culiacán cumplió un año como ciudad en guerra tomada por grupos criminales y un gobernador cómplice no deja el cargo y cínicamente se presenta como el “gobernador” del estado?, pues qué mal, ojalá y se arregle pronto, y ya. Hasta ahí quedó la indignación de las personas.

Mientras  no me toque a mí, piensan, en realidad no me interesa. ¿Si el número de desaparecidos se ha incrementado o si los colectivos de madres buscadoras han encontrado otra fosa clandestina con restos de personas?, pues en algo andarían metidos o quién sabe por qué los levantarían.

El mexicano en general siempre ha sido indolente y solamente en pocos momentos se ha movido por la solidaridad del dolor ajeno. Me vienen a la mente los terremotos como el del 85, pero nada más. Fuera de un evento de esa magnitud, no parece moverlo nada.

Por supuesto que no todas las personas son así. Hay quienes genuinamente apoyan a la presidenta y a su partido, en agradecimiento por los apoyos recibidos y no dudan en creer todo cuanto les dicen por los canales oficiales: la culpa de todo es de Calderón y de los “prianistas”.

Y hay otro grupo exactamente opuesto. Pero en general, ambos son minorías. A la gran mayoría de los mexicanos, el tema de lo público les tiene sin cuidado.

Ocurre un escándalo, un atentado y se indignan. Pero no pasa nada, al rato se les olvida, porque las circunstancias de la vida exigen ocuparse de lo inmediato: trabajar, el dinero, pagar las cuentas, etc.

Por eso el deterioro económico y político continuará y Morena puede confiar en que no habrá grandes reacciones de parte de la población, a menos que haya un evento que estalle de pronto y genere una sacudida de los mexicanos de todos los niveles. Como un terremoto.

Para Peña Nieto fue el secuestro y homicidio de los 43 estudiantes de Ayotzinapa lo que sacudió a la sociedad y que AMLO y su grupo supieron exprimir para llevar agua a su molino.

¿Cuál será el Ayotzinapa de Sheinbaum?

Cortesía de El Informador



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