
Reno, Nevada. Una pequeña urbe de los Estados Unidos donde abundan los juegos de azar y los casinos, con avenidas llenas de luces de neón, espectaculares deslumbrantes y hoteles babilónicos dedicados a las artes de las apuestas. Pero también es una urbe con profundas raíces latinas, donde se escucha el español a todas horas y en todas partes, y donde habita una numerosa población de paisanos que han hecho hogar y vida aquí.
Población que se congregó la noche de este sábado para presenciar el show de uno de los grandes cantautores de México y de América Latina: Marco Antonio Solís.
En un concierto de lujo en el cual EL INFORMADOR estuvo presente, “El Buki” se presentó en el Reno Event Center, uno de los recintos más importantes de esta ciudad, en el contexto de su gira “Más cerca de ti”, con la cual ha visitado distintas ciudades de México y Estados Unidos. Largas filas de paisanos y de latinos, vestidos de lujo, con sus mejores vestidos y tejanas relucientes, esperaban para cantar, gritar y bailar las canciones de su ídolo. Marco Antonio Solís reunió a más de 15 mil personas, cuyos gritos estallaron en el momento en el que el cantante apareció en el escenario.
“El Buki” arrancó su concierto en Reno con dos grandes clásicos de su repertorio; “Tu cárcel ” y “Se va muriendo mi alma”, inmediato y sin apenas descanso. El cantante agradeció al público y a la vida, apelando a vivir con gozo, a encarar los retos y las dificultades que cada uno va atravesando en su respectivo camino, a no temer la derrota. “La vida es para sentirla, no para pensarla tanto”, dijo Marco Antonio Solís. “El éxito se compone de cada pedacito de nuestros fracasos”.
La diversidad de la población mexicana y latinoamericana en los Estados Unidos se hizo presente con las palabras del “Buki”; pues el cantante saludó a sus paisanos de Michoacán, de Jalisco, de Guanajuato, y a cada mención de un estado, el Reno Event Center reverberaba de gritos de mexicanos de todas partes. Lo mismo ocurrió con América Latina; guatemaltecos, salvadoreños, chilenos, hondureños; un pequeño fragmento de cada país de América Latina presente en el concierto, reunido no solo para cantar las canciones clásicas, sino también para cantarle a la memoria.
Para muchos, las canciones de El Buki representan, finalmente, las canciones de sus amores y de su juventud: Debido a dificultades económicas, Daniel Figueroa tuvo que dejar Guatemala a finales de la década de los 80 y se fue a trabajar como mesero a Los Ángeles, dejando a su esposa Gabriela y a su hija. Aunque ellas lo alcanzaron algunos años después, fueron épocas de incertidumbres y tristezas, acompañadas por las letras del “Buki”, que por aquellas épocas comenzaba a consolidar su fama. Décadas más tarde, ambos rememoran con estas canciones sus amores separados por las distancias y las esperanzas de volver a verse. En este punto ya son más de Reno que de Guatemala, pero persiste en su sangre la tierra y la raíz.
“Cuando el Buki apenas iniciaba nosotros andábamos muy enamorados”, recuerda la señora Gabriela, tomada de la mano de su esposo, y con su hija, ya una mujer casada que los ha hecho abuelos. “Fueron épocas muy bonitas”.
Fue un concierto emotivo en el sentido en el que resultó en un encuentro de hispanidad, un espacio de latinos, una multitudinaria reunión de familias, con el entusiasmo de que acudían a una gran fiesta, pues aunque a muchos se les trastabillaba el español en el habla diaria, cantaron sin tropiezos los versos del Buki.
La noche no podía estar completa sin otros grandes éxitos del cantante; “El peor de mis fracasos”, “A dónde vamos a parar”, “Más que tu amigo”, “Mi eterno amor secreto”. El concierto concluyó, por supuesto, con la que es quizá su canción más grande: “Si no te hubieras ido “.
Quince mil latinoamericanos, habitantes ahora de Estados Unidos, siguieron cantando en la noche de Reno las canciones que los acompañaron en sus soledades y tristezas, en sus desamores y glorias, en sus exilios y los sueños de hace muchos años que los trajeron a este rincón del mundo, donde volvió a iniciar la vida.
Cortesía de El Informador
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