Cuenta la historia que el buñuelo llegó con los españoles durante la colonización, pero su ancestro era dulce y fue aquí en donde se le añadió el alma criolla con dos ingredientes muy locales: el queso campesino –o costeño– y la harina de maíz. Así evolucionó en esa bolita crocante por fuera y esponjosa por dentro.
Pocos placeres se comparan al deleite de darle un mordisco recién sacado del sartén; en las cocinas de las abuelas que ni siquiera alcanzan a llegar a las mesas. Y ha sido precisamente diciembre el mes que quedó marcado para siempre con su sabor.
Podría decirse que casi en cada esquina de las centralidades y de los barrios hay un puesto que lo vende y es una tradición con pocas ganas de extinguirse; a pesar de que ahora está en la liga de la comida indulgente.
César Valencia, fundador de Sr Buñuelo, hace parte de sus grandes productores, pues su marca llega a siete ciudades a través de 45 puntos de venta. Y sin titubear, reconoce que la temporada decembrina estimula exponencialmente la demanda hacia el producto.
“Nosotros, literalmente, vendemos el doble; es decir, que la demanda se duplica y nos preparamos para que la mayor cantidad de clientes puedan tener nuestros buñuelos. En un mes normal, vendemos hasta 750.000 unidades y en diciembre vendemos 1,5 millones, aproximadamente”, detalló.
Los últimos años, según mencionó, no han sido fáciles, pues la inflación desbordada no solo afectó el costo de los insumos sino el poder adquisitivo de los consumidores. Sin embargo, el golpe más duro lo propinó la Reforma Tributaria de 2022 y su llamado impuesto saludable.
Siga leyendo: Diez planes para no perderse en estas fiestas decembrinas
“Eso nos mermó competitividad en los precios, somos una marca que se creó para lograr un producto democrático y este año nos han jugado en contra varias de las reformas. Hemos perdido la oportunidad de atacar los mercados que, de pronto, tienen ingresos más bajos. Entonces sí han sido años complicados”, comentó.
Para contrarrestar ese ciclo de ajuste, resaltó que recientemente desarrollaron producto congelado para comercializarlo en grandes superficies de retail, y esa presentación, además, será clave para lograr el objetivo de exportar.
El mercado estadounidense está en la mira y no solo para atender a los migrantes que extrañan el buñuelo, sino para ganar público con un producto que lo tiene todo para cautivar paladares internacionales.
Valencia resaltó que “diciembre nunca defrauda y esperamos, como mínimo, doblar las ventas, tal como lo hemos hecho cada año”.
En las tiendas del Grupo Éxito se ven las estaciones con los buñuelos recién sacados y, por estas fechas, les hacen más fila que de costumbre.
Juan Diego Londoño, director de soluciones de alimentos de Grupo Éxito, resaltó que esta es la “fruta de temporada” y esperan un crecimiento de hasta siete veces en las ventas.
Le puede interesar: Cómo prepararse para el Adviento 2025: significado, oración y guía para encender la primera vela
“Esperamos que entre noviembre y diciembre se multiplique por siete veces lo que vendemos en un mes normal. Esperamos vender cuatro millones de buñuelos y eso es lo mismo que habíamos vendido entre enero y octubre”, resaltó.
Reconoció que este es un alimento sensible a la subida de precio, sobre todo en la temporada fría. Y aunque en diciembre los consumidores toleran un poco más la variación, de todas maneras hay que tener cautela con los saltos bruscos. Por esa razón, hizo notar que la compañía prefiere sacrificar una parte del margen de la utilidad para no castigar el bolsillo de los comensales.
Tal como detalló, “el costo de este producto se compone de tres partes fundamentales: primero, el costo del salario, porque es un producto muy manual; segundo, una parte que nosotros llamamos las harinas (almidón y fécula); y tercero, el queso”.
“Este año el costo del queso ha permanecido estable, las variaciones que hemos tenido llegaron por el incremento del salario mínimo y por un aumento leve, de aproximadamente 7 %, en el precio de las harinas. Eso ha hecho que el producto haya tenido un incremento en su costo final cercano a 8 %”, agregó.
Unilever confirmó la euforia decembrina y el termómetro para medir la temperatura lo suministra una marca como la centenaria Maizena: “La temporada de fin de año es donde realmente se activa el deseo por nuestras tradiciones culinarias. Entre noviembre y diciembre ocurre cerca de 80 % de las ventas de nuestras mezclas, lo que demuestra el poder que tiene la marca para conectar emocionalmente con un momento cultural tan relevante como la Navidad”.
Lea más: ¡Prográmese! Estos son los conciertos gratuitos que habrá esta Navidad en Medellín
Sobre la variación en el costo de este insumo, la compañía indicó que prefiere no ahondar en ello: “Lo que sí podemos decir es que nuestro foco está en garantizar productos superiores y accesibles, especialmente en una categoría tan simbólica y emocional para el consumidor colombiano”.
“La fuerza navideña es enorme: entre noviembre y diciembre vendemos más de cuatro millones de unidades de natillas y buñuelos; uno de los ejemplos más claros de cómo una marca con legado moviliza deseo cuando conecta con un ritual tan propio de nuestra cultura”, resaltó la compañía.
Desde allí, afirmaron que esperan un crecimiento de 5,5 % en valor de las ventas: “Más allá del número, lo relevante es que seguimos fortaleciendo la preferencia. Es un crecimiento impulsado por el peso emocional de la marca y por la capacidad de activar ese deseo en un momento clave del año”.
Cortesía de El Colombiano
Dejanos un comentario: