Los ataques del ejército estadounidense en aguas del Caribe y el Pacífico contra pequeñas lanchas —cuyos tripulantes abatidos son acusados, sin pruebas, de ser narcotraficantes— se volvieron casi cotidianos desde que comenzaron, el 2 de septiembre: 70 muertos en 17 operaciones. Mientras tanto, Venezuela denunció que la presencia militar de Estados Unidos cerca de sus costas forma parte de un plan para propiciar un cambio de gobierno. Por eso, ha realizado ejercicios de preparación de sus tropas para defenderse ante un posible ataque directo. La tensión en la zona es alta, aunque persiste la incertidumbre sobre si se mantendrá así o hasta dónde llegará la estrategia estadounidense.
La estrategia de Trump
Rebeca Monsalve, escritora e investigadora formada en Comunicación Social en la Universidad Bolivariana de Venezuela, dijo a Página/12 que en este punto es más que evidente que no es una operación antidrogas aunque esté disfrazada como tal. “Es una campaña de control hemisférico donde vemos una versión actualizada de la Doctrina Monroe y en la que la región vuelve otra vez a ser tratada como el patio trasero de Estados Unidos”, apuntó, en referencia a la doctrina propuesta en 1823 por el presidente estadounidense James Monroe, quien sostenía la idea de “América para los americanos”, en rechazo a la intervención europea en los asuntos del continente americano.
“Venezuela está en el centro de esa estrategia porque simboliza la resistencia al poder estadounidense en esta parte de la región, en parte por sus alianzas con con potencias emergentes como Rusia y China que hacen contrapeso a Washington, pero también por su propio peso energético y político”, consideró la investigadora. “Esta ofensiva del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está dejando un mensaje al continente de que quien se aparte de la línea de Washington se arriesga a ser criminalizado o atacado, pero al mismo tiempo es también una movida riesgosa porque muestra de alguna manera los límites de ese poder: cada nueva agresión está generando rechazo tanto en la región como también hay sectores dentro del mismo poder político estadounidense que no están de acuerdo, no tanto porque realmente les importe lo que ocurre aquí, sino porque tocan intereses políticos para ellos escalar a un conflicto militar”, explicó.
William Serafino, politólogo egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV), indicó a este medio que los movimientos de Trump son geopolíticos y geoeconómicos. “Como todo imperio en crisis, el dilema actual de EE.UU. es la sobreextensión; ha crecido demasiado —señal de ello son las más de 700 bases militares desplegadas en todo el planeta—, nuevas potencias han emergido en zonas antes consideradas periféricas y ya no es posible sostener una estructura de dominación global”, afirmó.
“El despliegue militar, los asesinatos de pescadores y personas en aguas caribeñas, las amenazas y presiones contra Venezuela, pero también contra Colombia, son señales de que Washington está operando bajo una noción de repliegue, reclamando a la región como zona de influencia donde cree que puede determinar, en beneficio propio, las reglas de juego y la dinámica política continental”, detalló el politólogo. “Es un momento definitorio para América Latina y el Caribe, ya que está en juego y disputa su propio futuro geopolítico: entre si será una región bajo mandato neocolonial o si será independiente y podrá decidir su propio destino dentro del nuevo marco multipolar, con centro en los BRICS y la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS)”, subrayó.
El alcance de la presión
En cuanto a la extensión de la presión del gobierno estadounidense, Monsalve considera que una invasión directa es muy poco probable debido al costo que eso significaría. Sin embargo, cree que, en el plano operativo y simbólico, Trump está dispuesto a llevar su estrategia hasta el punto de convertir al Caribe y al continente en un “teatro de guerra encubierta”.
En la misma línea, Serafino señaló que una escalada militar —con ataques dentro del territorio o algún tipo de incursión— no puede descartarse, aunque advirtió que se trata de una decisión llena de riesgos y problemas. “En todos los sentidos: energético, por una subida de los precios del petróleo que impulsaría la tasa de inflación interna; migratorio, ya que una nueva oleada de venezolanos que escaparían de un conflicto abierto podría llegar a EE.UU.; y diplomático, porque toda la región se pondría en contra de Washington y recobraría fuerza un imaginario de tipo antiimperialista”, detalló.
“Hasta ahora, el patrón de actividad militar del Pentágono y el tono de discurso de Trump indican que se siente parcialmente ‘victorioso’ cometiendo crímenes en el Caribe, lo que le permite no solo vender internamente la falsa idea de que está luchando contra el narcotráfico, sino seguir tensando su relación con la bancada demócrata en el Congreso y continuar expandiendo la autoridad presidencial, utilizada a nivel doméstico para romper barreras judiciales a su campaña punitiva de cacería y deportación de migrantes y los despliegues flagrantemente inconstitucionales de la Guardia Nacional en ciudades”, estimó el analista. “Creo que el eje de gravedad es más interno que externo, y es desde ahí que hay que evaluar las perspectivas de una apuesta de conflicto más agresiva. Hasta ahora, la balanza costo-beneficios es negativa y creo que eso explica que el desenlace no se haya precipitado aún”, agregó.
El historial de ataques
El 2 de septiembre, Washington anunció el primer ataque contra una embarcación, en el que sostuvo que a bordo viajaban once personas del grupo criminal Tren de Aragua, que había salido de Venezuela para transportar drogas hacia Estados Unidos. La Casa Blanca difundió el video de la supuesta intercepción, pero no aportó más pruebas del vínculo de la lancha con el narcotráfico.
El 15 de septiembre, un segundo ataque contra una embarcación dejó tres venezolanos muertos. El 19 de septiembre, Trump informó sobre un tercer ataque, esta vez sin precisar el origen de la travesía. Tres personas murieron.
El 3 de octubre, el secretario de Guerra estadounidense, Pete Hegseth, anunció que se produjo el cuarto ataque en aguas del Caribe, en el que murieron cuatro tripulantes. El quinto ocurrió el 14 de octubre contra un bote cerca de las costas venezolanas, con un saldo de seis víctimas mortales. Dos días después, el Ejército atacó un submarino: de sus cuatro tripulantes, dos murieron y los sobrevivientes fueron trasladados a sus países de origen —Ecuador y Colombia— sin ningún proceso legal, pese a que la administración Trump también los tildó de narcotraficantes.
El 17 de octubre, Estados Unidos anunció la muerte de tres personas tras el hundimiento de una lancha que, según Washington, estaba vinculada con la guerrilla colombiana del Ejército de Liberación Nacional (ELN), una de las organizaciones designadas como terroristas por el gobierno estadounidense.
El 21 de octubre, el Ejército realizó su primer ataque en aguas del Pacífico, cerca de las costas de Colombia, en el que murieron dos personas. Al día siguiente, hubo tres muertes más en otro bombardeo en la misma zona. El 24 de octubre, la administración Trump anunció el décimo ataque, esta vez contra una lancha que —según afirmó— era operada por el Tren de Aragua y transportaba a seis personas que murieron. El disparo se produjo en aguas internacionales del Caribe.
El 27 de octubre, el gobierno de Estados Unidos informó sobre el ataque más mortífero hasta la fecha: 14 personas perdieron la vida por disparos de Washington contra cuatro lanchas en aguas internacionales del océano Pacífico, mientras que un sobreviviente fue rescatado por la Marina mexicana. Al día siguiente, hubo otro bombardeo en la misma zona contra una embarcación, que dejó cuatro muertos.
El 1 de noviembre, Hegseth anunció un nuevo ataque letal contra una embarcación en el Caribe, que mató a las tres personas que iban a bordo. El 4 de noviembre, aseguró que Estados Unidos hundió una nueva lancha en el Pacífico oriental y mató a sus dos tripulantes. Dos días después, informó sobre otro disparo en el Caribe que dejó tres muertos.
Cortesía de Página 12
Dejanos un comentario: