
El Sistema Internacional se encuentra con varios conflictos y tensiones; se mantiene la guerra entre Rusia y Ucrania. India y Pakistán estuvieron a punto de que estallara otro conflicto. Hay ataques entre Irán e Israel. Aunado a esto, hace un mes Corea del Norte lanzó misiles de corto alcance al mar de Japón. Todo lo anterior lleva a los Estados a estar más preocupados por su seguridad nacional y a afianzar las alianzas que tienen.
De esta manera Japón es un caso interesante en el mundo. Después de perder la Segunda Guerra Mundial se hicieron cambios radicales en su Constitución. El artículo noveno ha sido uno de los más importantes pues mediante este, el pueblo japonés renuncia a la guerra como una forma de resolver problemas en el Sistema Internacional. Los constantes conflictos que enfrenta el mundo han llevado a este país a fortalecer las alianzas de defensa, principalmente con Estados Unidos y Corea del Sur.
Sin embargo, el gobierno norteamericano encabezado por el presidente Donald Trump, se ha alejado de sus aliados estratégicos en Asia principalmente de Japón. Esto se ha notado en dos aristas; primero la económica con una narrativa de imposición de impuestos a los productos; y segundo, con presionar a sus aliados a que gasten más en cuestiones de defensa.
Los cambios en el mundo y el alejamiento con Estados Unidos han llevado al gobierno japonés a robustecer su seguridad nacional. El primer ministro japonés, Ishiba, desde que tomó el cargo ha tratado cambiar la dinámica de la alianza de seguridad que tiene con EEUU. Uno de sus planes es crear una alianza asiática de seguridad parecida a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Esta tendría como núcleo la relación entre estos países y se buscaría la expansión a otros aliados como Corea del Sur, Canadá, India, Filipinas y Francia.
Este mecanismo de defensa colectiva representaría un reequilibrio en la relación entre Japón y EEUU. Esto le daría una mayor autonomía y soberanía al gobierno japonés con respecto a la defensa. Así mismo permitiría dejar de tener tropas norteamericanas en su territorio. Aunque en este momento y en el corto plazo no se ve viable, Japón ha buscado acercarse con aliados estratégicos para cuestiones de seguridad, así como fortalecerse en el sistema internacional.
De igual forma, este acercamiento permitiría dar una tercera opción a los países de la zona. Es decir, que no solo tengan que elegir entre China y EEUU. El gobierno japonés lo ha logrado a través del programa de Asistencia Oficial para el Desarrollo (AOD). Este no se encuentra diseñado para la ayuda militar o de seguridad, pero si ha proporcionado apoyo en suministros o infraestructura a organizaciones y fuerzas armas dentro de países que tienen ideas y valores en común con respecto a la seguridad. La ayuda hasta el momento se ha centrado en mejorar la capacidad de control y supervisión del espacio aéreo y marítimo.
El tipo de ayuda que ha brindado la AOD hasta el momento se ha enfocado en botes de rescate, radares costeros, lanchas de alta velocidad para patrullar sistemas de control de tráfico aéreo y equipos de radares de vigilancia. Si bien la ayuda que se proporciona se puede considerar modesta, tiene el objetivo de desarrollar las capacidades de sus receptores más que crear una dependencia con Japón.
A pesar de que la situación de Japón no es del todo favorable en este momento, ha buscado crear sinergias en su región para mantener tanto su seguridad como la regional en caso que estalle algún conflicto en la zona.
*La autora es coordinadora de la Carrera de Relaciones Internacionales de Campus Sur, Universidad Anáhuac México. Asociada institucional del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, COMEXI.
*Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad exclusiva de la autora
Cortesía de El Economista
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