El mapa de Venezuela se tiñó de rojo tras las elecciones regionales del domingo, en las que el chavismo resultó victorioso en 23 de las 24 gobernaciones, mientras que la oposición celebró su estrategia abstencionista que derivó en una participación del 42 por ciento de los electores. El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), liderado por el presidente Nicolás Maduro, consolidó su dominio a nivel regional, lo que le permite proyectarse a mantener una mayoría absoluta en el Parlamento por los próximos cinco años.
Con 236 escaños, el PSUV suma a su victoria en casi todas las gobernaciones en disputa, incluida la del estado Zulia, históricamente considerado un bastión opositor. Los resultados fueron anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), que reportó una transmisión correspondiente al 93,01 por ciento de las mesas electorales, que suman un total de 27.713 distribuidas en 15.736 centros de votación en todo el país.
La jornada, cuyo cierre estaba previsto para las 18 del horario local del domingo, se extendió debido a la “gran cantidad de votantes aún presentes”, aunque el CNE no precisó el momento exacto del cierre. Con esta victoria, Maduro refuerza su control institucional a solo 10 meses de su reelección. Este triunfo le da seguridad para avanzar en su reforma constitucional, sobre la cual aún se sabe poco. “¡Hoy hemos demostrado el poder del chavismo!”, exclamó el presidente tras conocerse los resultados.
División de estrategias en la oposición
Mientras Maduro celebraba su victoria, la oposición interpretó el resultado como un nuevo revés para el oficialismo. La líder de la principal plataforma opositora, María Corina Machado, quien calificó la jornada de una “farsa electoral” y llamó a no participar, atribuyó la baja afluencia de votantes a una protesta contra la proclamación de Maduro el 28 de julio pasado, un proceso que consideró fraudulento.
La excandidata presidencial sostuvo que la escasa participación, cuya cifra oficial calificó de “mentirosa”, reflejó un acto de desobediencia contra el gobierno. “Vamos 4 a 0”, expresó en un mensaje de video publicado en sus redes. Sin embargo un sector disidente de la oposición se rebeló contra el llamado a la abstención y decidió participar de los comicios, apenas alcanzando un par de escaños y la gobernación del estado de Cojedes.
Stalin González, dirigente opositor candidato a la Asamblea Nacional, criticó la abstención, señalando que con ella se le había “regalado” poder al chavismo en espacios aún en disputa. “Tanto el gobierno como la oposición radical celebran que la oposición haya perdido espacios. Creer que solo deslegitimando el proceso porque no participo se va Maduro. Nosotros no estamos convencidos con ese camino”, declaró González en una rueda de prensa este lunes.
El líder de este sector opositor, Henrique Capriles, no participó en esa rueda de prensa, pero sí se expresó en sus redes sociales, prometiendo “trabajar con fuerza y determinación” desde la Asamblea Nacional. “El régimen y otros hicieron de todo para que la abstención fuera la gran protagonista y lo lograron. El régimen hoy celebra”, zanjó Capriles.
A pesar de la escasa representación que obtuvieron, tanto Capriles como González ganaron curules en el Parlamento, lo que les permitirá integrar una bancada que, según proyecciones del analista Luis Vicente León, podría contar con entre 15 y 18 diputados, frente a los 236 que se espera que logre el PSUV. León, sin embargo, destacó que estos opositores “no son irrelevantes” ya que preservaron su “presencia institucional” y podrían ser clave en futuras negociaciones.
Cortesía de Página 12
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